Así son las reglas. Como confirman fuentes del Gobierno, la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) es incompatible con el cargo que a día de hoy tiene Calviño en España. Por tanto, si resulta elegida para el puesto, tendría que dejar sus responsabilidades en el Ejecutivo antes de ocuparlo, algo que ocurriría en enero de 2024. 

De esta manera, si Sánchez lograra ser investido, Calviño sólo formaría parte de su gobierno unos meses. En este sentido, el presidente del Ejecutivo prefiere perder a su mano derecha de los últimos años a cambio de ganar peso específico en la política y la economía europeas.  

El papel de Calviño en el Gobierno durante la última legislatura ha sido clave, como punto de apoyo de Sánchez. Ha sido uno de los principales vínculos del Gobierno con el universo de la economía y la empresa, y ha dirigido la política económica en medio de dos crisis consecutivas: la generada por la pandemia y la provocada por la guerra en Ucrania. ¿Por qué correr el riesgo de prescindir de ella, si cumple un rol tan importante?

Desde el Ejecutivo argumentan que no ha quedado otro remedio, dados los perfiles que van a competir por el puesto. "España quiere presentar un candidato con opciones de presidir el BEI", indican, y afirman que Nadia Calviño es el único perfil que cumple con las condiciones. 

La comisaria de Competencia de la Comisión Europea, Margrethe Vestager. Europa Press.

Esta consideración se explica por el nivel de los otros candidatos al cargo. Como principal rival de Calviño emerge la danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia. También hay otros nombres de peso, como Daniele Franco, exministro de Finanzas italiano durante el Gobierno de Mario Draghi. 

España ya ha estado moviendo hilos con los miembros del BEI, que no son otros que los países de la Unión Europea. Tras estos contactos informales, en el Gobierno consideran que Calviño tiene serias probabilidades. 

Sin embargo, en el Ejecutivo no dan por hecha la designación, ni mucho menos. Y todo ello a pesar de que el escenario donde se celebrará la votación definitiva es providencial. Tendrá lugar en Santiago de Compostela, capital de la comunidad autónoma de la que procede Calviño: Galicia. 

Allí se celebrará, los días 15 y 16, el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) informal en el que se decidirá el futuro presidente del BEI. El ganador requerirá el apoyo de una "amplia mayoría" de Estados miembros.

Nadia Calviño saluda a Kristalina Georgieva, directora general del FMI.

No es la primera vez que Pedro Sánchez intenta colocar a Nadia Calviño en algún puesto de trascendencia internacional. Ya en 2019 el Gobierno la presentó para dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero, finalmente, retiró la candidatura al no lograr suficientes apoyos europeos para el puesto, respaldos con los que finalmente sí contó Kristalina Georgieva.  

También optó a la Presidencia del Eurogrupo. Pero esta posibilidad se truncó por un voto. La hoy vicepresidenta en funciones no gustaba entre los halcones europeos, sobre todo de Países Bajos. Una situación que ahora ha cambiado totalmente. Tanto que los neerlandeses y España han presentado un documento conjunto para la reforma de las reglas fiscales, por ejemplo.  

El BEI

El BEI, que podría acabar bajo el mando de Calviño, no es cualquier cosa. La entidad con sede en Luxemburgo mueve miles de millones de euros al año y es una herramienta financiera fundamental de la Unión Europea.

Concretamente, facilita la financiación de programas de inversión en combinación con acciones de los fondos estructurales y otros instrumentos financieros de la Unión. Esto le ha convertido es el mayor prestamista y prestatario multilateral en el mundo.

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Además, ha sido clave en la gestión y puesta en marcha de los fondos Next Generation. De hecho, mediante la adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, España ha dejado en sus manos la gestión de unos 20.000 millones de euros préstamos para las comunidades autónomas. 

El Banco Europeo de Inversiones se fundó en 1958 y ha contado con siete presidentes, pero ninguno ha sido español ni mujer. Una racha que puede romper Nadia Calviño.

A mediados de septiembre se sabrá si España gana un puesto de mando en una institución multilateral como el BEI y Pedro Sánchez pierde una vicepresidenta para un eventual nuevo Gobierno.