Economía

EEUU confirma su desaceleración, lastrada por caída de inversión empresarial

26 septiembre, 2019 17:15

Washington, 26 sep (EFECOM).- La economía de Estados Unidos (EEUU) ha confirmado su desaceleración al avanzar en el segundo trimestre a un ritmo anual del 2 %, según el tercer y último cálculo de la evolución del producto interior bruto (PIB) en ese periodo, lastrado principalmente por la contracción de la inversión empresarial más brusca de lo esperado.

El dato sobre el PIB, anunciado hoy por el Departamento de Comercio, ratifica así la ralentización de la economía estadounidense en el segundo trimestre del año, después de registrar un ritmo de crecimiento del 3,1% en el inicio de 2019.

Además, el 2 % registrado es ligeramente inferior a las estimaciones de los analistas, que habían anticipado una tasa anual de crecimiento del 2,1 %.

Uno de los motivos principales de la desaceleración fue que la inversión empresarial se redujese a un ritmo anual del 1 % el trimestre pasado,- la disminución más pronunciada desde el cuarto trimestre de 2015-, mientras que el crecimiento de las ganancias corporativas fue moderado.

Esta contracción fue básicamente impulsada por las caídas en las categorías de comercio, atención médica, y exploración minera de pozos, de acuerdo a los datos del Gobierno.

El motor del crecimiento económico fue el gasto de los consumidores, que en la mayor potencia norteamericana supone dos tercios de la actividad, ya que aumentó un 4,6 %, frente al 1,1 % del primer trimestre.

"La desaceleración del PIB real en el segundo trimestre reflejó principalmente recesiones en la inversión, exportaciones e inversión fija no residencial. Estas bajadas fueron parcialmente compensadas por las aceleraciones en el gasto de los consumidores y el del Gobierno federal", observó la Oficina de Análisis Económico de EEUU, encargada de revelar estos datos.

El fuerte gasto de los consumidores está siendo impulsado por la tasa de desempleo más baja en casi 50 años, que se encuentra actualmente en el 3,7 %.

No obstante, el reciente descenso en la confianza del consumidor, en medio de las preocupaciones sobre los aranceles estadounidenses sobre bienes de consumo chinos, que entraron en vigencia en septiembre, podrían frenar el gasto en el tercer trimestre del año.

De hecho, algunos analistas han achacado la situación a la inestabilidad generada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que se han impuesto aranceles millonarios recíprocamente, aunque el Gobierno del presidente Donald Trump insiste en que el impacto ha sido residual hasta el momento.

Lo que sí reconoció Trump es que los últimos gravámenes anunciados a ciertos productos del gigante asiático podrían "impactar" a los ciudadanos de su país, por lo que decidió posponerlos hasta el 15 de diciembre.

"Estamos haciendo esto para la temporada navideña, en caso de que algunos de los aranceles tengan un impacto en los clientes estadounidenses, que, hasta ahora, prácticamente no ha tenido ninguno", reflexionó Trump en agosto, después del anuncio de la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos (USTR, en sus siglas en inglés) de retrasar su entrada en vigor, planeada en principio para el 1 de septiembre.

La cifra de crecimiento se da a conocer días después de que la Reserva Federal (Fed) celebrase su última reunión de política monetaria, los días 17 y 18 de septiembre, en la que rebajó por segunda vez consecutiva los tipos de interés, actualmente entre el 1,75 % y el 2 %.

La Fed tomó esta decisión ante la ralentización del crecimiento global, especialmente en China y Europa, la "incertidumbre" comercial y las reiteradas peticiones de Trump de rebajar el precio del dinero.

La realidad es que la economía estadounidense ha dado señales dispares sobre su estado: por un lado, el mercado laboral mantiene su solidez, con una tasa de desempleo por debajo del 4 %, en niveles no vistos en medio siglo; mientras que la inflación sigue contenida y por debajo de la meta anual del 2 % marcada por la Fed.