La Fed tiembla ante el regreso de Trump: reducirá los tipos este jueves pero sus siguientes pasos están en el aire
- El presidente electo acometerá políticas inflacionistas, pero en su anterior legislatura presionó a Powell para bajar los tipos.
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Es difícil saber qué puede estar pasando por la cabeza de Jerome Powell en estos momentos. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se encuentra en una complicada tesitura, con la próxima decisión de recortar el precio del dinero ya en el horno y con un flamante presidente electo que exigirá tipos bajos mientras hace todo lo posible por subirlos.
El Comité General del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), el organismo encargado de tomar las decisiones de política monetaria en Estados Unidos, comenzó, apenas unas horas después de conocer al nuevo inquilino de la Casa Blanca, su reunión de noviembre, que terminará este jueves con la comunicación de los nuevos tipos de interés oficiales.
El consenso del mercado espera que a las 20 horas, hora peninsular española, se anuncie una bajada de 25 puntos básicos, de forma que la horquilla de las tasas se quedará en el rango de entre el 4,5% y el 4,75%.
De ser así finalmente, la Fed estaría acometiendo su segunda bajada de los tipos de interés en este ciclo tras llevar a cabo la primera el pasado septiembre, cuando cumplió con los deseos del mercado con un tijeretazo de 50 puntos básicos.
El recorte llegó después de la pausa de un año y dos meses que los miembros del FOMC se tomaron tras casi un año y medio acometiendo subidas, las cuales dispararon las tasas y pusieron fin a la etapa de tipos cero.
Qué pasará después
La victoria de Donald Trump y los republicanos en las elecciones presidenciales y legislativas de Estados Unidos va a tener, inevitablemente, un efecto en la política monetaria de la Reserva Federal.
La parte positiva es que la bajada de los tipos de este jueves está protegida de cualquier efecto al producirse menos de dos días después de las elecciones. Pero, más allá de este jueves, lo que pase es impredecible.
Antes de que se conociera el resultado electoral, el mercado daba por sentado que la Fed acometería una nueva bajada de los tipos de interés en su próxima reunión, que se celebrará entre los días 17 y 18 de diciembre.
De hecho, el plan de la propia Fed pasaba por bajar las tasas 25 puntos básicos en noviembre y el mismo volumen en diciembre. En su última decisión de tipos, los miembros del FOMC anticiparon que los tipos de interés terminarán el año en el 4,4%, lo que implicaba un recorte de otros 50 puntos básicos antes de que finalice el ejercicio.
Pero estas expectativas ya se están relajando. El lunes las previsiones del mercado daban una probabilidad del 80% a que se produciría un recorte de 25 puntos básicos en diciembre, mientras que el miércoles esta cifra ya había caído hasta el 68,7%. Desde Allianz Global Investors estiman ahora que la probabilidad es del 60%.
Aunque el presidente electo no tomará posesión del cargo hasta el próximo mes de enero, lo cierto es que en el mercado ya se anticipa que, en general, el proceso de recorte de tipos no será tan rápido ni tan profundo como se esperaba.
Y este jueves se darán pocas pistas sobre los siguientes pasos. "Es probable que la Reserva Federal se mantenga prudente en cuanto al ritmo de los futuros recortes de tipos", afirma François Rimeu, estratega sénior de Crédit Mutuel Asset Management.
Desde Carmignac estimaban poco antes de las elecciones que una victoria aplastante de los republicanos generaría una oleada de inflación que "obligaría a la Fed a interrumpir los recortes de tipos a principios de 2025 y a reanudar las subidas a finales de año".
La influencia de Trump
Es cierto que la Fed es un organismo independiente y como tal debe actuar, pero a nadie se le escapan las amenazas y las críticas contra la autoridad que Trump vertió a lo largo y ancho de su anterior legislatura.
Y eso que los ataques verbales no son la única arma que tiene Trump para desviar el camino de la Fed, que preveía alcanzar el próximo año su objetivo de inflación del 2%.
Como explican desde Generali AM, unos aranceles más altos, que Trump ya ha amenazado con implantar, "elevarían los precios estadounidenses por los mayores costes de importación y la menor competencia".
A estos efectos inflacionistas de las políticas de la próxima Administración Trump se sumarán otros probables, como que una menor inmigración reducirá la oferta de mano de obra, que las bajadas de impuestos mejorarán los beneficios empresariales y que la desregulación favorecerá al sector financiero, las energías fósiles y las criptomonedas en Estados Unidos.
Efectos que, en suma, obligarán al banco central a mantener los tipos de interés en un nivel más elevado, con su consecuente impacto sobre la economía.
Y hay que recordar que los temores a una recesión han sobrevolado a la economía estadounidense en varias ocasiones durante los últimos meses, en los que se ha cuestionado la actuación de la Fed y, en concreto, si se había pasado de frenada con sus últimas decisiones.
A esta coctelera se añade que el interés de Trump no es que los tipos de interés sean altos, sino todo lo contrario, en el marco de su política de desregulación del sector financiero.
Algo que, por cierto, generó un caldo de cultivo perfecto para dar lugar a una crisis bancaria en la primavera de 2022 que terminó con las entidades regionales de Estados Unidos.
"Es probable que Trump presione a la Reserva Federal para que siga reduciendo los tipos de interés y prosiga la desregulación del sector financiero y otros sectores", explica Dennis Shen, analista del sector público y soberano de Scope Ratings. Entre sus motivos se encuentra su poco interés en que el dólar se fortalezca y perjudique al comercio exterior de Estados Unidos.
De esta forma, la presencia de Trump en la Casa Blanca daría lugar a una paradoja en la economía estadounidense: sus políticas estarían generando un escenario propicio a las subidas de tipos mientras él mismo estaría empeñado en lograr bajadas.
Y hay otra derivada. Como explican desdeGenerali AM, "el control del Senado permite, en principio, al presidente elegir a sus amigos para el FOMC de la Fed". Por suerte para el banco central (y, probablemente, para desgracia del propio Trump) sólo habrá que sustituir a un miembro antes de 2028.
Se trata de Adriana Kugler, la primera gobernadora latina de la Fed, cuyo mandato vence en enero de 2026. Al margen, claro está, del propio Powell, que debe cesar en mayo de 2026.
La decisión de quién sustituye al capitán de la Fed corresponderá al FOMC, pero Trump seguramente quiera tener algo que decir. Porque si un adjetivo puede definir a este polémico presidente electo de Estados Unidos es, sencillamente, impredecible.