La inteligencia artificial se erige ya como uno de los mayores puntos de inflexión de la historia reciente. Esta tecnología promete generar nuevos modelos de negocio, transformar las industrias ya existentes, cambiar el mercado laboral e impulsar la productividad económica.
Tras la euforia que han despertado algunas de sus aplicaciones durante los últimos meses, 2024 se presenta como el año del inicio de su despliegue. El momento en el que muchas empresas empezarán a explotar y consolidar su potencial con unos resultados “que podrían provocar cambios radiales en la economía global”, apuntan desde la firma de análisis Goldman Sachs.
Tanto es así que con la introducción de esta tecnología en las compañías y la sociedad, es estima que se producirá un aumento del 7% en el PIB mundial en los próximos diez años –casi 7 billones de dólares (6,4 billones de euros)–, según esta misma consultora.
Impacto económico
Múltiples modelos de inteligencia artificial llevan instalados en nuestras vidas desde hace tiempo. Es el caso de los asistentes virtuales que nos ayudan a interactuar con la tecnología, como Siri o Alexa; las soluciones que facilitan a las marcas captar la atención de sus clientes; o aquellas que nos recomiendas contenidos en plataformas como Netflix o Spotify.
Pero ha sido la IA generativa la que capturado el interés de personas y empresas de todo el mundo. El rápido desarrollo de aplicaciones como ChatGTP o Copilot, y su capacidad para realizar tareas rutinarias, como escribir textos, crear imágenes digitales o generar código, ha provocado que esta tecnología forme parte de la conversación de forma habitual. También por su aptitud para organizar, clasificar y estructurar grandes cantidades de datos.
Tras analizar 63 casos de uso, del informe de McKinsey, El potencial económico de la IA generativa, recoge que, en concreto, la IA generativa podría aportar entre 2,6 y 4,4 billones de dólares (entre 2,4 y 4 billones de euros) de beneficios a la economía global.
Esto aumentaría su impacto entre un 15% y un 40% a los entre 11 y 17,7 billones de dólares (entre 10 y 16,2 millones de euros) de valor económico que estiman que la inteligencia artificial y el análisis no generativos podrían desbloquear. Su cálculo en 2017 era que la IA podría alcanzar un valor de hasta 15,4 billones de dólares (14 billones de euros).
Cambios en la industria
Su impacto en la industria será generalizado, pero será más acusado en el comercio minorista y de bienes de consumo, banca, farmacéutica y grandes tecnológicas. Por ejemplo, en retail podría generar un valor de entre 400.000 y 660.000 millones de dólares al año (entre 365 y más de 600 millones de euros); y en el sector bancario el impacto podría alcanzar los 340.000 millones de dólares anuales (310 millones de euros), según la investigación de McKinsey.
Independientemente del sector, alrededor del 75% de ese valor se concentrará en cuatro áreas: operaciones de clientes, marketing y ventas, ingeniería de software e I+D. Con casos de uso que incluyen la capacidad de la IA generativa para mejorar las interacciones con los clientes, crear contenido y generar código informático, entre otros.
Industrias y tareas a las que también señalan desde Goldman Sachs en su documento, desde donde recuerdan que los desarrolladores de software ya están incorporando la IA generativa a sus soluciones para mejorar la eficiencia de trabajadores y procesos. Un mercado que estiman que tiene un valor de 150.00 billones de dólares (137 billones de euros), frente a los 685 billones (625 billones de euros) de la industria mundial del software.
Por otra parte, un análisis de Bloomberg Intelligence sugiere que en 2022 la IA generativa generó unos ingresos de alrededor de 40.000 millones de dólares (36.400 millones de euros). Una cifra que podría ser de 1,32 billones de dólares (1,20 millones de euros) en 2032. Al desglosarlo por negocios, al área de software generaría 280.000 millones de dólares. El resto, 641 millones, representan al hardware, de los que 168.000 millones provienen de dispositivos y lo demás de infraestructuras.
Aumento de la productividad laboral
Aunque existen temores sobre cómo la inteligencia artificial impactará en el mercado de trabajo, el estudio llevado a cabo por McKinsey, tras examinar más de 60 casos de uso, refleja que la IA generativa permitiría un crecimiento de la productividad laboral de entre el 0,1 y 0,6% anual hasta 2040, dependiendo del grado de adopción.
Si, además, la IA generativa se combina con otras tecnologías de automatización, se podrían añadir entre 0,2 y 3,3 puntos porcentuales anuales al crecimiento de la productividad. Eso sí, el informe advierte de que los trabajadores precisarán apoyo para formarse en estas nuevas herramientas. Una inversión “que contribuiría sustancialmente al crecimiento económico y a un mundo más sostenible e inclusivo”.
Los autores del informe estiman que se pueden automatizar hasta el 70% de las actividades laborales que actualmente absorben del tiempo de los empleados, algo que es posible gracias a la capacidad de la IA generativa de comprender el lenguaje natural.
El miedo a que esto acabe con algunos de los actuales puestos de trabajo es justificado, pero desde Goldman Sachs apuntan que el 60% de las ocupaciones actuales no existía en 1940 y que más del 85% del crecimiento del empleo de los últimos 80 años se deriva de los avances tecnológicos que se han producido en este tiempo.
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