El plan de Espartaco no había salido según lo previsto. El líder de la rebelión de esclavos que hacía tambalear los cimientos de Roma, vencedor en varias batallas contra experimentados comandantes, pretendía cerrar un acuerdo con los piratas cilíceos para que sus hombres fuesen transportados por mar a Sicilia. Pero el resultado fue el contrario: se quedaron encerrados en la punta de la bota italiana y cercados por las ocho legiones que dirigía Marco Licinio Craso. El choque decisivo se registró en 71 a.C. con la victoria de las tropas republicanas. Los rebeldes que lograron escapar fueron capturados y ejecutados por Pompeyo, que regresaba triunfador de Hispania.
Un equipo de investigadores del Instituto Arqueológico de América asegura haber descubierto ahora las evidencias físicas de uno de los últimos episodios bélicos de la rebelión de Espartaco (73-71 a.C.). En el bosque de Dossone della Melia, en el sur de Calabria, el equipo de Paolo Visona, de la Universidad de Kentucky, ha realizado un "descubrimiento emocionante": un muro de piedra de 2,7 kilómetros de largo que habría sido una de las estructuras erigidas por el general romano Craso para contener al gladiador tracio y a sus miles de insurrectos seguidores.
Los trabajos de prospección con georradar y técnicas de teledetección han identificado que el muro estaba originalmente acompañado de otros elementos característicos del sistema defensivo romano: un foso profundo (fossa) que iba en paralelo a las piedras y un terraplén (agger). Según los arqueólogos, la estructura habría que interpretarla como una suerte de barrera ya que divide en dos partes un área plana y carece de puertas.
En un comunicado del Instituto Arqueológico de América, Paolo Visona ha señalado que la hipótesis que manejan es que Espartaco habría atacado el muro en un intento de liberarse de la trampa que había construido Craso para él. De hecho, las excavaciones emprendidas en algunos sectores han sacado a la luz "numerosas" armas de hierro rotas, como empuñaduras de espadas, grandes hojas curvas, puntas de lanza y otros restos metálicos. Estos hallazgos, que coinciden con la tipología de finales de la época republicana, sugieren que allí tuvo lugar un importante enfrentamiento bélico.
"Esta barrera puede identificarse como el cerco/muro de fortificación construido por Marco Licinio Craso en el año 71 a.C. para contener y atrapar a Espartaco y sus fuerzas", ha afirmado Andrea Maria Gennaro, arqueóloga del Ministerio de Cultura de Italia y partícipe en las excavaciones, a LiveScience. "Después de intentar ir a Sicilia, Espartaco no pudo moverse por las calzadas costeras debido a la presencia de los romanos por lo que su única forma de alcanzar la península y fugarse era cruzando la montaña Aspromonte".
Los investigadores, que empezaron a estudiar el sitio tras el aviso de un grupo local de exploradores que conocían la existencia de la estructura pero no le encontraban explicación alguna, aseguran que es probable que esta construcción sea la que cita Plutarco en su libro de las Vidas paralelas dedicado a Craso.
La historia de Espartaco, un hombre alto y extremadamente robusto según las descripciones de los historiadores antiguos, arranca en el año 73 a.C. en la escuela de gladiadores de Capua, al sur de Roma, dirigida por Léntulo Batiato. El objetivo de los rebeldes era escapar de esa suerte de prisión donde les entrenaban duramente para combatir en los juegos. Cuando estalló la revuelta, unos 70 gladiadores saquearon la cocina para armarse con cuchillos y otros elementos puntiagudos, asesinaron a sus instructores y luego marcharon hacia las faldas del monte Vesubio.
El gladiador cayó en ese lance final al sur de Italia, tal y como relata Apiano: "Espartaco resultó herido en un muslo por una lanza y, doblando la rodilla en tierra y cubriéndose con el escudo, se defendió de sus atacantes hasta que él y una gran masa de partidarios suyos fueron cercados y perecieron". El cuerpo del tracio nunca fue hallado y los 6.000 supervivientes fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia que va de la Ciudad Eterna a Capua para advertir de las consecuencias de rebelarse contra Roma.