Habían pasado más de treinta años desde el desembarco de Cristóbal Colón en las Antillas. Desde entonces, miles de hombres se perdieron en el vasto océano rumbo a América o en las profundidades de aquel Nuevo Mundo repleto de riquezas suficientes como para levantar un Imperio. Desde las profundidades de las junglas de Centroamérica que doblegó Núñez de Balboa, Francisco Pizarro se lanzó en 1524 en busca del casi legendario reino de Perú: ningún español lo había visto jamás, o no había vuelto para contarlo.
Este extremeño lo encontró y lo conquistó después de toda una odisea de varias décadas. La toma del inmenso Imperio inca realizada en el siglo XVI marcó un enorme punto de inflexión para los indígenas de toda la región. El choque cultural no fue menos duro que el choque inmunológico y las políticas de reasentamiento que desplazaron de sus hogares a más de dos millones de indígenas que fueron alojados en ciudades planificadas.
Estudiar y analizar de forma individual todos los asentamientos y yacimientos de este periodo para sacar a la luz una visión global de las consecuencias de la conquista y colonización de Perú es un trabajo muy complicado. Por ello, en 2018 varios profesores e investigadores de diferentes universidades se reunieron para crear la Plataforma Geoespacial para la Cultura, Historia y Arqueología Andina (GeoPACHA) que ya planea utilizar herramientas de inteligencia artificial para ampliar el alcance de las investigaciones y recopilar nuevos datos.
Orígenes y resultados
El antropólogo de la Universidad de Brown Parker VanValkenburgh lleva más de diez años estudiando sobre el terreno el impacto de la conquista en la vida cotidiana indígena. Este periodo de excavación y estudio intensivo normalmente se realizaba en un único valle o en un único asentamiento, por lo que le faltaba información sobre el resto de la región.
En consecuencia, decidió asociarse con el antropólogo Steven Wernke, de la Universidad de Vanderbilt, para crear GeoPACHA: una plataforma que permite a los investigadores trabajar juntos para cartografiar la región con imágenes satelitales de alta resolución y poder estudiar los cambios ambientales y culturales de los pueblos indígenas a una escala mucho mayor.
"Los arqueólogos somos realmente buenos a pequeña escala. Podemos cavar hoyos y contarles cómo cambió el suelo con el paso del tiempo. Pero carecemos de los datos sistemáticos que se necesitan para hacer grandes declaraciones sobre cómo estos cambios encajan en un panorama mucho más amplio, como el crecimiento de las sociedades indígenas del pasado, el ascenso y caída del Imperio inca o de los efectos a gran escala de la colonización española", expresó VanValkenburgh en un comunicado de la Universidad de Brown.
Gracias a esta plataforma y después de dedicar todo un año a recopilar información sobre fortalezas, caminos, corrales y terrazas agrícolas el proyecto comienza a dar sus frutos. La revista Antiquity ha publicado recientemente una serie de nuevos estudios que tratan cómo la colonización española y el reasentamiento forzoso cambiaron la densidad de población de la región, su paisaje natural y, en algunos casos, incluso su clima.
[Arqueólogos españoles hallan en Perú una estructura nunca vista de la élite del Imperio wari]
Uno de estos estudios fue dirigido por la antropóloga y doctora Bethany Whitlock. Después de analizar los caminos y corrales seguidos por ovejas y pastores en las sierras peruanas de Huancavelica, concluyó que estas infraestructuras suelen estar "concentradas alrededor de importantes asentamientos de época colonial y actual", lo que para la investigadora sería un "indicativo de las influencias del período colonial en las preferencias de asentamiento de los pastores."
Otra muestra de la utilidad de esta plataforma sería el estudio firmado por el profesor Giancarlo Marcone, de la Universidad de Ingeniería y Tecnología de Perú. En su artículo revela la importancia que otorgaron los pueblos prehispánicos a los "oasis de niebla", unas fértiles lomas enclavadas en la árida costa peruana de muy difícil acceso en la actualidad. Debido a que se encuentran en peligro por el cambio climático, declara que la investigación de las mismas "son una prioridad urgente para comprender la historia a largo plazo de esta parte de América del Sur".
Inteligencia artificial
"Trabajar a mayor escala puede ayudar a los arqueólogos a generar investigaciones más impactantes que aborden temas como el desarrollo de la desigualdad social, los devastadores legados del colonialismo o las respuestas de las sociedades pasadas al cambio climático", dijo VanValkenburgh.
Una de las últimas incorporaciones a GeoPACHA es Yuankai Huo, profesor asistente de Ciencias de la Computación en la Universidad de Vanderbilt, que será el encargado de "entrenar" a la inteligencia artificial para poder estudiar toda la región andina que incluye grandes áreas de Perú, Chile, Bolivia y Ecuador. Esperan que su desarrollo llame la atención a los investigadores de los citados países para que se sumen al proyecto.
VanValkenburgh afirmó que gracias al futuro uso de esta IA "podemos cubrir un área 10 o 20 veces mayor que el de nuestras zonas de investigación iniciales. Las preguntas que podemos abordar con un conjunto de datos tan grande son bastante interesantes". Según sus declaraciones, los datos recopilados por el proyecto pueden generar años de análisis, estudios y nuevos hallazgos.