Matilde García, la coordinadora general de la Alcaldía de Madrid, ha declarado este viernes como testigo en el caso Mascarillas. Ante el juez Adolfo Carretero, encargado de investigar la supuesta estafa sufrida por el Ayuntamiento de la capital en tres contratos sanitarios, la alto cargo del consistorio ha negado conocer de nada al aristócrata Luis Medina, uno de los imputados en el caso, y ha negado cualquier trato de favor hacia él. También ha asegurado que no informó al alcalde José Luis Martínez-Almeida sobre esta gestión.

García ha asegurado que, una vez su departamento recibió el correo electrónico en el que Medina se ofrecía a vender material sanitario a la Administración, lo derivó a los responsables de compras del Ayuntamiento, como hacían de forma "automática" con todas las ofertas. Antes, no obstante, llamó por teléfono al aristócrata para pedirle detalles.

"Una vez aclarado que se trataba de un ofrecimiento comercial, mi equipo lo remitió automáticamente", ha apuntado. Ella, ha aclarado, se dedicó a gestionar las donaciones de productos antiCovid, no las ventas. Así lo confirman a EL ESPAÑOL fuentes presentes en el interrogatorio.

Luis Medina, en los juzgados. Gtres.

Según ha insistido ante el juez, con dicho contrato se siguió el mismo procedimiento que con cualquier otro. "Estábamos desesperados por conseguir mascarillas; contacté con Luis Medina como uno más; nunca le he visto y desconocía que era el hijo del duque de Feria", ha declarado. 

Y ha negado que informase al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sobre esta gestión, pese a que el primo del regidor le solicitó un e-mail para facilitárselo a un empresario interesado en hacer llegar su oferta al consistorio, que resultó ser Luis Medina.

A juicio a García, al alcalde le ocupaban asuntos "más importantes" en aquellos días en los que morían más de 500 personas diarias por Covid-19. "Él estaba en esos días en asuntos mucho más trascendentes que a quien pasaba yo el correo electrónico de la Coordinación [General de Alcaldía]", ha manifestado al juez.

Asimismo, Matilde García ha reiterado que ella no tuvo rol alguno en el proceso de contratación, ni dio ninguna instrucción o indicación a ningún funcionario sobre los contratos que finalmente se firmarían con los investigados Luis Medina y Alberto Luceño. Fue este último quien acabó negociando, vía WhatsApp, los contratos con Elena Collado, la responsable de las compras sanitarias para el consistorio.

El primo del alcalde

El motivo de la declaración como testigo de Matilde García es que fue a ella a quien telefoneó Carlos Martínez-Almeida, primo del alcalde de la capital, cuando Luis Medina le contactó gracias a una conocida común. A Carlos y Matilde, por su parte, les une una amistad de más de 15 años, como ella misma ha reconocido este viernes en el Juzgado de Instrucción 47.

Así, Carlos Martínez-Almeida facilitó a Luis Medina el correo electrónico de la Coordinación General de Alcaldía que le indicó García. Y el aristócrata envió su oferta de material sanitario a cgalcaldia@madrid.es, como consta en la documentación remitida al Juzgado por el consistorio. Es patente que Matilde y Luis no se conocían; éste la llama, en el primer e-mail, erróneamente, Maite.

El primero de los correos enviado por Luis Medina a la Coordinación General de la Alcaldía de Madrid. EL ESPAÑOL

Según ha insistido la alto cargo este viernes en el Juzgado, no comentó al alcalde esta conversación con su primo al considerar irrelevante que le facilitó un e-mail de carácter genérico, el mismo que el propio Ayuntamiento publicitaba en sus redes sociales como el habilitado para recibir donaciones de materia sanitario.

El pasado día 12 de mayo, durante su interrogatorio —también como testigo—, Carlos Martínez-Almeida también desvinculó a José Luis Martínez-Almeida de toda esta gestión. El juez ha descartado tajantemente en varias ocasiones que el pariente del regidor intentara influir en la Administración para favorecer a Luis Medina.

'Caso Mascarillas'

A principios del pasado abril, la Fiscalía Anticorrupción presentó una querella contra el empresario Alberto Luceño y el aristócrata Luis Medina. En ella, el Ministerio Público relataba que ambos "inflaron" el precio de tres contratos sanitarios con la funeraria municipal de Madrid: para guantes, mascarillas y test contra el coronavirus.

Lo habrían hecho "de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico". Y entregaron al consistorio material defectuoso o que no cumplía lo acordado. La empresa municipal encargada de esta compra pagó por todos los artículos unos 11 millones de euros de dinero público.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Efe Efe

Luis Medina cobró 912.742 euros como comisión, a razón de un dólar por cada mascarilla entregada. Su labor se habría limitado a facilitar el contacto con el Ayuntamiento. El empresario Alberto Luceño, en total, se embolsó más de cinco millones de euros por los tres contratos.

Asimismo, según la querella de Anticorrupción, los dos comisionistas usaron, supuestamente, documentos falsificados para justificar estos abultados ingresos en sus entidades bancarias.

Con la compra de bienes de lujo —entre ellos, un piso en Pozuelo de Alarcón, un velero o varios coches deportivos; todo ello ya embargado por el Juzgado—, los dos empresarios habrían tratado de reintroducir este dinero en el circuito legal.

Ambos están imputados por los delitos de estafa agravada, blanqueo de capitales y falsedad documental. Por su parte, Luis Medina Abascal también suma el de alzamiento de bienes. El hijo de Naty Abascal continuó vaciando sus cuentas corrientes después de que, una vez interrogado por el fiscal anticorrupción y ya sabiéndose investigado, le asegurase que no iba a hacerlo.

Noticias relacionadas