El Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid ha admitido a trámite la querella presentada por la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Luis Medina Abascal y Alberto Luceño Cerón por las comisiones cobradas por su intermediación en tres contratos sanitarios del Ayuntamiento de la capital en marzo de 2020. El Ministerio Público les acusa de los delitos de blanqueo, estafa agravada y falsedad documental.
Según confirman fuentes jurídicas, en las próximas fechas, y entre otras diligencias que se acordarán en el marco de la instrucción, el magistrado titular del Juzgado, Adolfo Carretero, tomará declaración a los dos querellados, así como a varios testigos. El juez ha ofrecido acciones al Ayuntamiento de Madrid para personarse en el procedimiento.
Anticorrupción acusa a ambos empresarios de "inflar" el precio de varios contratos sanitarios (para guantes, test contra la Covid y mascarillas) "de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico".
En total, por todo el encargo, la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid S. A. —participada al 100% por el Ayuntamiento de Madrid— pagó, en la peor etapa de la pandemia, más de 11 millones de euros de dinero público. Ninguno de los materiales recibidos tenían la calidad esperada.
Luis Medina habría cobrado más de 800.000 euros como comisión, a razón de un dólar por cada mascarilla entregada. Su socio, en total, unos cuatro millones de euros. E, incluso, habría ocultado a Medina que su comisión era varias veces superior, haciéndole creer que ambos recibirían cantidades idénticas.
Tal y como recoge la querella de Anticorrupción, ambos gastaron sus respectivas comisiones en lujo. Medina adquirió un velero Eagle 44, que registró en Gibraltar a nombre de una empresa que comparte con su hermano, el duque de Feria, y dos bonos bancarios. El barco costó 325.515 euros.
Por su parte, Luceño amplió su colección de coches deportivos de alta gama y con varios Aston Martin, un Ferrari y un Lamborghini. También sufragó una estancia de seis días en un hotel de lujo marbellí (60.000 euros) y adquirió tres relojes de lujo (45.000 euros) y un piso en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, por más de un millón de euros.
Según detalla la Fiscalía Anticorrupción, la relación de amistad de Abascal con un familiar del alcalde Martínez Almeida —posiblemente, un primo del primer edil— le permitió conocer el nombre de la responsable del Ayuntamiento "a la que se debía dirigir para concretar los términos de las operaciones". Esta funcionaria era también consejera de la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid. "Desde este momento, las negociaciones ulteriores se llevaron a cabo entre ésta y Alberto Luceño", reza el escrito.
Y éste, aunque se presentó como tal, "ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China". "Del mismo modo, (...) tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya [la nacionalidad de la compañía que iba a realizar la exportación] ni actuaba movido por ninguna intención altruista", como había llegado a manifestar a la funcionaria antes de firmar el contrato.
En su querella, Fiscalía Anticorrupción también recuerda que se firmó "en un momento de extrema carencia de materiales sanitarios" contra la Covid-19 en todas las Administraciones españolas.