Cronología de una noche surrealista en la que el Gobierno 'secuestró' el Congreso hasta que le salieron las cuentas
- Tras más de ocho horas agónicas, la Comisión de Hacienda mantiene con vida parte de la reforma fiscal del Gobierno. Al menos hasta el jueves.
- Más información: El Gobierno salva parte de su reforma fiscal para cumplir con la UE en una negociación caótica y de madrugada
El Congreso de los Diputados vivió este lunes (y buena parte de la madrugada del martes) una de sus sesiones más surrealistas. El resumen podría ser que el Gobierno, en un último intento por mantener viva su reforma fiscal, mantuvo a la Comisión de Hacienda, a los periodistas y a los funcionarios de la Cámara Baja secuestrados durante más de ocho horas hasta que le salieran las cuentas.
El descontrol fue tal que, por momentos, los diputados no sabían lo que estaban votando. Dudaban, se quejaban, rectificaban, debatían con el letrado del Congreso y pedían, por favor, cinco minutos más para leer la marea de enmiendas que iban llegando a sus teléfonos móviles. En un momento dado llegaron a tener cerca de 140 y tuvieron que pedir prestados cargadores.
Nadie estaba preparado para una jornada así. Las cuentas de hoy no son las mismas que las que puede haber el jueves en el Pleno. Así ocurrió todo.
17.00 horas. Arranca la jornada, puntual. Los diputados y los periodistas se concentran en un Congreso prácticamente vacío, sin grandes actividades programadas, y hay una sensación generalizada de que el asunto se va a resolver más o menos rápido. No hay Pleno y todo se decide en una Comisión, algo que pasa todos los días.
Aunque nadie sabe aún con exactitud qué va a pasar con la directiva europea, todo apunta a que los vetos cruzados de los socios del Gobierno van a hacer que decaiga la reforma fiscal y que el Ejecutivo se va a tener que apoyar en el PP para aprobar la directiva europea, rompiendo el bloque de investidura.
17.04 horas. El primero en hablar en la Comisión es el diputado del BNG Néstor Rego y le siguen el resto de partidos, que empiezan a marcar su postura. Al principio no hay grandes sorpresas, todos dicen lo que ya se había dicho tantas veces antes, pero el diputado del PP Santi Rodríguez acaba manteniendo una ambigüedad calculada que ya no permite saber si el PP apoyaría el dictamen.
Los populares se habían mostrado favorables a aprobar el dictamen que exige la Unión Europea, pero sin incluir más medidas fiscales.
18.00 horas. Pasadas las 18.00 horas la Comisión se toma un receso en el que lo que más se comenta es qué hará el PP en la votación.
19.03 horas. Los diputados regresan tras el receso. PSOE, Sumar y Junts han llegado a un acuerdo para transaccionar varias enmiendas y estas son las primeras en votarse. A esta hora la situación todavía no se ha descontrolado, pero ya empieza a dar signos de que algo va a salir mal. Por lo menos para los más supersticiosos.
La Mesa de la Comisión se equivoca en el recuento de algunas de las votaciones (que son a mano alzada), el presidente se olvida en una ocasión de preguntar quién se abstiene y arranca la primera discusión: la Comisión tumba varias enmiendas transaccionadas del PSOE y los socialistas quieren que esas enmiendas luego se puedan votar por separado, como llegaron inicialmente.
El PP cree que esto no debería de ser así, porque si la Comisión ya ha tumbado la transaccionada, entienden que tumba también la original. El letrado presente acaba dando la razón al PSOE y la diputada de ERC Pilar Valluguera pide al presidente de la Comisión, Alejandro Soler, que, por favor, se aclare esta situación.
Comenta Valluguera que el criterio no está unificado y que en otras comisiones se actúa interpretando que al tumbar una transaccional se entiende que la enmienda de origen también se tumba. Llama la atención que algo tan básico no esté unificado en el Congreso.
Tras esta discusión, empieza la votación de las enmiendas por separado, sin transaccionar. De nuevo se producen los errores en el recuento y empieza a verse qué impuestos de la reforma fiscal empiezan a decaer por falta de apoyos. En ese momento, todo el mundo pensaba que aquella clase improvisada de técnica parlamentaria iba a ser lo más interesante del día.
20.30 horas. Tras una larga votación de decenas de enmiendas, el presidente otorga un nuevo receso antes de votar el dictamen definitivo. Tal y como va la situación, la gente empieza a comunicar a sus familias, parejas o amigos, o incluso a sus jefes, que todo estará resuelto sobre las 21.30.
A fin de cuentas, sólo falta volver del receso y votar y la gente tenía planes de vida. Es algo que debería solventarse de una forma rápida. Lo que nadie sabía (o sabían muy pocos) es que el Gobierno estaba dispuesto a paralizar el Congreso el tiempo que hiciera falta para intentar salvar una votación que tenía perdida.
21.00 horas. Los diputados empiezan a percibir que el receso está durando más de lo previsto. "Igual no llego a cenar", dice uno del PP. Aún no sabe que igual no llega a desayunar. El presidente de la Comisión y el letrado están en el patio del Congreso y cuando los diputados van a buscarles, entran en la zona del Gobierno, donde no pueden entrar ni periodistas ni otros diputados.
Empiezan las primeras críticas, al principio veladas, y se nota que la negociación está en el aire. Un trabajador del Ministerio de Hacienda hace ronda de contactos y empieza a hablar con los diputados de ERC, Bildu y BNG. Más tarde, va a hablar con el diputado de Junts.
En este momento no hay pesos pesados de cada partido en las negociaciones y todo el que habla con alguien de otro partido, se cuelga del teléfono para hablar con sus respectivos jefes.
Empieza a dar la sensación de que el presidente de la Comisión se ha escondido en la zona de Gobierno para hacer tiempo mientras el Ejecutivo negocia con sus socios una salida. El cabreo, evidentemente, empieza a crecer entre los asistentes, especialmente entre la oposición.
Que la comisión en la que se está decidiendo el futuro fiscal del Estado esté parada 3 horas y se retome a las 23:00 es una muestra más del juego corto de algunos y del desorden de esta legislatura.
— AITOR ESTEBAN (@AITOR_ESTEBAN) November 18, 2024
A estas alturas, ya no se puede contar con el apoyo del PP para salvar la directiva europea y tampoco con los socios. Si esto decayese, el Gobierno demostraría que no tiene números para unos Presupuestos y España recibiría una multa por parte de la Unión Europea.
21.40 horas. Tras más de una hora de receso, el presidente de la Comisión, Alejandro Soler, sale con cara de preocupación de la zona del Gobierno y se encamina hacia la Comisión. Comenta a los que se acercan que si nadie le "come" va a proponer que el receso sea hasta las 23.00 horas.
Los diputados de la oposición no se muestran de acuerdo, uno pregunta si es a las "11 de la noche o de la mañana del día siguiente", pero no hay nada que puedan hacer y la Comisión queda suspendida. Se trata ya de por sí de una situación insólita: el Gobierno ha interrumpido una votación para la que no tiene los números para seguir negociando.
Los diputados aprovechan entonces el momento para salir a los bares de alrededor del Congreso para cenar o picar algo. Dentro de la Cámara Baja, los periodistas empiezan a comprar sándwiches en una máquina de venta automática, pero las existencias se acaban rápido. Ya no hay cena para todos y la cafetería del Congreso lleva cerrada desde las 19.00 horas.
22.00 horas. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, critica esta jornada por Twitter, actual X. "Que la comisión en la que se está decidiendo el futuro fiscal del Estado esté parada tres horas y se retome a las 23:00 es una muestra más del juego corto de algunos y del desorden de esta legislatura", escribe.
22.50 horas. Faltan 10 minutos para las 23.00, la hora en la que supuestamente se va a retomar la comisión. ERC, Bildu y BNG envían un comunicado comentando que han llegado a un compromiso con el Gobierno para prorrogar el impuesto a las energéticas.
Esto genera una contradicción enorme, ya que el comunicado enviado por los tres partidos es contrario al acuerdo al que el Gobierno ya llegó con Junts y el PNV. El Gobierno se está enmendando a sí mismo y ni siquiera le sirve para garantizarse que todo lo previsto salga adelante porque las posturas de los socios parecen irreconciliables y, aunque salve la votación de la Comisión, caerá en el Pleno del jueves que viene.
De todas formas, los diputados empiezan a regresar al Congreso porque se acercan las 23.00, la supuesta hora en la que se va a votar. Todavía no saben que van a seguir ahí hasta la madrugada, pero las caras ya son de cierto hartazgo, aunque con la esperanza de que la situación se desbloquee rápido y se puedan ir.
El Gobierno pacta con Junts y PNV eliminar el impuesto a las energéticas. Ahora acuerda lo contrario con ERC y Bildu, sabiendo que sin el apoyo de Junts y PNV finalmente no habrá impuesto
— Irene Montero (@IreneMontero) November 18, 2024
Si PNV y Junts no lo apoyan, es una trampa para salvar la votación y Podemos no lo apoyará https://t.co/nNFt26Q32i
23.30 horas. El presidente de la Comisión sigue sin aparecer. Hay, a la par, cierto cabreo y cierta relajación. Una diputada cuenta la anécdota de cuando le dijo a una ministra de Sanidad que le gustaban las almejas y esta le trajo al día siguiente un tupperware que había cocinado en su casa y, al lado, un ujier habla con otro trabajador sobre las horas que son y cómo se le está alargando la jornada.
"El Gobierno pacta con Junts y PNV eliminar el impuesto a las energéticas. Ahora acuerda lo contrario con ERC y Bildu, sabiendo que sin el apoyo de Junts y PNV finalmente no habrá impuesto. Si PNV y Junts no lo apoyan, es una trampa para salvar la votación y Podemos no lo apoyará", tuitea la exministra de Igualdad Irene Montero.
00.30 horas. Los diputados del PP se quejan al letrado presente en la Comisión de que esto no puede ser. Piden que siga adelante sin el presidente, ya que la Mesa sí se encuentra presente, pero no cuaja la idea. Un diputado se queja de que el Gobierno ya ha desconvocado esta comisión en dos ocasiones (el lunes y jueves de la semana pasada) y que es una falta de respeto institucional suspender el proceder de la Cámara hasta que le salgan las cuentas.
00.40 horas. Por fin, el presidente de la Comisión regresa y se procede a la votación. Los diputados muestran su descontento, pero sigue adelante y el dictamen queda aprobado con los votos a favor de Junts y el PNV y el resto de socios. Si bien se sabe qué ofreció el Gobierno a ERC, Bildu y BNG, se desconoce a qué pacto se llegó con Junts y PNV.
Hay una anécdota muy ilustrativa: al levantar la sesión, el presidente dice que se verán las caras "mañana" y los diputados le corrigen diciendo que es "hoy", porque ya es martes. Los diputados abandonan el lugar muy enfadados pero siempre con algo reservado para el humor: "Buenas noches", dice uno. "Será buenos días", le responde el otro.
La comisión ha terminado prácticamente a la 1.00 de la madrugada, cuando había comenzado a las 17.00 horas del día anterior, más de 8 horas después. Es algo insólito, lo nunca visto y la oposición acusa al Gobierno de haber secuestrado el Congreso hasta que le dieran las cuentas para aprobar el dictamen.
1.00 horas. Para rematar lo surrealista de la situación, el Ministerio de Hacienda emite un comunicado en el que asegura que mantiene su acuerdo con Junts. Ello, a pesar de que es incompatible con el acuerdo con ERC y demás socios. Pero esa batalla quedará para otro día, a este ya no le quedan horas.