Pedro Sánchez junto a su mujer, Begoña Gómez, en el mitin de este miércoles en Benalmádena (Málaga).

Pedro Sánchez junto a su mujer, Begoña Gómez, en el mitin de este miércoles en Benalmádena (Málaga). Efe

Política ELECCIONES EUROPEAS

"¡Begoña, Begoña!": Sánchez convierte a su esposa en el estandarte de la campaña del PSOE

El presidente reaparece junto a su mujer en su primer mitin tras la citación judicial, e invoca un "zurdazo" de votos "contra los bulos de la ultraderecha".

6 junio, 2024 02:57

Apenas 24 horas después de su segunda carta a la ciudadanía, Pedro Sánchez dio un paso más. Desde este miércoles, la esposa del presidente del Gobierno no es sólo una persona investigada por dos presuntos delitos, sino también el estandarte de la campaña del PSOE para las europeas.

Gómez fue vitoreada en Benalmádena (Málaga) al grito de "¡Begoña, Begoña, Begoña!". Y fue arropada por todos los oradores del mitin. Curiosamente, por el que menos, por su marido, quien sí que le cogió la mano, le acarició la rodilla y charló sonriente con ella durante las intervenciones de Juan Espadas, Nicolas Schmit y Teresa Ribera.

El líder socialista andaluz le ofreció su "compañerismo y solidaridad"; el candidato socialista luxemburgués a presidir la Comisión Europea, comparó el "acoso inaceptable a la familia de Pedro Sánchez" con los ataques a militantes socialistas en Alemania y al intento de asesinato del primer ministro eslovaco, Robert Fico; y la cabeza de lista del PSOE el 9-J prometió "tomarse en serio, querida Begoña", la lucha "contra la máquina del fango".

Este miércoles, el PSOE estrenó su última remesa de mensajes de campaña, en la que presumirá de "zurdazo".

Haciéndose dueño del presunto insulto con el que Javier Milei arremete contra toda la ideología progresista, Sánchez tratará de aglutinar de aquí al domingo "a todos y todas los zurdos y las zurdas" para "parar con los votos a los bulos de la internacional ultraderechista".

Ese todos y todas tenía, en realidad, dos objetivos: las derechas (todas) a las que hay que parar, por un lado, y las izquierdas (todas) que, para hacerlo, deben "elegir la papeleta del PSOE, el único partido que los puede parar".

Si el 23-J a Sánchez le salvó la campana, los sondeos le han ido diciendo que, en estas europeas, insistir en el mismo mensaje le puede dar aún más rédito: el de, por fin, reunificar el progresismo en torno a un PSOE más mayoritario.

Milei, compendio de males

Si Begoña Gómez es el estandarte, el presidente argentino se ha convertido en el compendio de todos los males contra los que lucha este PSOE. Por sus palabras -"la justicia social es una aberración"-, por sus hechos -"recortes para la mayoría social, privilegios para unos pocos"- y porque sus actos apuntalan el discurso del líder socialista.

"¿Sabéis por qué vino a España a insultar?", se preguntó retóricamente Sánchez. "Vino a que lo aplaudieran todos los socios de Abascal, porque hemos demostrado que les podemos parar". Para el presidente del Gobierno, "hay muchos ejemplos, como Milei, Trump, Bolsonaro, Orbán, Feijóo o Abascal... pero un solo referente de cómo pararlos, en España lo hemos hecho".

Lo que hizo aquel día en Madrid el mandatario argentino fue no sólo mentar a la esposa "corrupta" de Sánchez, y mofarse de él "ensuciarse" por airear la causa judicial contra ella en la carta en la que anunciaba que paraba para "reflexionar cinco días". También hizo discurso político, arremetiendo contra el socialismo como una "ideología cancerígena que conduce a la pobreza y la muerte".

Y por eso, usando la misma estructura discursiva, pero a la opuesta, la campaña del PSOE gira ahora en torno a Begoña Gómez y al "¡no pasarán!", que entonó Ribera con los asistentes al mitin. Porque, como dijo Sánchez, "el fango no es sólo un desafío a la democracia en España, y la agenda reaccionaria de los bulos se combate con votos".

En realidad, el presidente del Gobierno citó poco a su mujer, que aplaudía desde la primera fila del auditorio: "Gracias de corazón, os lo agradecemos, Begoña y yo", fue su única referencia, al inicio de su discurso, en un ambiente enfervorizado, su primer mitin tras la citación como encausada a su esposa por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

"Hablando de corazón" a la "familia socialista", dijo haber sentido su "solidaridad, empatía y compañerismo". Porque los últimos meses, sostuvo, han "arreciado" sobre él y sobre su familia "los ataques de la internacional ultraderechista"

Ahí es donde se unían, como eslabones de una cadena, el caso Begoña y las elecciones del 9-J.

"No somos ingenuos, yo ya sé que el camino socialista es el más difícil", dijo enlazando el "zafio montaje" de las acusaciones contra su mujer con la petición del voto. "También es el camino más justo, y el que merece España frente al asedio vil de la ultraderecha y el silencio cómplice de la derecha".

Begoña contra el fango

Sánchez parece quererle quitar al juez Juan Carlos Peinado la jurisdicción sobre la investigación a su esposa y someterla al voto de los españoles.

"Hay un hilo argumental que une a Abascal, a Feijóo, al Alvise éste que por desgracia puede salir... y a las asociaciones ultraderechistas como Hazte Oír, Manos Limpias y el resto de la máquina del fango: derribar a este Gobierno".

Mientras prometía tres años más de "avances" y recibía aplausos al grito de "¡Pedro, Pedro!", el presidente añadió: "Por eso todos los zurdos, todos los europeístas deben votar al PSOE este domingo, contra los retrocesos sociales de la internacional ultraderechista".

El "zurdazo" de optimismo, la anunciada "remontada", y la contraposición de Begoña Gómez a la extrema derecha serán ya un solo asunto de aquí a la votación del domingo. No importa que la Audiencia Provincial viera "indicios acreditados de delitos" en la conducta de la mujer de Sánchez. Ni la exageración del candidato luxemburgués, que mezcló un auto judicial con un atentado magnicida frustrado...

"Los zurdos y las zurdas nos expresamos votando en masa al único partido que es capaz de frenar a la ultraderecha, al odio y a la mentira", bramó el presidente. "En este difícil contexto geopolítico lo estamos haciendo bien. Creamos empleo y es de calidad; subimos las pensiones y bajamos el déficit... y por eso", defendió, "se justifica que sigamos gobernando tres años más"

Y acabó Sánchez mentando "al ideólogo de Abascal y Feijóo", el expresidente Aznar... aunque engañó en su cita.

Cuando Aznar dijo "quien pueda hacer, que haga" no fue "tras la investidura" porque la "frustración" de no haber logrado que los suyos gobernaran, sino dos semanas antes de ella, mientras se negociaba la amnistía que se la dio. En todo caso, de nuevo, el PSOE ha sabido tornar un ataque en contraataque: "A eso, yo os digo, este 9-J quien pueda votar, que vote... y que lo haga al PSOE".