Sandra Golpe: "Es horrible oír de Sánchez que hay 'máquina del fango'. A necedades, oídos sordos"
"Si Sánchez se atreve a tocar la libertad de prensa habrá un gran clamor en contra" / "Lo que más me molesta de los políticos que cambian de opinión es que toman a la gente por tonta" / "Por culpa de las audiencias hay en esta profesión muchas bajas por ansiedad, depresión, infartos…" / "Mi padre era militar. Me da rabia cuando se define a Bildu como progresista".
26 mayo, 2024 03:32Hay una cámara que avanza sola por el plató en dirección a Sandra Golpe. Es una cámara enorme con unos cables que le nacen de su extremidad inferior. La cámara, negra y de mil tentáculos, se va acercando a la mesa. La cámara es un monstruo enorme y sigiloso que va a embestir a la presentadora. No entendemos por qué la cámara se mueve. Pero se mueve. Es como si el suelo estuviera inclinado.
El directo ha empezado hace unos minutos. No importa. Debemos actuar para proteger a Sandra del golpe y para no quedarnos sin entrevista del domingo. Cuando vamos a intervenir, aparece a nuestro lado Manuel, del departamento de Comunicación de Atresmedia, que nos mira como si hubiésemos perdido la cabeza: “Pero, ¿qué hacéis?”. “¡La cámara! ¡Que se va a chocar contra la mesa!”. Manuel dice que, efectivamente, la cámara se mueve sola, pero que se trata de un movimiento controlado. Nos disculpamos y volvemos a tomar asiento: “Somos de Pamplona, perdona, no sabíamos que existen las cámaras que se mueven solas”.
Hemos venido a ver el informativo de las 15h. Golpe nos ha invitado a verlo justo antes de la entrevista. Porque vamos a hablar de lo que aquí ocurre, de cómo ocurre y de por qué ocurre. Se trata de dilucidar las razones que llevan a un hecho a convertirse en noticia, ser seleccionado como tal y acabar en la tele de nuestra casa. Este informativo –nos dicen en la casa antes de empezar– es el más visto de la pantalla con dos millones y pico de entrevistadores.
Algunas cosas que vemos en la tramoya.
Para qué hacer puenting si se puede hacer informativos. Golpe se levanta de su silla a y 57. Su equipo nos dice que “hoy va pronto” porque estamos nosotros. Normalmente, lo hace a y 59. Esto es posible porque el plató, al no tener paredes y estar enclavado en medio de la redacción, se encuentra literalmente a tres metros de la mesa de la presentadora.
Para qué ir a buscar las noticias a los bares si esto ya es un bar. El ruido de la redacción es la banda sonora de este informativo. Gritan “silencio”, pero no se calla nadie. Es una redacción de verdad. Los de Nacional parecen un coro de voces vascas. El resultado es un milagro: no se cuela en nuestra tele ni la mitad de lo que aquí sucede.
Para qué ir a una zapatería si está el cajón de Golpe: cuando faltan cinco minutos, se quita unas botas negras que lleva –hace cuarenta grados, así que debe de vivir en Siberia–, abre un cajón y aparecen como veinte pares de tacones. Elige unos y se los pone. Será normal, pero nosotros, los nuevos, aquí estamos, mirándole los pies a Golpe.
Para qué tocar un instrumento si se presenta un informativo: vemos en la pantalla de Golpe unas indicaciones en mayúsculas y comillas; pistas para recordarse que debe pronunciar algunas palabras de manera diferente. Su padre la despertaba con música de Camarón. Golpe ensaya antes de empezar. Recita en voz baja y, a ratos, suspira. ¿Qué es un telediario si no “suspiros de España”?
Sandra Golpe no aprobó la asignatura de carlismo en la Universidad de Navarra. Debe rematar sus textos cuando quedan tres minutos. Aparece un técnico para ponerle tres micros, un maquillador para repasar, un peluquero para repasar… y Golpe, que repasa lo suyo a trompicones, no suelta ningún manotazo.
[El informativo transcurre con normalidad. Golpe sí aprendió en Navarra a pedir milagros. Podemos empezar]
*Gracias al equipo de informativos por permitir este ejercicio de voyeurismo: Miguel Sayagués, Teo Ibernón, María José Zamora, María Pérez Laya, Esther Malagón y un largo listado de etcéteras.
Tu cara me suena, Sandra Golpe.
Me alegro. Eso significa que estás entre la gente que ve Antena 3 Noticias.
Soy uno entre dos millones, no tiene mucho mérito.
¡Éxito total! [sonríe] Toquemos madera.
He visto que te metías un chicle en la boca antes de entrar a plató. ¿Eres como Ancelotti? ¿Lo mascas durante el partido o lo tiras justo antes?
Lo tiro antes, lo tiro antes… Es una costumbre que tiene que ver con mi pasado más remoto. Cuando estaba en la Cope, muy joven, me temblaban las manos al cantar la Primitiva y cosas por el estilo. Acababa tirando los papeles, no podía con ellos.
Susana Moneo, una compañera, siempre tenía un chicle en la boca cuando entraba al estudio. Luego se lo dejaba en un dedo, tan tranquila, y empezaba a hablar. Es un truco. El chicle ayuda a vocalizar mejor. Y es cierto. Funciona. Lo hago por eso.
No lo había oído nunca.
Los últimos momentos, ya lo habéis visto, son muy estresantes. Te viene gente por todos los lados a ponerte el micro, a darte las cosas que tienes que llevar encima, te retocan el pelo y la cara lo que pueden… Y, mientras, tú vas rematando los textos. Tenemos la suerte de que este es un plató abierto. Está, literalmente, a cinco pasos de la mesa en la que trabajamos.
Ocho minutos antes de empezar: te has quitado unas botas, has abierto un cajón y han aparecido como treinta pares de tacones.
Así es mi cajón, pero también el de muchísimas compañeras. Por eso es tan importante que el plató esté tan cerca de las mesas. Eso nos permite estar en zapatillas de deporte hasta dos minutos antes del directo. La escaleta del informativo se hace en esta sala de reuniones en la que estamos ahora, también a muy pocos metros, como veis, de nuestras mesas [Sandra parece de Tecnocasa. Si fuéramos millonarios, alquilábamos el plató ahora mismo].
Todos tenemos esa aplicación en el móvil que detecta los kilómetros que recorremos al día. Tú no paras quieta. Te sientas, te levantas, te giras, te vuelves a sentar. Se ve desde casa, pero en directo resulta más llamativo.
Está pensado, ¿eh? Cuando maquino la estructura del informativo, pienso en ese dinamismo: en el movimiento, en que aparezcan caras nuevas… Si una no se aburre, es mucho más difícil que el espectador se aburra. Este sistema nos mantiene a todos prevenidos y alerta. Se crea un clima de implicación colectiva que creo que funciona. Nos da igual el ruido de alrededor, estamos muy concentrados. Me gusta que pasen cosas durante el informativo.
Sueles decir eso de que te gusta que el informativo hable de las cosas que se hablan en los bares. ¡Pero si hacéis el programa en un bar! Hay un jaleo tremendo alrededor y al no haber paredes… Es impresionante que el ruido no se cuele en la emisión y que vosotros no os enteréis. Quien haya diseñado esto es un genio de la acústica.
No, no. Es que nosotros estamos acostumbrados al ruido. Y, si te fijas atentamente, a veces sí que se cuela… Normalmente, la tele, como la radio, se hace en estudios cerrados. Esto que ocurre aquí ahora tenía un precedente en España: el plató de CNN+, donde estuve trabajando. Para mí, el cambio no fue notable pero, cuando se decidió, muchos compañeros lo criticaron.
"El plató está tan cerca de nuestra mesa que podemos ir en zapatillas hasta pocos minutos antes"
Te decía lo de ‘Tu cara me suena’ porque no vi aquellas actuaciones en su día y, al poner tu nombre en Google para documentarme, aparecías tú disfrazada de Amy Winehouse y de Miley Cyrus. Cantando, desatada en el escenario. ¿Cómo y dónde ensayabas?
Te voy a decir la verdad. Ellos te llaman, te proponen una canción y tú, más o menos, te buscas la vida. Bueno, tienes un par de ensayos con la gente del programa en Barcelona dos días antes de grabar, pero el resto… haces lo que puedes. Me busqué una profesora de música y di cuatro clases contadas. Es de las experiencias más bonitas que he tenido.
Igual que vosotros habéis venido a ver hoy el informativo, yo iba allí a ver cómo se preparaba ese espectáculo. Ya no se ve tanta gente trabajando en una sola producción. Es como en las galas de los ochenta que nosotros ya no llegamos a ver. Personalmente, me empujó a salir de mi zona de confort. Me encanta la música. Luego me veo y pienso: “¿Cómo fui capaz?”. ¡Qué más da! Me lo pasé de maravilla.
Había gente que me decía: “No te conviene, eres una periodista seria”. También es una manera de que la gente te conozca un poquito más al margen del informativo. ‘Tu cara suena’, además, es un formato legendario. Es un orgullo haber estado dos veces y… ¡no hay dos sin tres! Eso ya te lo digo.
¿Y cómo se ensaya la presentación de los informativos? ¿Cómo se practica la voz y el gesto de la credibilidad? Porque la tele lo absorbe todo y entiendo que hay algo de pose. Tú no hablas y miras ahora como cuando estabas dando una noticia hace un momento.
Los que llegamos de la radio no solemos tener problemas de hacer tele porque ya tenemos ganada la locución. Luego, respecto a la imagen y lo que se dice, se trata de ser uno mismo. A mí me gusta que se hable en el informativo como se habla en la calle. Estilo directo: sujeto, verbo y predicado. Sin caer en la vulgaridad ni en lo soez, pero me obsesiona eso de llegar a todo el mundo.
Pero, ¿algún ejercicio, truco o ritual como el del chicle? Luis del Olmo, por ejemplo, fumaba como un carretero para que su voz se hiciera más grave.
Hay que ser musical sin llegar a cantar. Creo que debe evitarse la monotonía. Subrayar algún verbo, enfatizar en un adjetivo… Se puede ser musical sin cantar. También tienen importancia los silencios. Pequeños y donde toque, pero no están mal algunos silencios.
Te he estado espiando mientras escribías y he visto que ponías algunas palabras entre comillas, otras en mayúsculas… Supongo que tiene que ver con la musicalidad que dices.
Claro, porque a estas alturas, después de tantos informativos, vas con el piloto automático. Me pongo esas señales para acordarme de cómo quiero pronunciar ciertas palabras. En realidad, todo esto es orientativo. Cada uno debe encontrar su propia voz y su propio ritmo.
¿Qué hay del acento? ¿Te forzaste inconscientemente a perder el timbre gaditano? En la España de Franco, se decía que los locutores debían tener eso que se llamaba “dicción imperial” y todas las voces acababan siendo muy castellanas.
Sí, no te voy a mentir. Cuando empecé, tener un acento neutro era indispensable. Yo soñaba con hacer radio. De adolescente, me quedaba dormida escuchando la radio. Me daba mucha vergüenza decirlo porque era muy tímida, pero mi gran meta era la radio. También me encantaba escribir. La tele era la última en mi lista de prioridades.
Entonces, ¿qué pasó?
Al acabar la carrera, me crucé con una amiga que me pasó el folleto de un máster: “Periodismo en radio y televisión”. Me metí ahí. Te empujaban a tener un acento estándar. En la Universidad, en Pamplona, ya me habían dicho lo mismo.
No sé de qué manera, me fui afinando a mí misma en esa dirección, locutando mucho. No fue traumático porque nunca tuve un acento muy cerrado. Celebro que hoy haya gente presentando con su propio acento.
He leído en una nota de prensa que eres “la reina de la sobremesa”. Teniendo en cuenta la importancia de las sobremesas, es el cargo más importante que se le puede atribuir a una española.
Lo más importante que me ha pasado aquí es haber creado un formato lleno de expertos, de pantallas, con un ritmo propio que me han copiado en otras ediciones y en otras televisiones. Todo eso empezó aquí a las tres de la tarde. Si hacemos el informativo más visto de España, por algo será. Quiero reivindicar el copy-right de esta manera de hacer el informativo. Sé que en la competencia minutan este espacio todos los días.
Y tú minutas a la competencia, claro.
No. Pero sigo todo. Lo sigo todo [remarca la expresión, se acerca y pone una mirada inquisitiva. Después, se parte de risa]. Pongo Cuatro, veo a Risto, luego veo el ‘Más vale tarde’ en LaSexta, después enlazo con Vicente, echo un vistazo a los informativos de Telecinco… Mis compañeros de CNN+ están ahora repartidos entre Cuatro y Telecinco.
Cuando propuse a dirección este formato del que hablamos, no eran muy partidarios de que hubiera personas explicando las noticias. Esa escaleta ha funcionado muy bien y se ha reproducido. Es un orgullo para nosotros.
En la competición Atresmedia vs Mediaset, ¿hay dos maneras distintas de ver España?
De los periódicos y las radios también podría decirse lo mismo. La línea editorial es inevitable. Todos la tenemos. En este informativo, intentamos ser lo más equilibrados y centrados posible. Cuando nos dan de los dos lados, pienso: “Algo estamos haciendo bien”. Este grupo tiene dos líneas, Antena3 y LaSexta. Son muy diferentes, pero en las dos se practica el periodismo excelentemente.
¿Reina de la sobremesa monárquica o reina republicana?
¡No me metas en líos! Siempre me meten en las entrevistas el tema de la Casa Real. No sé por qué. El sentido común me dice que la monarquía no tiene mucho sentido. Pero si es más barata que una república y se trata de un elemento que estabiliza al país… Si las personas que la representan son competentes… Me parece bien que, en esta España de hoy, tengamos una monarquía parlamentaria y los reyes funcionen como elemento estabilizador.
Imagino que Leonor reinará. Pero la monarquía, como concepto, me parece una cosa… Mi hijo, de pequeño, me decía: “Mamá, ¿por qué hay reyes?”. Lo ideal sería una república, pero con los políticos que tenemos… No me fío.
"El sentido común me dice que la monarquía no tiene sentido, pero me parece bien para la España de hoy porque la estabiliza"
Llevas seis años en el poder, los mismos que Sánchez. ¿Cuántas legislaturas te gustaría encadenar?
¿De Pedro Sánchez?
No, no, él encadenará todas las que pueda. Me refiero a ti presentando el informativo.
Aspiro a seguir creciendo y a tener trabajo. Se da por sentado, pero en esta profesión nunca sabes lo que te viene. Tengo los pies en el suelo. No me planteo más que crecer y seguir aprendiendo. Me siento una puñetera privilegiada por presentar este informativo rodeada de un equipo tan bueno.
Seguimos teniendo una tele donde las carreras de las mujeres son cortas. ¿Tendremos alguna vez presentadoras de informativos de sesenta años?
¿Conoces a muchas mujeres que dirijan y presenten informativos? ¿Me puedes dar nombres?
Me han venido a la cabeza Susanna Griso y Ana Rosa, aunque sus programas no son estrictamente informativos.
Pero no dirigen ellas. El informativo de Espejo Público lo dirigen Araceli Infante y Jorge Gallardo. En el programa de Ana Rosa, creo que lo dirige Chelo Cortés. ¡Si es que no hay mujeres que dirijan y presenten informativos! En eso también somos pioneros. Aquí has visto que las mujeres somos mayoría. No estoy a favor de que, por ser mayoría, tengan que ser necesariamente las jefas. Estoy a favor del talento.
Tuve la suerte de que mi jefe, Santiago González, me diera la oportunidad de montar y dirigir este equipo. Es algo que no sucede en este país. Cuando yo empecé, la mujer era el florerito al lado del señor que presentaba. En eso hemos avanzado mucho.
Lo que me quieres decir es que habrá mujeres veteranas presentando cuando empiecen a “dirigir y presentar”.
En el resto de Europa y en Estados Unidos, los hombres y las mujeres de mayor edad tienen esa preponderancia por la experiencia que atesoran. En España sucede con los hombres, pero con las mujeres nos está costando mucho. Igual que cuesta con las direcciones de espacios informativos o los Consejos de Administración. Dicho esto: a mí no me gustaría que me ascendieran por el hecho de ser mujer, sino por concebirme merecedora de ello en virtud de mi trabajo.
La tele es el medio más cruel debido a la dictadura de las audiencias. Me dijo Susanna Griso que hay gente que llega a perder la cabeza. ¿Tú qué tal lo llevas?
Lo primero que hacemos por las mañanas es mirar las audiencias. Quien te lo niegue, miente. Mira [se acerca, saca su móvil y nos lo muestra]. Lo cojo y digo: “¡Qué ha pasado! ¡Qué ha pasado!”. Veo arriba del todo Antena 3 Noticias 1 y me quedo tranquila.
Cuidado con ‘La Ruleta de la Suerte’, que te está pisando los talones.
¡Muy bien! Porque es lo que viene justo antes de nosotros. Pero es verdad lo que apuntabas en tu pregunta: por culpa de las audiencias, hay en esta profesión muchas bajas por ansiedad, depresión, infartos, microinfartos… Es un oficio muy dado a eso. A veces me lo planteo: ¿y si un día me da un yuyu? Por favor, que no sea en directo.
Si te da en directo, reventarías ese ranking que nos has enseñado.
La adrenalina me da la vida.
¿Consigues disfrutar ese estrés?
Sí. Me encanta. Recuerdo el día que se proclamó la independencia en el Parlament. Nos pilló en directo, tiramos a la basura todo lo que habíamos preparado. Lo pasamos muy bien.
Una cuestión previa al contenido: he visto que una vez contaste que, intencionadamente, hacéis piezas de menos de un minuto porque la gente va perdiendo progresivamente la capacidad de atención. ¿Los telediarios se están convirtiendo en ‘stories’ de Instagram?
Sí, es así, está comprobado. Yo, cuando… Un momento, esto os lo digo después, que no quiero dar pistas a la competencia [sonríe]. Me llaman “Manos tijeras” porque recorto mucho de lo que me traen. Todo se puede reducir siempre o casi siempre.
Por ejemplo, explicar lo que ahora sucede en Cataluña en menos de un minuto parece imposible. ¿Qué te dice la intuición? ¿Habrá segundas elecciones?
No tengo ni idea. La intuición me dice que Puigdemont irá a por todas para no abandonar la política. Junqueras ya se ha postulado. Y creo que dirá al PSC: “Os apoyo a cambio de que se haga una consulta de otra manera”. Intentará negociar el referéndum de algún modo que pueda asumir el PSC.
La directora de un informativo tiene la última palabra sobre los temas que entran y los que quedan fuera. Teniendo en cuenta que te ven cada día más de dos millones de personas, eres algo así como nuestra mentalista. Decides qué cosas entran y salen de nuestra cabeza. Eso es la influencia, ¿no?
Sí. Tenemos una enorme responsabilidad. Para qué te lo voy a negar.
¿Cómo decides qué es una noticia y qué no? ¿Y cómo las ordenas?
Estoy enganchada, mi vicio es este. Estoy todo el rato pendiente de las últimas noticias. Inconscientemente, me voy montando la película en la cabeza, pero no empiezo a decidir la escaleta hasta que me reúno con los jefes de sección. Luego escucho a mi equipo de edición. Voy moldeando… pero al final decido yo. Para bien y para mal.
Tengo una sensación: tu informativo es más social que el de Vicente Vallés. O al revés, el de Vallés es más político que el tuyo. ¿Tú lo ves así también?
Sí. Este informativo tiene una vocación más social desde el principio. Procuramos estar muy cerca de lo que ocurre en la calle y en las redes sociales.
¿Y tú puedes estar al cabo de lo que ocurre en la calle? ¿Vas a los bares? ¿Coges el Metro?
Tampoco es dramático, no soy Penélope Cruz. No te creas que me reconocen tanto. Bueno, te saludan y tal, pero la gente suele ser muy amable.
¿Estás cansada de la política? ¿Eso influye en la escaleta? ¿Crees, como dijo Feijóo, que esta es la peor generación de políticos que hemos tenido en democracia?
Lo dijo Feijóo e incluyó a su partido. Si tuviera que poner notas como se hacía en el cole… ¿Recuerdas el “Necesita Mejorar”?
El “NM”.
Pues a muy pocos les pondría “Progresa Adecuadamente”. Supongo que eso influye en la escaleta. Espejo Público, por ejemplo, es un formato que me gusta mucho. Hace un tiempo, tuve la oportunidad de sustituir a Susanna en sus vacaciones. Me gusta la idea de hacer un “informativo-magazine”. Soy consciente de que esto es un informativo y de que dura media hora, pero quiero darle ese aire más social. Creo que a la gente le resulta más interesante.
"Aspiramos a la mayor pluralidad posible, a una audiencia de izquierda, de centro y de derecha"
Una pregunta muy concreta: ¿cuál es la línea editorial de tu informativo? Con un condicionante… No vale responder: “Contamos las cosas que pasan con la mayor independencia posible”. Todos los informativos dicen tener esa línea editorial. Pero, ¿cuál es la que distingue al tuyo?
Lo dirá la mayoría, pero creo de verdad en el equilibrio y en dar voz a todos. Hoy, por ejemplo, nuestra buena noticia ha sido la restitución de las placas de Paco Rabal y Asunción Balaguer. ¿Qué clase de ignorantes pudieron decidir algo así? Son del PP y Vox. Alguno pensaría: “No lo van a destacar”. Pues lo hemos hecho.
Pero… ¿liberal o conservador? ¿Centro-derecha o centro-izquierda? Algo.
Aspiramos a la mayor pluralidad posible, a un público de izquierda, de centro y de derecha. También a que nos vea la gente joven. Por eso jugamos mucho con la tecnología.
Es interesante hablar de todo esto hoy porque el Gobierno asegura que existe una máquina del fango, según la cual partidos de derechas filtran bulos a medios de derechas para que los judicialicen jueces de derechas. ¿Qué te parece esta teoría?
[Le entra la risa al escuchar la secuencia]. Me parece horrible. Creo que hace un flaco favor a la sociedad española. No será el último giro de guion así de Sánchez. Ante las necedades, es mejor hacer oídos sordos. Tenemos la oportunidad de no dar pábulo a determinadas cosas. Contarlas, claro, pero dándoles el sitio que merecen.
Uno [se refiere a Sánchez] dice lo de “la máquina del fango”. Después sale otro y dice lo mismo. Después otro y lo repite. Lo pones todo seguido y no hace falta interpretar o dar opinión. Que cada uno saque sus conclusiones.
Hubo una frase de Sánchez a la que se le dio mucha importancia: habrá “un punto y aparte”. ¿Qué significa? ¿Se atreve el Gobierno a tomar medidas respecto a los medios?
Espero que no se atrevan. Habría un gran clamor en contra. La libertad de prensa es intocable. Aunque, en estos tiempos, una ya no sabe a qué atenerse… Si van por ahí, lo denunciaremos hasta que desistan.
Antena 3, en general, tiene una línea crítica con las últimas actuaciones importantes de Pedro Sánchez. ¿Crees que Moncloa incluye tu informativo en lo que llaman “máquina del fango”?
¿Tú qué crees?
Qué crees tú.
Tanto de un sitio como de otro [habla de la derecha y la izquierda] llaman todos los días para quejarse de lo que ha salido y de lo que no ha salido. Ocurre con Moncloa y con la oposición.
La presión política nació con la creación del primer periódico. Pero otra cosa es incluir o no un informativo generalista en “la máquina del fango”. El problema es que el presidente no especifica de quiénes habla. Lo dibuja como una causa general.
Yo no me doy por aludida. No comparecer ante la prensa sí es crear fango. No informar a los periodistas y comparecer sin preguntas sí me parece crear un clima de fango. Me parece más pantanoso el poco acceso que tenemos a la información.
En la comparecencia de Sánchez de esta semana, fue muy divertido cuando pidió serenidad e “ir a por el balón, y no a por la persona”. Minutos después llamó “ultraderechistas”, “radicales” y “reaccionarios” a la oposición. ¿Tiene remedio lo que está sucediendo en el Congreso?
Lo del Congreso es escandaloso. Hemos convertido en rutina la crispación, los insultos y las ofensas. Y el presidente del Gobierno, con ese ejemplo que pones, lleva a la práctica su estrategia electoral, basada en meter en el mismo saco a PP y VOX.
Ahora que se acercan las europeas, los de Yolanda Díaz se afanan en marcar su impronta "desde el río hasta el mar" [ironiza sobre el lema palestino utilizado por la vicepresidenta que ha abierto una crisis con Israel] para captar votos. Y si hay que desmarcarse del socio socialista, se desmarcan.
El PSOE se mira al espejo y confirma su gran fragilidad parlamentaria: no logra sacar adelante sus leyes, no le apoyan Sumar y los socios habituales, pero su estrategia consiste en culpar al PP. ¡Tampoco eso se comprende! O sí, las próximas elecciones europas tienen la culpa de cada uno de los movimientos que vemos y veremos a izquierda y derecha.
En esa misma comparecencia, Sánchez anunció el reconocimiento por parte de España del Estado palestino. Es un consenso alcanzado en 2014 con el PP y además va en línea con la carta de la ONU, pero no se había llevado a cabo. ¿Por qué ahora? ¿Qué consecuencias puede tener?
De nuevo, todo tiene que ver con el momento político, con las elecciones europeas y con el interés del presidente en marcar perfil internacional. El otro día en 'El Hormiguero', Felipe González lo explicó perfectamente. Lo de Oriente Próximo es tremendamente complejo, lo sabemos quienes hemos estado por allí y nos hemos dedicado un tiempo a la información internacional.
Yo también apoyo la solución de los dos Estados, rechazo totalmente las muertes de inocentes en Gaza pero, antes de avanzar hacia ese gesto, porque no es más que un gesto, Hamás debería liberar a sus rehenes.
¿Un alto el fuego como punto de partida?
Sí, es muy difícil, pero tendríamos que partir de un alto el fuego. Si te fijas, ninguna de las grandes democracias europeas ha dado el paso que dará España este martes.
Lo que hemos provocado, al final, es que Hamás y el régimen talibán nos feliciten. ¡Nos falta Irán!
Por otro lado está la crisis diplomática que ha abierto Yolanda Díaz con Israel después de utilizar en público el lema nacionalista palestino que también utiliza Hamás: "Desde el río hasta el mar".
No sé qué pensar. O está muy mal asesorada o es cuestión de mucho desconocimiento… Las dos posibilidades me inquietan.
Paralelamente, estamos enfrascados en la crisis con Argentina. ¿Cómo ves el "fenómeno Milei"?
Veo a Milei y no sé si te pasa lo que a mí: recuerdo a Trump, a Bolsonaro… Incluso me viene a la cabeza Berlusconi. Puro populismo. Milei usa el asunto de Sánchez para combatir en Argentina a quienes critican sus políticas. Milei tiene problemas serios, pero mírale ahí, portada de la revista Time.
Si entrevistaras a Sánchez, ¿qué sería lo primero que le preguntarías?
No lo he pensado. De alguna manera, sé que el presidente no tiene previstas entrevistas con esta cadena. No va a Onda Cero, tampoco a Antena 3. Creo que no lo entrevisto desde su enfrentamiento en primarias con Susana Díaz. Ni siquiera era presidente del Gobierno. No sabría por dónde empezar. Se me amontonarían las preguntas.
De los políticos que cambian de opinión, lo que más me molesta es que eso supone tomarnos por tontos. Infravaloran la capacidad intelectual de la gente. Cambian de opinión y nos venden ese cambio como si nada hubiera sucedido. No comprendo qué pasa en esta sociedad tan anestesiada. No hay una respuesta contundente en la calle ante esos giros porque estamos acostumbrados al escándalo permanente. Tenemos una oposición que podría ser mejor, más incisiva.
¿Le falta contundencia a la oposición?
Convocar una manifestación para el día veintitantos, cuando ya han pasado no sé cuántos días del escándalo… A la gente se le olvida. Tienes que ser más… [da un golpe gráfico en la mesa].
Qué te parece Feijóo.
Me parece una buena persona. Da esa impresión y me consta que es así. Políticamente: una cosa es presidir una Comunidad autónoma y otra el gobierno nacional. En momentos puntuales, cuando Moncloa ha cruzado determinadas líneas rojas, como es el caso de los pactos con Bildu, he echado de menos lo que te contaba antes: una respuesta más activa y contundente.
Por ser más mesurados y comedidos, creo que han pecado de ingenuidad en ocasiones. Pienso que el PP debería estar más en la calle. Deben hacer autocrítica. Tanto Feijóo como sus asesores.
Dejaste por escrito que llegabas a empatizar con Sánchez por los ataques a su mujer, pero decías no compartir la estrategia de los cinco días de reflexión.
Me llegué a creer que estaba afectado. Fui una de las inocentes que se lo tragó. La intuición me jugó una mala pasada. Pensé: “Oye, igual esto se ha ido de las manos y este hombre se encuentra realmente mal”. Luego salió y dije: “Dios mío… ¿En qué momento llegué a creerle?”.
Si te sirve de consuelo, puedes ver las declaraciones de sus compañeros o los aspavientos de María Jesús Montero. Todos le creyeron. Algunos estuvieron al borde del infarto.
Sí, eso es verdad [se parte de risa]. Pedro Sánchez es para mí un gran animal político. Como estratega, es lo mejor que tenemos hoy. Lo mueve todo a su antojo. Es brillante creando ese tipo de estrategias. Los cinco días de reflexión le han funcionado. Y no sólo en las urnas. Internamente, también le ha servido para ver quién está con él y quién no.
Desde el punto de vista comunicativo, también fue inédito.
Sánchez quiere pasar a la Historia. Y lo va a hacer por un montón de cosas. Entre ellas, ésta de los cinco días de reflexión. Por no hablar del discurso… Empezó y, durante unos minutos, parecía que se iba. Es un actor. El mundo de la interpretación lo está desperdiciando. Este nivel de maquinación, de falta de alma o como queramos llamarlo, también es inédito. No hemos conocido a otro político igual.
¿Cómo son las presiones del poder cuando se presenta el informativo más visto? ¿Te llaman a ti directamente? ¿Llaman a tus subordinados? ¿Llaman a tus superiores? ¿Os llaman a todos?
Nos llaman a todos. Llaman a mis superiores. Mi jefe me transmite algunas quejas que le llegan. A mí también me llaman. A mis redactores también… Las presiones llegan por todas partes, como a todos los medios de comunicación. Ojo, llama el Gobierno y también la oposición, ¿eh?
¿Y cuál es tu técnica para mandarlos educadamente a la mierda?
Bueno, hablo de neutralidad, ya sabes… [sonríe]. Y también intento hacerles ver más allá. Cuando se quejan, les muestro una información de ese mismo informativo donde el enfoque ya no encaja con su manera partidista de entender las cosas. “Oye, que a ti también te hemos sacado inaugurando tal obra”. Porque somos plurales. No lo digo por compromiso periodístico, ¡es que lo somos!
"Soy partidaria de mantener una distancia terapéutica con los políticos. Ni siquiera voto"
Si un político importante te pide tomar un café o ir a comer, ¿aceptas? Hay dos tipos de periodistas: los que van a esas cosas y los que no.
No voy en general a nada. Tiene que ser una cosa muy concreta para que asista. Es verdad que existen dos tipos de periodistas en ese sentido. Quienes van lo hacen porque lo que allí se cuenta les sirve de contexto e incluso como camino para obtener información. Soy una persona muy poco fría. Por mi manera de ser, creo que podría acabar haciendo amistad y eso no es bueno para mi trabajo.
Luego me daría pena ponerles a caldo. Prefiero mantener las distancias. Como el psicólogo: vas a la consulta, te escuchan y tal, pero luego no quedas para tomar un café. Soy partidaria de mantener una distancia terapéutica con los políticos. Ni siquiera voto. Y no lo haré mientras haga información política.
¿No votas nunca?
Me sabe muy mal, pero no. En Estados Unidos, los periodistas políticos que siguen de cerca a los candidatos y van con ellos en caravana tampoco votan. Lo hacen para mantener esa neutralidad. Una tiene sus ideas, por supuesto, pero no voto. Creo que contar esto no me benefició en su día, pero es así.
Leí una frase tuya muy ilustrativa sobre las presiones y los partidos, algo así como: “No me he casado en mi vida personal, como para casarme con un partido”.
¡Tampoco me he casado! Es verdad, si es que ya te lo digo: no me caso con nadie. Hombre, es inevitable. Tú vas al Congreso a cubrir las sesiones de control y seguro que tienes más empatía con unos que con otros. Y esa empatía te condiciona de alguna manera.
Desde luego, pero hay determinadas labores periodísticas que no permiten la distancia. La trinchera es una de ellas, ¿no? Tus redactores seguro que tienen ese contacto directo con la fuente.
Pero, dime: ¿te cuesta ser imparcial?
Es la condición humana. Oye, ¡pero era yo el que venía a hacer las preguntas!
Venga, venga, dispara.
Entrando más a fondo: en los casos de la mujer de Sánchez y del novio de Ayuso, ¿hay elementos lo suficientemente noticiosos como para publicarse o emitirse? Tengo la sensación de que ellos se agarran a los bulos existentes en ambos casos para dibujar toda la historia como un bulo.
Desde el momento en que el asunto genera un interés, es susceptible de ser noticioso. Lo que hiciera la mujer de Sánchez puede que sea legal. De hecho, yo intuyo que no hay delito. Pero ha mantenido actitudes que no me parecen éticas. Claro que es noticia que el presidente no se abstenga de participar en un Consejo de Ministros donde se decide sobre una empresa que negocia con su mujer.
Respecto al novio de Ayuso: también considero que es noticia. Si el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid ha defraudado a Hacienda, hay que contarlo. De todos modos, no se pueden comparar ambos casos. Lo del novio afecta a un ciudadano particular, además en buena parte son ejercicios fiscales anteriores a su relación.
Lo de la mujer de Sánchez tiene relación con la actividad política del presidente. ¿Qué voy a pensar yo, que ni siquiera voto para mantener distancia, de que la mujer del presidente entable relación con empresas que luego son rescatadas o impulsadas por el Gobierno?
Da la sensación de que estamos en un momento donde van a pasar cosas: el desenlace de las catalanas, las europeas a la vuelta de la esquina… ¿El resultado catalán avala lo que Sánchez llama “políticas de reconciliación”?
No estoy de acuerdo con los indultos ni con la amnistía, pero debo reconocer que, de alguna manera, esas medidas han neutralizado el independentismo. Es la primera vez desde 1980 que los nacionalistas catalanes no suman allí mayoría absoluta. También es cierto que, ocurrido esto, el PSOE podría tender la mano al resto de fuerzas constitucionalistas para cerrar el paso definitivamente al independentismo.
Una investidura con los votos a favor del PP y de los Comunes; y la abstención de Vox.
Exacto. Es lo que le dice a mucha gente el sentido común. Ya que lo has logrado, Illa, remata la faena con ese pacto. Pero Sánchez sabe que, si ocurre eso, Puigdemont rompe el acuerdo en Madrid. En fin, el chantaje de un hombre fugado de la justicia que maneja la política con un mando a distancia. Creo que esta fórmula de la que hablamos es la que querría una amplia mayoría de españoles.
Es una buena noticia que Illa haya ganado las elecciones como las ha ganado. Ojalá predicara con el ejemplo de constitucionalismo que exhibe e intentara el pacto del que hablamos. Pero no va a suceder.
He encontrado una columna tuya en la que describes a Sánchez como alguien “capaz de todo” por “permanecer en Moncloa”. Criticaste especialmente los pactos con Bildu y lamentaste la desmemoria de Euskadi al votar en masa a los abertzales. Mi intuición: tu padre era militar, tienes recuerdos duros en lo personal sobre ETA.
Mi padre, mi abuelo… Toda esa parte de la familia son militares o guardias civiles. Mucha gente joven no sabe el horror que fue ETA; y algunos de los que lo vivieron empiezan a olvidarlo. Estudié en un colegio que dependía del Ministerio de Defensa. Tenía muchos compañeros con padres y abuelos asesinados. Viví ese horror desde pequeñita.
Después, en Pamplona, durante la carrera, tenía miedo a decir que mi padre era militar. Viví aquellas noches con la policía cargando y los cajeros automáticos ardiendo. Después, trabajé con muchos periodistas que llevaban escolta. El olvido a cambio de la supuesta normalización política me parece un precio demasiado alto.
En el fondo, no perdoné que se les metiera en las instituciones. Supongo que era la única vía. Pero… una cosa es que estén en las instituciones y otra hacerlos socios de gobierno. Es una bofetada en toda la cara a muchas víctimas. No quiero olvidar. Me da rabia que se olvide. Me da rabia que haya quien defina a Bildu como “fuerza progresista”, como un partido moderno, ecologista, vegano y súper guay.
Me han contado que en la universidad te llamaban “Sandra Golpe de Estado”. Puedes estar tranquila. Ya no existe el delito de sedición.
Y también me decían: “Golpe Cantalejo, que no canta ni de cerca ni de lejos”. Pero en esta entrevista he cantado bastante, ¿no? No te quejarás.