El Gobierno ya ha abierto las "vías del diálogo y de la política" con Junts después de escuchar a Carles Puigdemont y estaría decidido a impulsar una amnistía exprés tras la exigencia del expresident catalán.
Lo hará mientras crecen las voces críticas de históricos del PSOE como Felipe González, Ramón Jáuregui, Nicolás Redondo y Emiliano García-Page y después de que Jaume Asens, interlocutor de Sumar con Junts, haya admitido este miércoles que la amnistía es "el pago" que deberá hacer Sánchez para ser presidente del Gobierno.
Según publica hoy EL ESPAÑOL, la intervención de Puigdemont fue, en realidad, un programa de máximos previo a la búsqueda del acuerdo y que tiene que ver con la necesidad de lanzar esos mensajes a sus fieles en vísperas de la Diada de Cataluña.
De hecho, el Gobierno ve algunas cosas positivas en el discurso de Puigdemont, entre ellas la mención en varias ocasiones de la Constitución y su voluntad de llegar a acuerdos, como ya ocurrió con la formación de la Mesa del Congreso.
Este mismo miércoles, la ministra portavoz en funciones, Isabel Rodríguez, ha admitido que tras escuchar al expresident "se abren las vías" del "diálogo" y de la "política", que es la que, según ha dicho, "ha estado practicando el Gobierno durante estos cinco años con mucho éxito".
"La amnistía es el pago"
Y es que el Ejecutivo es optimista sobre la investidura ya que considera que puede cumplir con la aprobación de una la ley de amnistía antes de la investidura de Pedro Sánchez. De hecho, ya negocia con ERC un texto que no incluye la palabra amnistía, pero que exonera de responsabilidad a todos los que participaron en los actos relacionados con el procés independentista de 2017, a los policías nacionales acusados de mala práctica y a los que serán juzgados el próximo noviembre en el Tribunal de Cuentas.
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Esto es precisamente a lo que hoy Jaume Asens se refería en una entrevista en Onda Cero. "Hay diferentes opciones a una ley de amnistía, pero no estoy autorizado a hablar de ello. Hay otras medidas para cerrar las heridas de 2017", ha dicho. Y esas vías son el texto que el Gobierno ya negocia con ERC.
A pesar de que Puigdemont desgranó varias exigencias, entre ellas un mediador, la legitimidad del independentismo y un futuro referéndum, lo cierto es que Junts se quiere cobrar su apoyo a Sánchez con una amnistía para los presos del procés. Esa es la condición clave según ha confirmado Asens. "La amnistía es la condición para la investidura, no es la condición previa. Es el pago para dar sus votos", ha dejado claro.
Sobre las otras cuestiones, calificadas por el interlocutor de Yolanda Díaz como "reflexiones", ha afirmado que "las condiciones" para una investidura de Sánchez "se reducen a la amnistía". "Es una fórmula constitucional y democrática. (...) Nada de lo que pide Puigdemont se sale de la Constitución", ha dicho.
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Felipe González, Redondo... en contra
Mientras las negociaciones prosiguen y el PSOE opta por el silencio ateniéndose a lo que diga el Tribunal Constitucional sobre la amnistía, varios son los históricos socialistas que han alzado la voz contra lo que pide Junts en una rebelión que ya inició Emiliano García-Page.
El primer histórico en abrir la veda fue el expresidente del Gobierno Felipe González que este martes se mostró en contra de conceder la amnistía a los independentistas. "La amnistía no sólo borra el delito, también condena al ordenamiento jurídico dándole la razón a los que se rebelaron contra la justicia", advirtió.
Tras él le siguieron otros socialistas de viejo cuño, como el exministro Jordi Sevilla, que ha pedido nuevas elecciones tras escuchar las condiciones de Puigdemont y rechazando cualquier intento de negociación de los socialistas.
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También se ha opuesto el que fuera líder del PSOE en Euskadi, Nicolás Redondo. "Si el PSOE acepta este chantaje no sería mi partido", ha dicho, tajante. Y ha ido más allá al asegurar que Puigdemont quiere "destruir el sistema del 78, romper la ciudadanía española y establecer una sociedad de privilegios y medieval".
El último en sumarse a las críticas ha sido Ramón Jáuregui, exvicepresidente del Gobierno vasco y exministro de la Presidencia con José Luis Rodríguez Zapatero, que rechaza una posible ley de amnistía porque "no es constitucional" y porque implicaría una "legalización" de la unilateralidad y los "actos de deslealtad y de atentados a la Constitución" llevados a cabo en el procés.