El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tendrá la oportunidad de postularse como candidato a presidente del Gobierno la semana que viene, si así se decide. Así lo ha trasladado este martes el rey Felipe VI a la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, que será quien elija la fecha concreta para organizar la investidura.
Se cumplen así los pronósticos de la sede de Génova 13, que ya este lunes anticipaban la elección de Feijóo antes incluso de que terminase la ronda de consultas para la investidura. La votación, no obstante, está hoy por hoy condenada al fracaso, ya que el PP cuenta sólo con los apoyos de su grupo (137), los de Vox (33), uno de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y otro de Coalición Canaria (CC). Es decir, 172 diputados frente a los 178 que previsiblemente votarán en su contra.
Fuentes de la dirección del partido transmitían ayer a este periódico que "la costumbre es ley", en referencia a lo inédito que sería que el ganador de las elecciones no fuese elegido para la primera sesión de investidura. En la misma tónica, Casa Real ha recordado esta tarde que, precisamente, elegir al partido más votado "se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una costumbre".
[Sánchez empuja a Feijóo a una "investidura fake" para ganar tiempo para su acuerdo con Puigdemont]
"Los números están ahí: Sánchez no los tiene garantizados como la semana pasada en la votación de la Mesa", recuerdan desde el PP. Precisamente son esos votos desequilibrantes, los 21 escaños independentistas que rehusaron reunirse con el Rey, los que han decantado la balanza a favor de Feijóo, dado que Felipe VI no tuvo manera de garantizar su apoyo a Pedro Sánchez.
Sin ellos, los amarres del PSOE se quedan cortos: 158 escaños en sus horas más bajas, 178 cuando hace falta pulsar el botón rojo. Así lo demostró el jueves pasado, cuando consiguió a última hora granjearse el apoyo de ERC y Junts para elegir a Francina Armengol presidenta del Congreso. Eso sí, hoy por hoy no puede asegurarlos.
Esta aritmética se refleja en su retórica. Del "he mostrado mi disposición" de Feijóo al "he trasladado mi disposición" de Sánchez hay un mundo de diferencia; concretamente, los 14 diputados de diferencia que les separan, pero no hubo sorpresas. El que gana las elecciones sale de Zarzuela como candidato a presidente, pero sabe que, con tiempo, el que las pierde es capaz de tomar el Congreso.
Tal y como recalcaron varios grupos independentistas, el pacto de la Mesa el pasado jueves es ajeno a la investidura y únicamente era aplicable para ese día. "Las negociaciones de investidura siguen igual que como empezaron", se cansaron de repetir aquel día los diputados independentistas catalanes.
El PP, en cambio, ha demostrado que puede unir a la derecha cuando la situación llega al límite. Es cierto que los números absolutos no dan, pero la matemática básica está ahí y la suma de PP y Vox (que ha brindado este martes su "apoyo incondicional") es más que la de PSOE y Sumar.
Sánchez, por su parte, debería estar contento. Como ya avanzó EL ESPAÑOL, el presidente del Gobierno en funciones lleva días empujando a Feijóo hacia lo que fuentes socialistas reivindican como "una investidura fake". La lógica es la siguiente: que Feijóo "se estrelle" y, mientras tanto, Sánchez pueda terminar de cerrar los últimos detalles de su acuerdo con Junts.
Correr el reloj
Feijóo tendría que resolver la cuadratura del círculo parlamentario antes de poder ser presidente, pero ese tampoco es su objetivo inmediato. El líder del PP tiene muy claras cuáles son sus posibilidades, que 172 votos suman menos que 178 y que el Pleno del jueves pasado demostró que "el nuevo Frankenstein" —como llaman al recién inaugurado bloque de las izquierdas y los nacionalistas— existe y puede aparecer en cualquier momento. Lo importante, en este caso, es evitar que eche a andar.
Desde que el Rey elige a un candidato para presentarse a la investidura —y este falla en su segunda votación—, el reloj de la democracia empieza a correr deprisa. Si el elegido por el monarca no consigue ser presidente, lo habitual es que se pase al siguiente en la lista (Pedro Sánchez), pero si ninguno de los dos logra la investidura en un plazo de dos meses, se repiten elecciones generales.