La crisis PSOE-Podemos y el 'no' de Sánchez al PP dan más peso a ERC y Bildu en Moncloa

Esta situación se está viendo con la reforma de la Ley del sólo sí es sí. Los dos partidos del Ejecutivo están pujando, por separado, para obtener el apoyo de sus socios habituales, que a su vez juegan a no revelar el sentido de su voto para hacer valer su peso. Pero también se vio este jueves, donde las tensiones llevaron la Ley de Bienestar Animal al borde del precipicio.

La norma, que ha enfrentado a todos por los perros de caza, acabó aprobándose pero por una diferencia mínima. De los socios habituales, sólo ERC y Bildu votaron junto al Gobierno. A ellos se les sumó la CUP, y les salvó la abstención de Junts. Más País y el PNV, se descolgaron y votaron en contra.

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La presión se palpaba a flor de piel: hasta el último minuto no se supo si se iba a aprobar o no. Entre PSOE y Podemos los reproches son mutuos. "Nosotros trajimos una ley del Consejo de Ministros con las mayorías suficientes, pero los socialistas decidieron cambiar", asegura un cargo morado.

"Los que estamos teniendo que pescar los votos somos nosotros", responden desde el ala socialista del Gobierno, subrayando a su vez que si ellos dieron el brazo a torcer con la Ley Trans, esperaban que sus compañeros de coalición hicieran lo propio con el Bienestar Animal.

Además, afean a Podemos el tono que están adoptando a la hora de expresar sus discrepancias. La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, acusó desde la tribuna del Congreso al PSOE de estar a favor de "aquellos que ahorcan a los perros de caza" y "los entierran en cal viva".

A ello hay que sumar la campaña contra la ministra de Justicia, Pilar Llop, por su posición sobre el sólo sí es sí en una entrevista. Desde Moncloa creen que sus palabras fueron sacadas de contexto y advierten: "Los exabruptos desde la tribuna, sobran".

Siguiente batalla, 'sí es sí'

La Ley de Bienestar Animal ha salido adelante finalmente, pero las heridas siguen abiertas y la batalla por el favor de los socios se volverá a reeditar con la reforma de la Ley del sólo sí es sí. De nuevo, los apoyos habituales del Gobierno tienen que elegir a qué partido apoyar, y en política nada es gratis.

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El PSOE registró de manera unilateral este lunes su Proposición de Ley para reformar dicha norma. Lo hizo a pesar de no haber llegado a ningún acuerdo con el Ministerio de Igualdad y sin tener más mano tendida que la del Partido Popular, que en diciembre registró una modificación parecida.

Los socialistas no descartan acabar apoyándose en los populares, pero no quieren pactar nada. "¿Nos regalan sus votos? Pues que los regalen", zanjan desde Moncloa.

Pedro Sánchez pretende evitar a toda costa apoyarse en el PP para reformar una ley que salió del Consejo de Ministros y que tuvo "efectos indeseados". Más aún a poco más de tres  meses de unas elecciones municipales y autonómicas que condicionarán las generales. Hacerlo sería una victoria política para los de Alberto Núñez Feijóo y serviría de munición para Unidas Podemos, que les acusaría de posicionarse junto a la derecha.

Por eso, cuando este miércoles, en la sesión de control al Gobierno, Cuca Gamarra ofreció al presidente los votos del PP para reformar la ley del sí es sí, Sánchez contestó dando un portazo.

Unidas Podemos considera que el llamado bloque de la investidura está de su lado porque centran la reforma del sólo sí es sí en la figura del consentimiento, igual que ellos. Los socialistas lo niegan: "Piensan que los socios no van a apoyar al PSOE y que vamos a votar con el PP, pero lo que nos trasladan desde ERC, PNV y demás, es que se trata de corregir, que eso lo comparten, y que hay que actuar porque hay alarma social".

De momento, sólo se ha pronunciado al respecto el PNV. Este jueves, su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, desveló que su grupo apoyará la toma en consideración de la Proposición de Ley del PSOE. Aseguró que "podría ser válida" y que, entienden, "mantiene el consentimiento y el tipo penal" de la agresión.

El resto de socios esperan a que Unidas Podemos y PSOE alcancen un acuerdo y, en caso de no hacerlo, no desvelarán el sentido de su voto hasta el último momento. Esto suele ser lo habitual, además ayuda en las negociaciones paralelas que puedan tener.