El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves en Bruselas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves en Bruselas. Stephanie Lecocq Efe

Política

Sánchez se reúne con Zelenski pero no le confirma cuántos tanques cederá España

El presidente se encuentra en Bruselas para participar en el Consejo Europeo extraordinario sobre competitividad, migración y nuevas sanciones a Rusia.

9 febrero, 2023 10:20
Bruselas

Pedro Sánchez ha mantenido un encuentro en grupo con Volodímir Zelenski este jueves a primera hora de la tarde, en Bruselas. Pero no fue bilateral. El presidente del Gobierno se sentó junto al Alto Representante, Josep Borrell, y sus homólogos de Suecia, Italia, Polonia, Rumania y Países Bajos con el presidente de Ucrania, que visita Bruselas para la celebración del Consejo Europeo extraordinario en el que la UE pone en marcha su décimo paquete de sanciones a Rusia.

"A pocos días de que la guerra cumpla un año, es una ocasión excepcional", dijo Sánchez a las puertas del Consejo, "para mostrarle toda la solidaridad del pueblo español, el apoyo inequívoco y rotundo en su lucha por repeler la agresión injustificada e injustificable de Rusia".

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Sí se reunió de manera personal Sánchez, a primera hora de la mañana, con el canciller alemán, Olaf Scholz. Madrid y Berlín llegaban a Bruselas separadas por la cuestión de la competitividad y las ayudas de Estado

Scholz anunció un paquete de 200.000 millones para incentivar proyectos, inversiones y subvencionar a sus empresas para paliar la inflación, pero el Gobierno español teme que esta iniciativa rompa "los equilibrios necesarios" del mercado único. Así lo ha expresado Sánchez a su llegada al Consejo.

Pero, según fuentes de Moncloa, de eso no se habló en la reunión. "Competitividad, reforma del mercado eléctrico y migración fueron los temas que se trataron con el canciller".

"Reindustrializar en verde"

Sánchez aclaraba a su llegada que la UE debe "revisar algunas de sus políticas para poder trasladar un mensaje y una señal inequívoca a los inversores". Es decir, que los Veintisiete están dispuestos a "reindustrializarse", pero "en verde".

Para Sánchez, las ayudas de Estado deben estar "limitadas en el marco temporal" y vinculadas "a una gestión mucho más ágil de los fondos europeos". Esto significa que el presidente arriba a Bruselas con posiciones "intermedias" en éste y, en realidad, en los tres puntos principales que se discutirán en este Consejo extraordinario.

Ni en competitividad ni en migración ni en los aspectos relacionados con la guerra en Ucrania, Sánchez lidera los debates.

Quiere ayudas de Estado, como Alemania, pero también salvar el mercado único, como Países Bajos. Reclama que los países del centro y del norte se impliquen en el control de la migración irregular, como pide Italia, pero se niega a los castigos a terceros países reticentes a aceptar de vuelta a sus nacionales en situación ilegal, como exigen Hungría o Polonia.

Y respecto a Ucrania, el Gobierno español está tan dividido que mantener la calma interna obliga a Sánchez a proclamar "el valor de la discreción"… y ni siquiera haberse comprometido, ni debatido, ni aclarado si va a mandar los tanques solicitados por Zelenski, ni cuántos ni cuándo. De hecho, Sánchez admitía que tampoco le podría concretar al líder ucraniano fechas o cantidades. "Lo estamos coordinando en el seno de la OTAN", se limitó a explicar, ante las preguntas de la prensa.

Es fin de legislatura en España y eso exacerba las tensiones en la coalición. Pero hay presidencia de turno española del Consejo de la UE en apenas cuatro meses, lo que obliga a usar cualquier pegamento para que el Ejecutivo no salte por los aires.

Así las cosas, los equilibrios internos lastran la habitual resolución de Sánchez en Bruselas. Y eso que de su presidencia en el segundo semestre del año se esperan resultados en retos tan importantes (e incluso eternos) como las nuevas reglas fiscales, la reforma del mercado eléctrico o el pacto europeo de migración y asilo.

Nuevas sanciones

De momento, el primer asunto del orden del día es la respuesta europea a la guerra de Rusia contra Ucrania. Bruselas ya trabaja en un décimo paquete de sanciones, que aún no están definidas. Y de ello hablaron los líderes con el propio presidente ucraniano.

Zelenski visita Bruselas por primera vez cuando está a punto de cumplirse un año del inicio de la invasión de su país. Y ha reclamado más acción, más compromiso, más armas ofensivas y más dinero. "La derrota de Rusia será la victoria de Europa", proclama. "Cuanto antes y más nos ayuden, antes podremos liberarnos de ese Estado terrorista y garantizar la seguridad de Europa y la victoria de los valores democráticos".

Un discurso que, adrede, se basa en los principios y valores de la UE, porque Zelenski además reclama un plazo concreto para que su país deje de ser candidato y pase a ser miembro de la Unión. "Antes de que acabe 2023 deben abrirse las negociaciones". Algo que no logrará ni en esta cumbre ni en breve.

El presidente ucraniano aterrizó este miércoles en Londres, se vio con Rishi Sunak, fue recibido por Carlos III y dio un discurso en Westminster ante el Parlamento británico. Más tarde se desplazó a París, donde se citó con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz

La ausencia de la líder italiana, Giorgia Meloni, marca una diferencia frente a lo que ocurría cuando el Gobierno transalpino era presidido por Mario Draghi. Entonces, nadie dudaba del peso de Roma en Europa.

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Hoy, la líder neofascista lucha por ofrecer una imagen pragmática para no convertir a su país en un grande pero paria. Evita el enfrentamiento en cuestiones económicas, aprovechando el hecho de ser la tercera economía del euro. Y sólo marca músculo de manera evidente en la cuestión migratoria: mucho más política, clave para sus bases, y con más apoyo interno en una UE cada vez más escorada al nacionalismo, a pesar de sus tesis y de haber impuesto un decreto que cercena las acciones de las ONG que faenan en sus aguas para el salvamento de los migrantes.

España rechaza esta posición, pero en todo lo demás está de acuerdo con Italia. Es más, el llamado Med-5 (Italia, España, Grecia, Malta y Chipre) actúa unido en Bruselas.

Así lo proclamaba Sánchez. "Debe haber apoyo político pero también y sobre todo financiero de la UE a la dimensión exterior de la migración". Es decir, a los controles en los países fronterizos. Madrid, además, propone incentivos para los países de origen y de tránsito de migrantes, como política "más eficaz" que los muros que exigen Austria, Hungría o Polonia o la reimposición de visados.