El bloque de investidura se hace la foto "contra la violencia política" tras el ataque de Vox a Montero

Una veintena de representantes políticas de todos los partidos en el Congreso de los Diputados, a excepción de PP y Vox, se han reunido este jueves en el Salón de Pasos Perdidos para fotografiarse "contra la violencia política". La proclama hace referencia a los hechos ocurrido este miércoles durante el pleno, cuando Carla Toscano dijo que el único mérito de la ministra Irene Montero era "haber estudiado a fondo a Pablo Iglesias".

Las palabras fueron censuradas por el resto del arco parlamentario –también por el PP, en un principio– y han llevado a Unidas Podemos a promover un escrito que están trabajando con otras formaciones para erradicar la violencia política del hemiciclo. Los morados barajan pedir este lunes una declaración institucional de todo el Congreso.

Además, algunas ministras, entre ellas la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, creen que los grupos de la Cámara deben hacer algo para atajar estas conductas, pero no se han sumado a la foto dado que era sólo de diputadas rasas.

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PP y Vox han sido los únicos en desmarcarse de la crítica unánime. Hace apenas unas horas el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), pidió "no victimizar" a Irene Montero. "La violencia en política tiene su origen en la aparición de Podemos", declaró.ar estas conductas.

Cierre de filas

A principios de semana, antes incluso de las declaraciones de Toscano (Vox), Pedro Sánchez dejó claro ente sus ministros que la ley del sólo sí es sí era "de todo el Gobierno" y que no se podía dejar a Irene Montero en la estacada, sobre todo en una semana tan intensa como la de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Básicamente, acallar el ruido interno y apoyar a su ministra. 

En primer lugar, el grupo del PSOE en el Senado –donde Unidas Podemos no tiene representación– votó en contra de la moción registrada por el PP para revisar el texto. De forma prácticamente simultánea, la bancada socialista del Congreso se levantaba a aplaudir a una emocionada Montero durante casi tres minutos. 

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Durante las últimas 72 horas, el presidente del Gobierno ha hecho que todos los ministros defiendan públicamente la ley, encabezados por él mismo, a la espera del Tribunal Supremo y en la senda marcada por el fiscal general del Estado. A la vez, Irene Montero e Ione Belarra aceptaron rebajar el tono contra los jueces.

El resultado era impensable el viernes pasado: la ministra de Igualdad ha reaparecido como figura de consenso en la que podría haber sido su última semana en el Gobierno. Ahora ya no está sola.