Al ceder ante Rabat en la cuestión del Sáhara Occidental, el Gobierno de España ha provocado el enfado de Argelia, que denunciaba este sábado un “repentino retroceso” en las relaciones diplomáticas y tachaba de "vergonzoso" el proceder del ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
Las fuentes de Moncloa consultadas por este diario decían contemplar la salida de tono como "escenografía" y aseguraban haber informado a Argel "a todos los niveles" del pacto España-Marruecos. Sin embargo, esa supuesta "escenografía" está yendo cada vez más allá. El Ejecutivo argelino, a través de la prensa de su país, ha negado que estuviera enterado del acuerdo.
El digital Tout Sur l’Algérie (TSA) publica un comunicado de una fuente argelina familiarizada con el asunto, en el que niega que el Gobierno de Pedro Sánchez haya informado a las autoridades argelinas de su giro diplomático.
“Se trata evidentemente de una mentira envuelta en una ambigüedad intencionada para intentar calmar las legítimas preocupaciones planteadas por la clase política española con motivo de este deshonroso cambio de actitud, que es sinónimo de sometimiento rotundo a la capacidad fastidiosa de Marruecos”, reseña el mensaje argelino.
En referencia, esto último, a la presión en los últimos meses de Rabat a Madrid con asuntos como la migración y la soberanía de las ciudades autónomas de Ceuta, Melilla y las aguas territoriales de las Islas Canarias.
Mientras, Moncloa sostiene que sus relaciones con las autoridades argelinas son fluidas y que se les informó del apoyo de Sánchez al plan de autonomía marroquí para el conflicto del Sáhara Occidental.
"En ningún momento y a ningún nivel se informó a las autoridades argelinas de este vil regateo acordado con la potencia ocupante marroquí a espaldas del pueblo saharaui”, asegura la misma fuente argelina, añadiendo que esta “segunda traición histórica a los saharauis causa graves perjuicios a la reputación y credibilidad de España".
Estas contundentes declaraciones cargan contra el posicionamiento de Pedro Sánchez en relación a Marruecos. Mohamed VI es un enemigo histórico de Argelia, con quien tiene rotas las relaciones diplomáticas y cortado el gasoducto Magreb-Europa desde 2021.
Desde el estallido del conflicto, Argelia siempre ha apoyado el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, la otra vía posible para la solución al conflicto del Sáhara Occidental.
Además, para Argelia España sigue siendo, bajo la legalidad internacional, la potencia administradora jurada del territorio del Sáhara Occidental, y, por lo tanto, “asume una gran responsabilidad moral, política y diplomática como miembro del grupo de amigos del Sáhara Occidental en las Naciones Unidas”, denuncia la misma fuente en el comunicado.
Argelia también duda de la fiabilidad del plan que defendían fuentes del Consejo de Ministros a EL ESPAÑOL, de que el apoyo a Marruecos suponga asegurar la integridad territorial de España y la soberanía sobre Ceuta, Melilla y las aguas territoriales canarias.
Según lo publicado por TSA, “las conquistas esperadas por Madrid en cuanto al respeto de Ceuta y Melilla nunca estarán garantizadas frente a un makhzen -oligarquía marroquí- calculador, cínico, polifacético y vengativo”.
Las primeras reacciones de Argelia llegaron al día siguiente del comunicado real de Mohamed VI, que desvelaba la carta de apoyo de Pedro Sánchez. Argel decidió llamar a consultas a su embajador en Madrid, lo que podría entrañar una retirada definitiva. Eso dejaría a España sin los dos embajadores de sus socios magrebíes.
Recordemos que la máxima diplomática marroquí en nuestro país, Karima Benyaich, lleva en Rabat desde mayo de 2021, cuando se desató la crisis diplomática ocasionada por la acogida de Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario.
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