¿Ha entregado Pedro Sánchez el Sáhara a Marruecos? Según fuentes del Gobierno, no. ¿Alguien además del PSOE apoya esta cesión a las exigencias seculares de Mohamed VI? Nadie, el Partido Popular ha reaccionado soliviantado y exigiendo su comparecencia en el Congreso urgentemente; y su socio de Gobierno, Unidas Podemos, ha anunciado que "no lo comparte". Es más, ni siquiera en el PSOE todos entienden el arriesgado movimiento.
¿Por qué en este momento? Porque a todas las partes les conviene: España, Marruecos, Argelia y la Unión Europea. ¿Qué gana España? Estabilidad, hoy. Una apuesta de futuro inmensa, mañana. ¿Qué gana Marruecos? Se quita el último obstáculo, y el más legítimo, para sus planes en la antigua colonia española.
¿Y qué gana Argelia, pieza clave en la geopolítica de nuestra vecindad sur y enemigo eterno de Marruecos? Una oportunidad para la paz y el enriquecimiento. Eso si, como sugieren las fuentes del Gobierno, el siguiente paso es el acuerdo entre los dos enemigos para retomar relaciones y reabrir el gasoducto principal del Magreb, que transporta el gas argelino a la Península Ibérica pasando por Marruecos.
Es decir, ¿no arriesgamos con este viraje total la "asociación estratégica" con nuestro principal suministrador de gas natural, precisamente ahora que una guerra en Europa provocada por Vladímir Putin, el mandatario del otro exportador fundamental de esta fuente de energía imprescindible, ha provocado una crisis que sólo podría empeorar?
No. El movimiento táctico de España, ordenado por el presidente del Gobierno, y protagonizado por él mismo al firmar una carta al rey de Marruecos, es, en definitiva, una apuesta tan audaz como arriesgada. Pero calculada, medida y trabajada desde hace ocho meses "de intenso trabajo, altibajos, presiones y desencuentros".
A corto plazo, Moncloa soluciona una ruptura gravísima con "el país nuclear de nuestra política exterior", en palabras de la exministra de Exteriores Ana de Palacio, en conversación con este periódico.
Pero a medio plazo coloca a España en una posición de ventaja impresionante para convertirse en el 'hub' principal de suministro de gas natural argelino para Europa. Y a largo plazo, con el apoyo de la Comisión a las interconexiones, del hidrógeno verde: la verdadera apuesta de Teresa Ribera, diferencial con el resto de la UE, verde, barata y una tecnología en la que pretendemos ser líderes.
Las claves
¿Y eso cómo se deduce de lo ocurrido en la tarde de este viernes, de manera inopinada y sin el acuerdo de ningún actor político, ni de quien comparte Gobierno ni de quien es la alternativa para serlo?
Vayamos por pasos, siguiendo lo dicho (y lo no dicho, que en diplomacia cuenta todavía más) por José Manuel Albares, que compareció en rueda de prensa al precipitarse los acontecimientos:
"La relación con Marruecos es muy rica, y en ella hay muchas materias para ponerse de acuerdo. Pero ya lo estamos en que todo esto debe redundar en la estabilidad, la integridad territorial y la prosperidad de ambos países".
Es decir, que queda mucho camino por hacer. Pero que aquellas palabras de Mohamed VI, a finales de agosto, llamando a una "nueva etapa" en las relaciones con España, basadas en el respeto mutuo, la atención a los acuerdos y la ausencia de acciones unilaterales, se han sustanciado ahora. "Había que cerrar ese frente", explica una fuente muy cercana al presidente Sánchez.
"Lo importante no es que haya o no un comunicado conjunto, sino si estamos de acuerdo en el espíritu: el respeto mutuo, honrar los acuerdos alcanzados y que no se den acciones unilaterales, además de una constante comunicación y transparencia. Bajo esas premisas se desarrollará la hoja de ruta".
O lo que es lo mismo: se acabó reivindicar Ceuta y Melilla. Y se abrirán las fronteras, aliviando el ahogo a las dos ciudades, a sus moradores y comerciantes. Fin a la reivindicación de las aguas territoriales de Canarias. Y corte definitivo a la llegada descontrolada de pateras. En el último año, "ha habido meses con más de 5.000 migrantes llegados a las costas del archipiélago", recuerda el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, a este periódico.
Y es que "el acuerdo no es sobre el Sáhara", explicaba este colaborador de Sánchez a este periódico, "esto va de las relaciones de España con Marruecos".
"Yo voy a comparecer de manera urgente en el Congreso. Pero España ya reconoció bajo Gobiernos del PP, en 2012 y en 2015, los esfuerzos serios y creíbles del Reino de Marruecos en el marco de Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable".
Es decir, que la terminología de la carta de Sánchez no la ha inventado su Gobierno, sino que ya la incluyó el de Mariano Rajoy en sus comunicados conjuntos con Marruecos, entonces. "Es más, Zapatero ya apostó por la autonomía del Sáhara dentro de Marruecos, en 2008, y lo hizo con el apoyo de EEUU, de Francia... y del PP", aclara este alto funcionario socialista. "Es una posición aceptada por Naciones Unidas desde 2007, y en línea con la última Resolución del Consejo de Seguridad, la 2602".
Quiere decirse, que si alguien pierde en esta ecuación -los saharauis independentistas- será "sólo si ambas partes no llegan a un acuerdo en el marco de Naciones Unidas"... o sea, que España se sale de un berenjenal en el que ya sólo estaba por compromiso moral como expotencia colonizadora.
"Argelia es un socio muy fiable, un amigo de España. Yo hablo fluidamente con mi homólogo, el ministro Lamamra y esa asociación estratégica está llamada a perdurar en el tiempo".
Así que nadie debe preocuparse por la llegada de energía a España. Que Argelia sea, con diferencia, nuestro primer suministrador de gas, y que España sea, a su vez, el segundo cliente del gas argelino, sólo por detrás de Italia, con la que le une otro gasoducto, no es un riesgo. "Sino una oportunidad".
"Precisamente en estos momentos de tanta inestabilidad en Europa, con una guerra ilegal, injusta e injustificada como es la que tiene lugar en Ucrania, esa relación estratégica y ese gasoducto que une a España y a Argelia puede poner todavía más en valor la asociación estratégica entre nuestros dos países".
Porque la clave está en que casi el 90% del PIB, las dos terceras partes de los ingresos fiscales y el 97% de las exportaciones de Argelia dependen del sector energético. Es decir, gas y petróleo. Para este país magrebí es el sustento de la economía y la clave de su estabilidad sociopolítica.
Ahora, tanto Argelia como España -consumidores y empresas- están interesados en aumentar la producción y exportación de hidrocarburos del país. Y esto incluye las inversiones en las infraestructuras energéticas asociadas al Corredor Norte-Sur Occidental del gas que une Argelia con Europa a través de España.
La empresa nacional de gas de Argelia, Sonatrach, anunció a principios de año que invertiría 40.000 millones de dólares entre 2022 y 2026 en exploración, producción y refinado de gas. La actual crisis internacional puede ser la oportunidad que necesita Argelia para brillar en el sector energético global.
"La diplomacia requiere de discreción y de no airear las conversaciones o las reuniones, pero debo insistirle en que tengo una muy fluida relación con mi homólogo argelino... y me consta que otros miembros del Gobierno también la tienen. Le garantizo que en esa fluida relación se abordan todos los temas".
Es decir, que no le puedo decir que Argelia lo sabe todo con anterioridad, porque me meto en un lío y les comprometo. Pero quede claro que es así. Es más, como ya informó este diario, el presidente Sánchez llamó por teléfono a Abdelmajid Tebboune el domingo 6 de marzo, conversación en la que éste le garantizó no sólo el suministro, sino la "asociación estratégica" con España... y recuerden: "Se abordan todos los temas".
Porque el Gobierno no daría este viraje de 180 grados a su política exterior de manera gratuita: sin garantías de Marruecos para Ceuta, Melilla, Canarias y la lucha contra la inmigración ilegal. O sin garantías de su mayor enemigo en la región, Argelia. Ya que del gas de Argelia no sólo depende la economía española actualmente, sino la europea en el futuro.
"Y la apuesta de Argel es la de acabar con las agresiones mutuas y la tensión con Marruecos", que estaban perjudicándole en un momento de oportunidad histórica, añade un político conocedor de la negociación. Porque, cuando su materia prima se paga en los mercados entre 20 y 30 veces más cara que hace sólo un año, el Gobierno de Tebboune no se puede permitir perder la oportunidad de jugar un papel clave en la región y unos ingresos que la pueden dar un salto histórico.
"Los matices entre ministros y distintos miembros del Gobierno son algo normal, incluso en los Ejecutivos que son monocolor, y son habituales en los de coalición. Pero hay una unidad total en el seno del Gobierno en que hay que defender los intereses de los españoles en tiempos tan convulsos".
O sea, que si Unidas Podemos quiere hallar un argumento de salida para sus posiciones enrocadas en este asunto, el ministro Albares se lo estaba dando con esa frase. ¿A quién va a preferir defender un partido de gobierno, a sus ciudadanos o a los de otro territorio?
"Los canarios, melillenses, ceutíes o andaluces tienen que estar protegidos y defendidos, especialmente en tiempos tan convulsos, donde el orden europeo está siendo amenazado tan directamente en Ucrania".
Pero si los socios morados del PSOE prefieren "seguir trabajando en defensa del pueblo saharaui", como proclamó Yolanda Díaz tras colgar el teléfono al titular de Exteriores en la tarde de este viernes, son muy libres de hacerlo.
Aunque lo cierto es que la vicepresidenta segunda estaba molesta, sobre todo, por no haber sido informada previamente. Por enterarse por la prensa (una vez más)... como si no fuese vicepresidenta, y de una decisión grave que el PSOE sabe que Unidas Podemos no comparte... como si Sánchez ya diera por sentado que aguantarán lo que se les eche. "Nuestra posición está muy clara, esto no nos gusta", comentaba una fuente cercana a Díaz. Pero la líder morada, en su enfado, se limitó a escribir un tuit.
La UE, de la mano en todo
"Siempre es bueno cerrar una crisis, siempre es un buen momento para hacerlo e iniciar una nueva etapa de respeto mutuo y ausencia de acciones unilaterales y cooperación. En este momento en el que hacemos frente a un desafío como la guerra de Putin es especialmente un buen momento para ello".
Después de que España acogiera al líder del Polisario, Brahim Ghali, a espaldas de Rabat y de que esto incitara a Marruecos a lanzar 10.000 personas a asaltar Ceuta, se marchara la embajadora y se destituyera a la ministra Arancha González Laya, ha habido más desencuentros que avances. Y Albares, nombrado con el objetivo principal de arreglar este entuerto, parecía sucumbir.
"Habrá solución", decía en sus conversaciones con este diario, "y será pronto". Pero siempre había algo que daba dos pasos atrás tras el único dado adelante. Entretanto, la Unión Europea advertía a Rabat, "y le ponía condiciones", añaden las fuentes: había en juego 1.600 millones en ayudas durante cinco años.
Uno de los hechos que alteraron el delicado equilibrio con Marruecos y España fue cuando cerró a finales de octubre el Gasoducto Magreb Europa, que llevaba suministrando 25 años gas natural a España y Portugal y que cruza por territorio marroquí. La decisión supuso un golpe a España -que cubría casi la mitad de sus necesidades con gas de Argelia- pero sobre todo para Marruecos, que se quedaba sin suministro de gas a mejor precio que en los mercados internacionales.
Desde entonces, Argelia se une a Europa por el gasoducto Transmed que conecta con Italia. Este canal tiene capacidad para unos 32 millones de metros cúbicos al año, y por Medgaz que llega España. El primero tiene cuatro veces más capacidad que el español, pero si ya se preveían inversiones para aumentar esos niveles, a las puertas del Consejo Europeo de la semana que viene, Sánchez ya llega con un plan cerrado.
...y de la mano de Ursula von der Leyen, que propondrá a los Veintisiete las soluciones españolas.