La dirección del PP atribuye al entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid la puesta en marcha de una "campaña de intoxicación" con el fin de culpar a Génova de un "inexistente" encargo a un detective para investigar los negocios del hermano de Isabel Díaz Ayuso en el sector sanitario.
Concretamente, desde los despachos de la dirección popular se señala al jefe de gabinete de la presidenta madrileña, Miguel Ángel Rodríguez. Habría sido él, según las fuentes, quien habría filtrado a varios medios de comunicación la historia del supuesto espionaje, con el fin de que sirva de cortina de humo con la que tapar un posible escándalo de comisiones y contratos a dedo.
"Es falso", aseguran en Génova, que la dirección del PP "haya contratado o intentado contratar a un detective" para obtener documentos que acrediten el presunto cobro de comisiones por parte de Tomás Díaz Ayuso. El hermano de la lideresa madrileña habría sido el supuesto intermediario en la adjudicación de contratos de la propia Comunidad de Madrid para el suministro de productos sanitarios durante los primeros meses de la pandemia, en 2020.
Sí es cierto, en cambio, que desde hace meses circulan informaciones que han causado preocupación en Génova sobre las actividades de intermediación del hermano de Díaz Ayuso. La presidenta del Gobierno regional habría reconocido ante dirigentes del PP la veracidad del cobro de comisiones por su hermano, algo que considera legal.
De hecho, en el entorno de Ayuso es sabido que su hermano Tomás ha venido trabajando como "comercial" en el sector sanitario, pero como empleado de una empresa. Eso sí, las fuentes consultadas niegan rotundamente que haya alguna conducta irregular o reprobable en su actividad.
Ayuso se comprometió a entregar en Génova documentos que acreditarían la corrección de las operaciones de su hermano, pero hasta ahora no lo ha hecho, según fuentes del partido que preside Pablo Casado.
Este periódico se ha puesto en contacto con el entorno de la presidenta madrileña. Una fuente allegada a Isabel Díaz Ayuso decía no salir de su asombro ante la vuelta de esta "falsa polémica".
La batalla interna en el seno del Partido Popular se ha venido explicando, hasta ahora, por cuestiones personales. La presunta inquina personal de Teodoro García Egea, secretario general del partido, contra Ayuso ha sido la recurrente explicación de la disputa por el liderazgo de la formación en la Comunidad de Madrid. Incluso, fuentes internas del PP han atribuido ese empeño por "controlar" a la presidenta a un posible ataque de celos de Casado ante la popularidad de Ayuso.
La guerra se hace pública
Para entender en qué consiste esta guerra de acusaciones cruzadas hay que remontarse al pasado mes de septiembre. Entonces, durante un desayuno informativo y de forma sorpresiva, Pablo Casado coló al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, en la carrera por tomar el mando del PP madrileño: "Aquí hay dos personas que podrían hacer perfectamente ese trabajo", anunció desde el micrófono el líder popular, que antes de subir al estrado estaba sentado entre la presidenta y el primer edil.
En ese momento, la batalla saltó a los titulares, pero la estrella de Ayuso había brillado mediáticamente durante la pandemia, y su liderazgo parecía haber hecho sombra al de Casado. A eso jugó el PSOE durante meses, alimentando el enfrentamiento interno, para desgastar al líder de la oposición en el Congreso. Pero la explicación podría ser otra.
En noviembre, la diputada regional María del Carmen López Ruiz había asegurado que el hermano de Díaz Ayuso "se dedica a ir por los hospitales a sugerir a las unidades de contratación a qué empresa hay que contratar". La presidenta de la Cámara, María Eugenia Carballedo, le reclamó que retirara sus palabras y, al negarse, acabó por expulsarla.
En ese momento, toda la oposición de PSOE, Unidas Podemos, Más Madrid y Vox decidieron dejar vacío el pleno, sólo con los representantes del PP. Al día siguiente, Más Madrid registró una petición de comparecencia de Tomás Díaz Ayuso. Y a pesar de que la diputada socialista finalmente hubo de reconocer que su afirmación no se sustentaba más que en "rumores", una semana después, PSOE y Unidas Podemos pidieron una comisión de investigación.
¿Guerra de 'dossieres'?
Desde el pasado mes de diciembre comenzaron a circular los rumores de una posible "guerra de dossieres" entre Génova y Sol, sede de la presidencia madrileña. Ambas partes negaron entonces a este diario manejar ninguna "información sensible" o que incriminara en actividades ilegales a la otra.
A Génova se le atribuía interés por hallar el papel que demostrara que Tomás Díaz Ayuso habría intermediado (y cobrado por ello) entre la Comunidad de Madrid y la empresa Priviet Sportive SL. El Gobierno regional otorgó en abril de 2020 a esta compañía un contrato directo y sin publicidad de 1,5 millones de euros para la compra de mascarillas FFP2 y FFP3. La compañía en cuestión está a nombre de Daniel Alcázar, un conocido cercano de la familia Díaz Ayuso.
Al entorno de Ayuso, por su parte, se le señalaba por andar buscando pruebas de adjudicaciones irregulares en el Gobierno murciano, que podrían salpicar al Gobierno popular de Fernando López Miras. Cabe recordar que la Región de Murcia es el feudo de Teodoro García Egea, y López Miras una persona muy cercana al número dos del PP y supuesto enemigo íntimo de Ayuso.
Por supuesto, desde una orilla y la otra del PP madrileño se daba como creíble que la contraparte estuviera tratando de investigarles en busca de trapos sucios. Pero también por supuesto, los dos entornos negaban que se pudiera encontrar un muerto en su propio armario y ninguna fuente aceptaba ser identificada.
Filtraciones y 'enviados'
Lo cierto es que, según las fuentes consultadas, fue en diciembre de 2021 cuando saltaron los rumores de espionajes cruzados, y Ayuso admitió ante la dirección del PP que su hermano es "comercial" del sector sanitario y que no había hecho "nada ilegal".
Pero para Génova no sería defendible que un familiar de la presidenta madrileña se hubiera enriquecido procurando la adjudicación a empresas afines de contratos millonarios concedidos por la Administración que ella preside. Y en este confuso asunto de las actividades de Tomás Díaz Ayuso es donde está la clave de la resistencia de Génova a entregar a la presidenta madrileña la dirección del partido en Madrid.
Fuentes de la dirección del PP apuntan ahora a Miguel Ángel Rodríguez como origen de la filtración de que altos cargos del Partido Popular contactaron con un detective para que investigue a Tomás Díaz Ayuso. Y la finalidad de esa filtración sería, según las fuentes consultadas, una suerte de voladura controlada.
De esta forma, el foco del escándalo dejaría de ser el posible cobro de comisiones por el hermano de la jefa del Gobierno de Madrid, para centrarse en el intento de espionaje de Génova a Ayuso, a través de un enviado como Ángel Carromero, alto cargo del Ayuntamiento de Madrid.
La dirección del partido publicó este miércoles por la noche un comunicado en el que "desmiente tajantemente las informaciones publicadas en relación a una supuesta investigación sobre los contratos sanitarios adjudicados por la Comunidad de Madrid" y asegura que "tomará las medidas judiciales oportunas ante estas falsedades".
Ahora bien, EL ESPAÑOL ha podido confirmar que el Ayuntamiento de Madrid llegó a investigar si hubo espionajes. Un alto dirigente del PP puso sobre la pista al equipo del alcalde de que una persona, en nombre de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), habría querido contratar los servicios de una firma de detectives para espiar al entorno de la presidenta de la Comunidad.
Según fuentes del consistorio, esas pesquisas internas se han llevado a cabo en las últimas semanas: "El presunto espía negó los hechos y quedó claro que nadie había contratado ni, por supuesto, pagado nada con dinero municipal".
Desde el entorno de Ayuso, por su parte, se señala a Carromero como instigador de las intrigas contra la presidenta. Carromero, que desempeña un cargo en el Ayuntamiento de Almeida como director general de Coordinación, coincidió con Pablo Casado en Nuevas Generaciones. Fuentes cercanas a la dirección del PP en la capital lo señalan como director de la operación: "Lleva meses diciéndole a muchísimos periodistas que tiene pruebas del desfalco del hermano de Ayuso".
Pero esos papeles no han salido.
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