El alcalde de Madrid no lo dice y, aunque hay una mascarilla de por medio, se sabe que él siempre sonríe. Es un señor afable, simpático, hecho para ese cargo, que se para a hablar con las piedras sin sorpresa, si éstas le interpelan. Pero no, no lo dice. No saldrá de su boca que aspira a algo más.
Así que aunque uno se pueda imaginar que puede querer, algún día, mandar como el que más manda en el PP, José Luis Martínez Almeida deja que la gente crea, hace una mueca, y remite a quien haya dicho algo sobre él. En este caso, el presidente del partido, al que dejará la decisión sobre si debe presentarse, o no, para competirle el liderazgo a Isabel Díaz Ayuso en el PP de Madrid.
Así lo ha podido confirmar este periódico en fuentes cercanas al primer edil madrileño. Ése que fue candidato (casi) por descarte en 2019. Ése por el que nadie daba un duro en la campaña de las municipales. Y ése que tardó poco más de diez minutos -lo que son los tiempos en política, comenta él mismo muchas veces- en ser aupado a la portavocía nacional del partido.
Cuando Pablo Casado colocó a José Luis Martínez Almeida en la carrera por liderar el PP de Madrid, se inició un juego con muchos tableros, algunos de ellos ocultos.
El presidente del PP lo dejó caer en un desayuno informativo, en el que abría su curso político este martes, a pocos días de la convención itinerante del Partido Popular. Una semana recorriendo España, entre Santiago y Valencia, en un itinerario que pretende ser un remedo de las campañas electorales americanas, con autobuses de colores y globos, viejas glorias y nuevos valores, ideas y alternativas de gobierno.
Remando juntos...
Quizá se arrepintió el jefe, porque los murmullos de la concurrencia, en un salón enorme, pero repleto del nuevo hotel de lujo madrileño, Four Seasons, en el histórico edificio de Canalejas, anunciaron que, en parte, su discurso quedaría opacado. Es lo que tiene preguntar por Isabel Díaz Ayuso. Que, aunque se la quiera ensombrecer colocando a otra "figura de peso" en la respuesta, la lideresa brilla tanto que no hay modo de eclipsarla.
El alcalde dice que es un hombre de equipo, y que rema al lado de Ayuso por llevar a Casado a la Moncloa. Almeida asegura que es "un opositor" y que los opositores "somos cuadriculados". Así que no decidirá si se quiere presentar -o si debe- "hasta que sea el momento, y no creo que éste lo sea".
La frase es suya, en los corrillos posteriores al discurso del jefe. Y contenía una crítica velada a quien sí se ha presentado ya. Lo había anunciado sólo una semana antes, por sorpresa y sin encomendarse a nadie. "Quedan nueve meses para el congreso regional del partido, eso es mucho tiempo, y ahora es que ni me lo planteo".
Lo cierto es que los opositores, tan cuadriculados, también se ponen una fecha tope para presentar los papeles oficiales de la convocatoria, para saber si están preparados para el examen. Y eso Almeida también lo tiene claro. Las mismas fuentes aclaran a este diario que no habrá noticias del tema hasta alrededor de un mes antes del cónclave, es decir, en mayo de 2022, cuando esté cumpliendo tres años en el cargo. Los primeros de los "como mucho, ocho" que llevará la vara de mando de la capital.
Ese dato ya lo había dado él mismo el lunes, dejándose querer, como gusta, a preguntas de la prensa sobre su futuro. "Pero todo dependerá de lo que decidan los madrileños", en las municipales de 2024, se entiende, "así que no me preocupa eso ni lo más mínimo ahora".
Proceso abierto
Antes de levantarse para impartir su conferencia, casado estaba sentado a la mesa presidencial del acto, precisamente, con Almeida a un lado y Ayuso al otro.
Los tres son de la misma generación. Uno es el jefe, y ella y él son estrellas mediáticas del partido con las que nadie soñaba el día que fueron catapultadas a encabezar las listas de un PP deprimido en 2019, después del peor resultado de su historia en las generales, con sólo 66 diputados. Apoyado en su inesperado éxito, Casado remontó en la repetición electoral de noviembre.
El jefe habló de sus proyectos, propuso reformas de fondo, un plan para bajar la luz de precio, y se explayó en "toda la cronología del bloqueo en la renovación del CGPJ", lo que llena titulares estos días... y sirve de ariete entre PP y PSOE. Pero en el turno de preguntas, alguien le forzó a tomar postura: "¿Apoya usted la candidatura de Isabel Díaz Ayuso para liderar el PP de Madrid?". La presidenta, ella sí, cree que es el momento de postularse, y lo hizo nada más volver del verano.
"¿Cómo va a pasarse nueve meses apoyando a alguien para un puesto de elección interna? Eso sería tanto como darlo por cerrado, como si ya estuviera decidido que nadie más se presente", explicaba una persona cercana al líder popular. "Yo no suelo tomar partido en procesos internos", aclaraba luego Casado a los periodistas. Pero sí lo había hecho, al menos un poco, al colocar a Almeida, como mínimo, al nivel de la lideresa.
"Cuando llegue el momento, tomará la decisión", apuntaba la citada persona del entorno del alcalde. "Verá qué es lo que corresponde, lo que quiere y lo que es mejor para el partido en Madrid". Y eso sí, sobre todo, verá lo que opina el jefe, Casado, "porque un miembro de la dirección nacional no debe hacer eso sin consultar con el presidente"... el mismo que, sin venir a cuento, lo acababa de señalar como el competidor de la que (dicen) lo eclipsa a él. Que con eso también juegan a molestar a Casado desde Moncloa.
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