Pablo Iglesias y su equipo, llegando a la sala de prensa del Congreso de los Diputados.

Pablo Iglesias y su equipo, llegando a la sala de prensa del Congreso de los Diputados. EFE

Política PRIMARIAS DEL PSOE

El PSOE se une para desbaratar la improvisada moción de censura de Iglesias

Los tres candidatos a las primarias y la Gestora rechazan los "fuegos artificiales" del líder de Podemos.

28 abril, 2017 01:36

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En el PSOE hay respetuosas discrepancias, grietas soterradas, profundas divisiones, discusiones públicas, amargos cismas y hasta Comités Federales. En algunas ocasiones, casi de forma milagrosa, brota la unidad. Este jueves la logró Pablo Iglesias. No el que el 2 de mayo de 1879 fundase el PSOE en una tasca de Madrid sino el que, según los socialistas, quiere ocupar el espacio de su partido.

La moción de censura que improvisó el líder de Podemos como respuesta a los escándalos de corrupción del PP fue interpretada por el resto de fuerzas políticas como un intento de desgastar a los socialistas en un momento en el que se encuentran sin líder y en medio de una histórica refriega interna. 

Antonio Hernando, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, compareció ante la prensa con gesto grave ante la enésima vuelta de tuerca de la gobernabilidad en España. Hernando había reivindicado con ahínco el Gobierno alternativo que quería formar Pedro Sánchez, pero defendió finalmente la abstención que le brindó al líder del PP un segundo mandato como presidente. 

"Entonces nos engañó, ahora no nos va a engañar", dijo en referencia al líder de Podemos. Según él, el nuevo golpe de efecto son "fuegos artificiales" con "mala fe" que sólo buscan utilizar las instituciones como un inmenso plató de televisión.

La puesta en escena de la rueda de prensa fue muy similar a la del 23 de enero de 2016, cuando Iglesias propuso un Gobierno alternativo con él como vicepresidente mientras Sánchez estaba reunido, y sin saber nada de la propuesta, con el rey Felipe VI. El líder de Podemos llegó, de nuevo, por el pasillo, dando tiempo a los fotógrafos a tomar imágenes de un grupo que avanzaba hacia la sala de prensa casi con el paso coordinado.

Con americana, sin Errejón

Muy serio y rodeado de sus correligionarios anunció contactos para una moción de censura. Iglesias llevaba esta vez una americana, pero no a su exnúmero dos, Íñigo Errejón. No concretó cuándo la presentará, pero sí que la registrará tenga o no posibilidades de prosperar. El grupo Unidos Podemos tiene diputados de sobra para forzar que se debata y se vote, pero PSOE y Ciudadanos la rechazaron de inmediato, por lo que no tiene ninguna posibilidad de ser exitosa.

Todos a una, los distintos sectores y candidatos del PSOE a las primarias no permitieron ni un resquicio para que Iglesias se colase, enfrentándolos de nuevo. "Cuando tuvo la oportunidad real de cambio en España votó no a un presidente socialista", dijo Patxi López. "Lo tenemos muy visto", dijo Susana Díaz, para quien "la operación de hoy es la misma que hizo cuando salió proponiéndose a sí mismo como vicepresidente del Gobierno, repartiendo cargos y pidiéndose el CNI". "Hace un año no hubiera hecho falta una moción de censura para desalojar al PP", recordó también Pedro Sánchez. La moción de censura "no es un planteamiento serio”. Busca "aprovecharse de la situación”, dijo José Luis Ábalos, coordinador de campaña del exlíder. 

Más difícil que una investidura

Para que prospere la moción son necesarios 176 "síes" (la mayoría absoluta de la cámara) y un candidato. Aunque la iniciativa actúa como una investidura, porque se nombra a un nuevo presidente, los requisitos para que salga adelante son incluso más exigentes. Sin esos 176 votos afirmativos, pero con más "síes" que "noes", como en la segunda votación de una investidura, la moción no prosperaría. 

Grupos que podrían estar a priori más predispuestos, como ERC, PdeCAT y el PNV, pusieron cara de póker y se extrañaron de que Iglesias se lance a hacer una propuesta sin dar más que un aviso a las demás fuerzas que un mensaje de texto o una llamada breve. El líder de Podemos convocó antes a los medios de comunicación que a sus socios potenciales. "La teoría que se debe de enseñar en la universidad cada vez está más alejada de la práctica parlamentaria”, decía Aitor Esteban, portavoz del PNV. "No observamos que Pablo iglesias tuviera un gran entusiasmo para construir esa mayoría alternativa" en la anterior legislatura, dijo Carles Campuzano, portavoz de PdeCAT, la antigua CiU. Iglesias sólo obtuvo el apoyo inmediato de Compromís, partido con el que se presentó en coalición a las elecciones. 

"La necesidad de echar al PP es una demanda social", dijo Iglesias, porque en España "se vive un estado de excepción democrático, con un saqueo público permanente". Por eso, la moción de censura es un "imperativo ético" que Podemos presentará aunque sepa que la perderá.

El PP, poco inquieto

Pero en el PSOE creyeron que "Iglesias tiene más interés en salir en la televisión que en hacer política de verdad", según un diputado, que cree que "el kilo de titular se le ha puesto carísimo y ya no sabe qué hacer. Primero el tramabús, después plantarse en la SER y ahora esto", relata. 

En el PSOE creen que Iglesias quiere erigirse en jefe de la oposición aprovechando que el PSOE está de mudanza. En palabras de Esteban, portavoz del PNV, la iniciativa va más "contra otros partidos" que "contra el Gobierno", que asistió atónito a un descanso en las tertulias y los informativos. Ya no se hablaba de la corrupción sino de la moción. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, no parecía muy inquieto por la posibilidad de que el PP pierda el Gobierno tras más de cinco años. "Ya están tardando" en registrar la moción de censura, dijo. "Hacen falta 35 escaños. Podemos tiene 70. ¿A qué esperan?"