Emiratos protege a 'El Tigre': el mayor narco español vive libre en Dubai pese a los dos años de requerimientos de la Justicia
- Alejandro Salgado Vega vive tranquilamente en libertad en la capital financiera de los Emiratos Árabes pese a las reiteradas peticiones de España.
- Más información: Interior presiona a Dubái para que persiga a capos de la droga que operan en España y se ocultan allí
Apenas hay imágenes de él. Hacía muchos años que ya no estaba en España, y cada vez que venía pasaba pocos días en territorio nacional. Se iba rápidamente para evitar seguimientos de los especialistas de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Había establecido Dubái como su guardia, y es ahí, en esa "jaula de oro", donde El Tigre, a día de hoy el mayor narcotraficante español, sigue viviendo en libertad pese a haber sido detenido en el año 2022.
Su nombre real es Alejandro Salgado Vega, tiene 46 años y es considerado por la Guardia Civil como el narcotraficante de origen español más importante a nivel global en lo que respecta al tráfico de cocaína. Esta catalogación se debe al volumen de estupefaciente que su organización era capaz de gestionar cada mes, sin límites geográficos en sus actividades.
Esta semana se cumplen dos años desde que 'El Tigre' fue arrestado en la operación Atalaya-III, una investigación realizada por el Instituto Armado con el apoyo de Europol. En ella, el capo de origen madrileño fue detenido por su relación con la introducción de dos toneladas de cocaína por el puerto de Algeciras en el año 2020.
Según fuentes de la investigación consultadas por EL ESPAÑOL, Dubái todavía no ha procedido a entregarlo a las autoridades españolas, pese a las reiteradas peticiones emitidas desde el Juzgado de Instrucción número 1 de Algeciras, que dirigió la investigación junto con la Fiscalía Delegada Antidroga del Campo de Gibraltar.
Por el contrario, según ha podido constatar este periódico a través de fuentes de la lucha contra el narcotráfico, Salgado Vega vive tranquilamente en libertad en la capital financiera de los Emiratos Árabes.
Silencio y connivencia
Como ya ha revelado este periódico, esa metrópoli se ha convertido en los últimos años en un refugio de criminales y grandes capos del mundo del narcotráfico. Las organizaciones que dirigen algunos de ellos operan en España, mientras los jefes se ocultan en esa lujosa ciudad del Golfo Pérsico.
En la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional existe cierta preocupación por la falta de colaboración de las autoridades de Dubái. Por ello, trabajan con el Ministerio de Justicia para mejorar la gestión de las extradiciones.
Las autoridades españolas se han encontrado estos dos años con el silencio de las dubaitíes ante las reiteradas peticiones para que se extradite a este fugitivo. Lo que refleja el modo en que la ciudad emirato hace la vista gorda con los grandes nombres del crimen organizado internacional que se ocultan desde hace años allí.
Ya no es sólo España quien reclama a El Tigre para juzgarle por sus crímenes. Según ha podido conocer este periódico, también las autoridades belgas le reclaman debido a distintos delitos en los que su organización se ha visto implicada en los últimos tiempos.
Alejandro Salgado continúa residiendo en Dubái, desde donde, a través de sistemas encriptados de comunicación, controlaba una red global de tráfico de cocaína con presencia en los cinco continentes, monitorizando al detalle las partidas de droga desde su origen en Sudamérica, principalmente, hasta su recuperación en puertos repartidos por todo el mundo
El Tigre lleva en Dubái una vida de muy alto nivel. Pasa desapercibido entre el resto de la población, con un comportamiento ejemplar, y no tiene ningún tipo de incidente que pudiera alertar a las fuerzas policiales locales.
La caída de Salgado se produjo de forma fortuita, pese a que la Guardia Civil llevaba años siguiéndole los pasos. Los investigadores de distintas unidades del Instituto armado llevaban mucho tiempo intercambiando información con la Policía de Dubái para tratar de dar con su paradero, y para alertar a las autoridades de la ciudad-emirato de la peligrosidad de este individuo y su organización.
En agosto de 2022, los agentes dubaitíes seguían la pista de pequeños consumidores de sustancias estupefacientes. Esa pista les llevó a una lujosa residencia valorada en 15 millones de euros ubicada en La Palmera de Dubái, una isla repleta de viviendas de nivel prohibitivo, quizás la zona más lujosa de la ciudad. Era la casa de El Tigre.
Refugio de narcos
Allí la legislación es muy estricta con el consumo de drogas. Y al constatar que ese lugar era zona de consumo habitual de estupefacientes se procedió a realizar una redada. Al detenerlo y cruzar sus datos con las bases de datos internacionales, apareció la reclamación de España por tráfico de cocaína. Desde entonces continúa viviendo en libertad pese a sus causas pendientes en España.
En los últimos 10 años, esta ciudad ha pasado a convertirse en la guarida de capos del narcotráfico y fugitivos, los mayores hackers del mundo e incluso especialistas en blanqueo de capitales. En este período, tres grandes organizaciones han dominado el mundo del crimen organizado en Europa: la mafia albanesa, el Cártel de los Balcanes y la Mocro Maffia, un peligroso clan cuyos integrantes son en su mayoría marroquíes de segunda generación, que tienen atemorizados a los Países Bajos y extienden sus tentáculos por el continente.
Según las fuentes consultadas, algunos de los líderes de estas tres grandes bandas criminales de nivel internacional permanecen ocultos en Dubái. El Tigre no es el único reclamado por las autoridades españolas que reside en Dubái. Hay al menos otros seis objetivos de alto valor pendientes de extradición.
También han sido detectados allí jefes de la mafia que opera en Marsella (Francia). Otros objetivos, como algunos de los miembros del clan al que pertenecía el inspector jefe de la UDEF en Madrid, Óscar Sánchez Gil, también huyeron a ocultarse en ese país antes de ser detenidos por los investigadores. Allí, los investigadores de la Policía Nacional han encontrado parte del dinero de la organización a la que pertenecía este mando policial al que se le hallaron 20 millones de euros emparedados en su casa.