Marruecos abortó 75.000 entradas ilegales a España en 2023, pero no logra evitar el caos migratorio
Pese a la mayor eficacia de las autoridades marroquíes, que coincide con el giro de Sánchez respecto al Sáhara, España ha registrado el mayor número de llegadas por vía marítima de la historia.
26 enero, 2024 02:06Marruecos se ha propuesto dejar claro a España y a la Unión Europea que su colaboración en materia migratoria es fundamental para contener a las personas que intentan cruzar de manera irregular de África al continente.
Según un informe del Ministerio del Interior marroquí a cuyos datos ha tenido acceso EL ESPAÑOL, en 2023 sus cuerpos de seguridad abortaron 75.184 intentos de migración irregular, lo que supone un 6% más que en 2022.
Además, el desmantelamiento de redes de tráfico de personas aumentó un 44% respecto al año anterior, con más de 400 eliminadas.
El mayor control de Marruecos sobre los flujos migratorios coincide con el giro del Gobierno de Pedro Sánchez, en marzo de 2022, respecto al conflicto del Sáhara en favor de las tesis de Rabat, y con el aumento de las partidas de la Unió Europea a Marruecos para que combata la inmigración ilegal. Con todo, el país magrebí no ha logrado evitar el caos migratorio, especialmente el que provoca la llegada masiva de embarcaciones.
En relación con Ceuta y Melilla, según el mencionado informe, Marruecos impidió seis saltos a las vallas y detuvo a más de 1.400 migrantes. De esta manera, las llegadas por vía terrestre descendieron en un 41%.
En cuanto a las operaciones de rescate y asistencia en el mar, 16.818 personas migrantes "fueron rescatadas y atendidas en términos de asistencia, apoyo médico, alojamiento y orientación, en el marco de la gestión humana de las fronteras", detallan las autoridades marroquíes. Esta cifra supone el 35% más de rescates que en 2022.
El retorno a los países de origen de los inmigrantes se incrementó también en un 62% en relación con 2022. Según el Ministerio del Interior marroquí, 5.844 personas se acogieron al retorno voluntario, "respetando sus derechos y su dignidad" y "en coordinación con las legaciones diplomáticas" y con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de Naciones Unidas.
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Sin embargo, las ONG que atienden a los migrantes sobre el terreno ponen en tela de juicio el respeto a los derechos humanos, algo que tampoco coincide con los testimonios de migrantes recogidos en los últimos meses por EL ESPAÑOL.
Para Rabat, su labor refleja "la importante contribución de Marruecos a la seguridad regional y a la lucha contra las redes de tráfico transfronterizo", y confirma que han asumido sus responsabilidades "en la gestión migratoria".
El control migratorio fue uno de los principales asuntos abordados en el decimocuarto encuentro entre los ministros Fernando Grande-Marlaska y Abdelouafi Laftit, la semana pasada, y el ministro español reconoció particularmente "el esfuerzo" en la vigilancia del perímetro exterior de las ciudades autónomas.
En todo caso, España registró el mayor número de llegadas vía marítima de la historia durante 2023: un 92% superior al año anterior. En el caso de Canarias, la cifra se duplicó, tanto en embarcaciones como en personas.
'Vista gorda' con los nacionales
Aunque Marruecos está esforzándose en contener la migración irregular procedente del África subsahariana, está haciendo la vista gorda con los jóvenes nacionales que salen a España, tanto desde el sur como desde la provincia de Nador, según coinciden en denunciar las ONG que los reciben en nuestro país.
Estos jóvenes "van en busca de una mayor calidad de vida pero también de mejorar sus libertades individuales", dicen las ONG. Al dejarlos salir, Marruecos evita protestas internas por la carestía de la vida o por las detenciones relacionadas con derechos fundamentales, como ha ocurrido con activistas y periodistas que continúan en las cárceles.
En cualquier caso, España y Marruecos se han comprometido a continuar la actual colaboración, que constituye, en opinión de Marlaska, "el ejemplo de cooperación práctico más relevante y desarrollado de cuantos se conocen entre Europa y África, y un modelo clave en un momento de repunte de la presión migratoria en la frontera sur de la UE y en Marruecos".