La Policía busca conexiones con el Kremlin en el teléfono del jubilado de las cartas bomba
La Policía Nacional mantiene que "no se descarta que (el detenido) pudiera estar influido por otros actores". El juez apoya esa tesis.
28 enero, 2023 03:04Los agentes de la Policía Nacional se encuentran analizando los teléfonos y ordenadores de Pompeyo González Pascual, el detenido como autor del envío de las seis cartas bomba a la embajada de Ucrania y a distintas personalidades del Estado, con el fin de averiguar si existe alguna conexión entre el jubilado prorruso y los servicios de inteligencia del Kremlin.
Los investigadores, según relatan fuentes judiciales a EL ESPAÑOL, se encuentran analizando la cuenta de Pompeyo en la red rusa VK, una aplicación parecida a Facebook, para comprobar con quién se comunicaba a través de esa vía.
El rastreo policial de sus dispositivos para comprobar si existía alguna conexión con la Rusia de Vladímir Putin está avalado por el juez de la Audiencia Nacional que ha decretado que Pompeyo ingrese en prisión provisional.
🚩Ingresa en prisión el presunto autor del envío de las cartas bomba por un delito de terrorismo
— Policía Nacional (@policia) January 27, 2023
📍Detenido en #MirandaDeEbro
🔹En el registro de su domicilio se han encontrado herramientas compatibles con la confección artesanal de artefactos explosivos#SomosTuPolicía pic.twitter.com/Zm4181lIbk
El magistrado José Luis Calama explicaba este viernes en su auto, difundido a los medios de comunicación, que existía el riesgo de que Pompeyo abandonase España si no ingresaba en prisión.
El juez detalla que el detenido usaba aplicaciones rusas de mensajería instantánea y correos electrónicos cifrados de extremo a extremo como Protonmail. Estas herramientas virtuales, dice Calama, podrían haber facilitado "su huida a territorio ruso, recibiendo al efecto ayuda de ciudadanos de dicho país".
[El juez ordena prisión provisional para Pompeyo, el jubilado detenido por enviar las cartas bomba]
Pompeyo, de acuerdo con las fuentes consultadas, era un "comunista nostálgico de la URSS, radicalizado al estilo de los yihadistas en internet". Como si se tratase de un lobo solitario, consumía propaganda prorrusa en diversos canales digitales, algunos de ellos venezolanos.
El magistrado acusa al jubilado de 74 años residente en Miranda de Ebro de seis delitos de terrorismo. Dos de ellos son delitos agravados, ya que un par de sobres fueron dirigidos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Es decir, dos miembros del Ejecutivo.
También le atribuye un delito de empleo de artefactos explosivos inflamables o incendiarios con finalidad terrorista "Seria amenaza "El juez entiende que tras enviar los sobres repletos de material explosivo, Pompeyo de algún modo se habría ganado el beneplácito de los seguidores más fieles de Putin. Y que por ello podría haber recibido ayuda para huir dada "la trascendencia de sus violentas acciones como medio de propaganda de la ocupación rusa en Ucrania".
Los posibles y supuestos lazos con Moscú no han sido desechados por el magistrado. Tampoco por los investigadores. De hecho, la Policía Nacional insistía este viernes en una nota que "no se descarta que (el detenido) pudiera estar influido por otros actores". Sin concretar nada más.
Tal y como ha publicado EL ESPAÑOL, el jubilado, antes de su arresto, estaba fabricando nuevos sobres con explosivos en su vivienda de Miranda de Ebro. También había adquirido un dron al que le había incorporado un dispositivo de carga con el fin de lanzar artefactos explosivos de mayor potencia.
Lejos de infravalorar los envíos, los agentes de la investigación trabajaron siempre con la certeza de que eran "una seria amenaza". "Si el paquete lo abre una persona le hace mucho daño. Lleva metralla y está muy bien diseñado", añadían a este diario.
Así lo consideraba también el instructor de la causa. La prueba de ello es que el trabajador de la embajada de Ucrania que salió herido tuvo la fortuna de poder contarlo.
El paquete explosivo le estalló a dos metros de distancia, y aun así la metralla que salió disparada le perforó la mano, hiriéndole de levedad. De haberle estallado en las manos, las consecuencias podrían haber resultado imprevisibles. La fortuna quiso que el operario se percatara de lo que tenía entre manos cuando estaba abriendo el paquete, por lo que arrojó a tiempo lejos de sí.
Por eso, para el magistrado, los envíos de las cartas bomba a tan seleccionados objetivos evidencian que la intención de Pompeyo era tanto "alterar gravemente la paz pública como obligar a los poderes públicos en nuestro país a abstenerse del apoyo mostrado a favor de Ucrania frente a la agresión rusa".