El desarrollo de programas formativos derivados de la puesta en marcha de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) sigue dando qué hablar entre los docentes del sector educativo. Si primero no les gustaba que se eliminara el peso de la asignatura de Filosofía en el currículum de la ESO o la implantación de Matemáticas 'con género' en Primaria; ahora, llega otro nuevo dilema: eliminar la optativa de Informática en Bachillerato dejando a libertad de cada Comunidad Autónoma desarrollarla o no.
Concretamente, el último currículum del que el Ministerio de Educación de Pilar Alegría ha hecho partícipe a los agentes sociales no incluye en su redacción la asignatura de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Algo que los expertos en la materia consideran un "error" que pondría a los alumnos a merced de sus Comunidades Autónomas para tener competencias "esenciales" en su desarrollo personal y profesional en el siglo XXI. "Son tan importantes como las matemáticas", insisten.
Hasta estos momentos, esta asignatura era la única relacionada con la adquisición de habilidades informáticas que se imparte en Bachillerato y, aunque no era obligatoria, aparecía como una optativa a ofertar dentro de la LOMCE (la ley educativa del Partido Popular).
En el listado de optativas que las Comunidades Autónomas debían ofrecer a sus alumnos con la LOMCE estaba también una segunda Lengua Extranjera (Francés o Alemán, para el bachiller de Ciencias Sociales), Anatomía Aplicada (bachillerato de Ciencias Naturales) o Dibujo Artístico y Análisis Musical (para el de Artes).
El problema es que con la LOMLOE —la nueva ley educativa puesta en marcha por Isabel Celaá y que lleva un año en vigor— se ha decidido eliminar la lista de asignaturas específicas, dejando a la elección de cada autonomía las optativas de sus alumnos.
En el borrador del currículo, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, sólo aparecen reflejadas las materias comunes de Bachillerato, como Historia de España, Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera, Filosofía o Educación Física.
Para el resto, la norma señala que "corresponde a las Administraciones educativas la ordenación de las materias optativas". "Los centros podrán hacer propuestas de otras optativas propias que requerirán la aprobación por parte de la Administración educativa correspondiente", indica.
En Europa
La decisión pone a los alumnos en clara desventaja respecto a sus compañeros europeos, que, en muchos países, tienen asignaturas como programación informática entre las troncales. Y lo hace en una situación que, precisamente, no es adecuada ya de por sí para los jóvenes españoles.
Un estudio Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicado en 2015 señalaba que los jóvenes de nuestro país de entre 16 y 29 años eran de los que peores habilidades informáticas tenían en toda la Unión Europea. De todos los países analizados, 22 en total, sólo Italia estaba por detrás.
Para Marco Gómez Pérez, coordinador académico de 4Geeks Academy, y Manuel Agudo, CEO de Open Webinars, esto es un error muy grave. Ambos lideran compañías referentes en el desarrollo de aptitudes digitales. Algo que, a su parecer, es "vital" para la vida de los alumnos.
La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, ha querido calmar las aguas y ha asegurado que, aunque no se concreta la aparición de la asignatura, se van a reforzar "las competencias digitales y tecnológicas" desde una visión integradora de currículo educativo en todas las asignaturas. Es decir, que en el aprendizaje de las asignaturas se van a usar herramientas digitales como manejar un ordenador o usar determinados software.
Marco Gómez Pérez, coordinador académico de 4Geeks Academy, asegura que le parece "fenomenal" que se desarrollen las competencias digitales de forma transversal, pero que no se debe dejar de lado el desarrollo de la asignatura. "Debería ser un acuerdo de todas las CCAA", insiste.
El coordinador del bootcamp de programación pone como ejemplo la robótica, el pensamiento computacional o la programación como asignaturas que, a su parecer, deberían de ser "obligatorias" en la etapa escolar; "tan fundamentales como las matemáticas".
"Es la base para una salida profesional, pero también es una herramienta en la vida. Antes era importante aprender sobre electricidad para reparar cosas, ahora la programación nos permite solucionarlas", indica.
Como experto en formación complementaria enfocada al sector IT, explica alguna de las aplicaciones prácticas de estudiar programación en la escuela. "Un alumno puede programar algo que responda a una actividad repetitiva que haga y, de esta manera, optimizar su tiempo", argumenta.
Salidas laborales
Pero ya no es sólo algo práctico en el día a día, también una salida profesional. Gómez asegura que en toda la Unión Europea se necesitarán 300.000 programadores, de los cuales el 30% se requerirán en España. "En América del Sur se ha estimado que para 2025 hagan falta 2 millones de programadores", añade.
Con todo ello, reincide en que no hay suficientes perfiles porque, según datos del Ministerio, en el curso 2018-2019 apenas se graduaron 5.000 técnicos.
Aunque los expertos insistan en la importancia de estas habilidades en el día a día de las personas, no hay que dejar de lado su vertiente económica. Todos los estudios que se conocen muestran la más que evidente necesidad de profesionales con competencias TIC. Un sector con gran desarrollo y que trae riquezas.
Un informe de ICDL Europe apunta que sólo el 58% de los millenials domina habilidades tecnológicas básicas que les ayudan en su trabajo, pese a que la mayoría tienen empleos digitales.
Manuel Agudo, CEO de Open Webinars, es el encargado de una empresa que da formación mediante webinars y de forma extracurricular en este tipo de perfiles. Por ello, argumenta que "no tiene sentido" la decisión del Gobierno viendo la tendencia del mercado actual. "El mercado transmite la necesidad de que todos los profesionales mejoren sus habilidades tecnológicas".
Su plataforma es líder en desarrollo tecnológico y tiene contacto con muchas empresas que les piden formación para sus empleados en las habilidades que, ahora, parece que van a desaparecer en Bachillerato.
A su juicio, el principal error es dejar la decisión en manos de los gobiernos regionales porque eso puede crear "alumnos de primera y de segunda" y que, por el mero hecho de nacer en una Comunidad Autónoma u otra, algunos puedan tener más salidas laborales. "Si en un territorio establecen más horas de tecnología respecto a otro, ese alumno va a tener más posibilidades", recrimina.