Al Rey Emérito Juan Carlos I se le está haciendo eterno su exilio dorado en la isla de Nurai, en el emirato árabe de Abu Dabi, y ya cuenta las horas para regresar a España.
Tras la decisión del fiscal suizo Ives Bertossa de archivar la investigación abierta en agosto de 2018 sobre la "donación" de 100 millones de dólares procedentes de Arabia Saudí, que Juan Carlos I ocultó a través de una fundación en Suiza, el Emérito ha hecho saber a sus allegados que pretende volver a España cuanto antes: su deseo sería poder celebrar las próximas Navidades en Madrid, junto a su familia y allegados.
Pero en el Palacio de La Zarzuela son conscientes de que los escándalos protagonizados por el Emérito no pueden seguir salpicando la imagen del Rey Felipe VI. Más aún en un momento político tan delicado, en que varios ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, los de Podemos, mantienen una campaña permanente contra la Monarquía.
Se quiere evitar que el regreso del Emérito eclipse y reste protagonismo al mensaje de Nochebuena de Felipe VI, cuyo principal reto ha sido reafirmar ante los españoles su legitimidad democrática -en momentos decisivos como el 3 de octubre de 2017- y marcar las distancias con los escándalos protagonizados por su padre.
No viene por Navidad
Por este motivo, se le ha transmitido a Juan Carlos I la conveniencia de que aplace su vuelta a España al menos hasta después de las Navidades. Si fuera por el Emérito, él vendría mañana mismo, según señalan personas cercanas a él. Estas mismas fuentes aseguran que Juan Carlos habría aceptado retrasar su regreso, pero a cambio de poder estar en España para su 84º cumpleaños, el próximo 5 de enero.
La idea del padre de Felipe VI es poder reunirse ese día con los miembros de su familia con los que mantiene una relación más próxima, en especial las infantas Elena y Cristina, que durante los últimos meses le han visitado en varias ocasiones en Abu Dabi. Incluso con la Reina Sofía, con la que mantiene una relación cordial pese a que se distanciaron cuando trascendió su largo romance con Corinna Larsen.
La fecha, en cualquier caso, sigue siendo conflictiva porque el 5 de enero es la víspera de la Pascua Militar. El día 6 se celebra la tradicional ceremonia en el Salón del Trono del Palacio Real. La jornada, que preside cada año el Rey, conmemora la reincorporación de la isla de Menorca a la Corona española en 1782 tras casi un siglo de dominación británica.
Muy frágil de salud
Queda por determinar, además, dónde residirá el Emérito tras su regreso. Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL indican que la Casa del Rey no es partidaria de que se instale de nuevo en La Zarzuela. Podría hacerlo en otro inmueble del Patrimonio Nacional o bien ser acogido en una finca de alguno de los empresarios con los que, durante años, ha mantenido excelentes relaciones.
El delicado estado de salud del Emérito -en la última imagen de su estancia en Abu Dabi, difundida el pasado mes de enero, aparecía caminando con gran dificultad, tomado del brazo de sus dos escoltas- hizo temer incluso que Don Juan Carlos muriera antes de poder regresar a España.
En la reciente presentación del libro Al servicio de su majestad, del periodista Fernando Rueda, el exministro José Bono recordó que "de los últimos 18 reyes que ha tenido España, salvo el actual [Felipe VI], todos han conocido el exilio". Sus palabras sonaron más bien como una advertencia y un funesto augurio sobre los últimos años de vida de Juan Carlos I.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha dejado en manos de La Zarzuela la decisión sobre el posible regreso del Emérito y ha anunciado que "respetará" escrupulosamente el acuerdo que más beneficie a los intereses de Felipe VI.
Donaciones millonarias
Aunque parte del Gobierno sigue trabajando decididamente para socavar la Monarquía. Podemos aprovechó el confinamiento por la pandemia para convocar una cacerolada diaria (que apenas duró dos días) contra la Corona utilizando como pretexto los escándalos financieros del Emérito.
Y en su nueva etapa extraparlamentaria, Pablo Iglesias (secundado por miembros del partido como Pablo Echenique y Rafa Mayoral) sigue reclamando una reforma constitucional para transformar España en una República.
Pero la realidad es que durante las últimas semanas se han ido desbrozando todos los obstáculos para el regreso de Juan Carlos I a España. El fiscal suizo Ives Bertossa ha confirmado esta misma semana su decisión de archivar la investigación sobre los 100 millones de dólares que recibió en 2008 del rey saudí Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd y que ocultó mediante testaferros (Arturo Fasana y Dante Canonica) en la Fundación Lucum en Suiza.
La cuenta del Banco Mirabaud en la que estaban depositados estos fondos fue clausurada en 2012, cuando los 65 millones de euros restantes del saldo fueron transferidos al Gonet Bank, en las islas Bahamas, como una "donación irrevocable" de Don Juan Carlos a Corinna Larsen.
Ives Bertossa cierra su investigación al no haber podido determinar que los 100 millones de dólares que recibió el Emérito fueran una comisión por su mediación para que un consorcio hispano-saudí se adjudicara el contrato del siglo para la construcción del AVE de La Meca a Medina.
El fiscal suizo allana así el camino para que la Fiscalía del Tribunal Supremo archive la investigación abierta a Juan Carlos I, después de que el Emérito pagara dos regularizaciones a Hacienda: una de 698.393 euros en diciembre de 2020 (por la "donación" que recibió del empresario británico-mexicano Allen Sanginés-Krause) y otra de 4,3 millones en febrero de 2021, por los fondos que ocultaba en la Fundación Zagatka, administrada por su primo Álvaro de Orleans en el Principado de Liechtenstein.
Precisamente este miércoles ha fallecido el teniente fiscal del Tribunal Supremo Juan Ignacio Campos -hombre de la máxima confianza de la fiscal general Dolores Delgado- que dirigía la investigación en España sobre el patrimonio oculto del Emérito.
Queda todavía un último fleco legal por resolver: la denuncia que Corinna Larsen presentó en Reino Unido contra Don Juan Carlos por presunto espionaje y acoso. El Alto Tribunal de Justicia de Londres debe pronunciarse en los próximos días sobre los argumentos de la defensa del Emérito, que ha alegado que sus actos estuvieron cubiertos por su "inmunidad" como Monarca.