El Canal gastó 1,4 millones en reformar un chalé que usaban cargos del PP para asuntos personales
Una filial llamada Hispanagua cobró 400.000 euros por mejorar la piscina, la jardinería, el suelo y construir una pérgola y una barbacoa.
8 mayo, 2018 02:34El Canal de Isabel II gastó en 2008 1,4 millones en reformar a todo lujo una casa de campo que la empresa pública tenía junto al embalse madrileño de Valmayor. Un chalé que no tenía una utilidad clara según el organigrama de la empresa y que fue disfrutado después y en varias ocasiones por miembros del PP de Madrid para actividades personales.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la reforma de la vivienda se formalizó en la época en la que Alberto Ruiz Gallardón se encontraba al frente de la Comunidad de Madrid y se acometió en al menos dos contratos. El primero sirvió para mejorar las infraestructuras interiores de la vivienda. El segundo, de 400.000 euros, fue concedido a una filial del Canal llamada Hispanagua. Sus operarios se encargaron del vallado de la zona, que blinda el perímetro frente a ojos indiscretos, de la pavimentación y jardinería, la elaboración de una pérgola, la construcción de una barbacoa de piedra y la reparación de la piscina.
La obra completa se terminó poco después y no ha tenido una función oficial desde entonces, además de albergar actos puntuales. Sin embargo y según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, tras la reforma el chalé, sirvió en varias ocasiones para que destacados miembros del PP de Madrid hicieran un uso particular de ella, bien de forma esporádica o en cortos períodos vacacionales. "Por no tener, nosotros no teníamos ni las llaves. Ni supimos nunca muy bien para qué se había reformado", explica uno de los directivos de mayor rango del ente que prefiere guardar el anonimato.
Clases de vela para el hijo de Rajoy
El chalé en cuestión se encuentra junto al embarcadero del embalse de Valmayor, en la localidad madrileña de Colmenarejo. Allí, el Canal de Isabel II montó también tiempo después una escuela de vela con instalaciones para guardar los barcos. Ahora, el abandono de la zona en la que tomaba clases como tantos otros escolares el hijo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contrasta con el cuidado de la finca aledaña. A unos metros descansan embarcaciones ruinosas y afectadas por el paso del tiempo donde antes podían aprender los niños. A escasos metros, el chalé de lujo se conserva en un estado impecable.
El Canal de Isabel II cuenta entre su patrimonio inmobiliario con cerca de 140 "casetas", instalaciones repartidas por la Comunidad de Madrid que servían para dar vivienda o dependencias de trabajo a sus empleados en los distintos embalses. Cada año, las que están en un estado de conservación óptimo pueden ser disfrutadas por los empleados en pequeños períodos que suelen ser otorgados por sorteo.
Sin embargo, la casa de Valmayor nunca ha estado entre las que pueden disfrutar los miembros de la plantilla. "De hecho nadie tiene permiso para acceder a ella ahora mismo. Ni siquiera los empleados que trabajan a pocos metros del perímetro", confirma a EL ESPAÑOL una fuente de la propia empresa. "En esa casa solo puede entrar el jardinero y el personal de la limpieza. Nadie más".
De hecho, el jardinero encargado del chalé es una entre las 16 personas (solo 16 de toda la plantilla) que todavía están en nómina de la institución Canal de Isabel II, y no de la mercantil que gestiona sus negocios, en forma de empresa pública.
Reuniones en "el hotel"
Fuentes del PP de Madrid confirman que era de dominio público entre los altos cargos el uso que algunos miembros del partido en Madrid hacían de esta vivienda, pero lo separan del uso que hacía la formación de otro inmueble emblemático propiedad del Canal.
Conocido entre los consejeros y cargos de confianza de Esperanza Aguirre e Ignacio González como "el hotel", el Canal de Isabel II tiene también una especie de centro de convenciones en el embalse de Santillana.
El edificio fue reformado también a todo lujo durante la legislatura de Ruiz Gallardón, y era utilizado en numerosas ocasiones por los equipos de trabajo de la Comunidad de Madrid para realizar convivencias o encuentros de trabajo que se alargaban varios días.
"Las reuniones se podían hacer igual que en la sede de Madrid, pero si estabas 12 o 14 horas trabajando, por lo menos te levantabas al día siguiente junto al embalse y no se te hacía tan duro tener que seguir otra jornada así", explica uno de los asistentes a estas reuniones. En estos casos, eran las propias consejerías las que pagaban de su presupuesto los gastos de manutención y estancia en el inmueble, que eran abonados después al Canal de Isabel II. Al igual que hacía cualquier otra empresa, particular o institución que quiera alquilar el espacio.