Durante todo un año, la conexión mensual entre Madrid y La Habana llevada a cabo por Air Europa contará con un pasajero muy especial: los depósitos del avión estarán llenos de combustible sostenible de aviación, más conocido como SAF, que proveerá Cepsa. Esta será la primera vez que dos empresas españolas se alían para establecer un suministro regular de este ecocombustible para una ruta aérea específica.
Serán un total de 14,4 toneladas de SAF las que harán volar durante ese año los aviones dirección a Cuba. Esta alianza, dicen ambas compañías, evitará la emisión de cerca de 50 toneladas de CO₂. Es decir, lo mismo que si plantasen 575 árboles. Y eso tan solo llevando un 2% de SAF en los depósitos de los aviones. Y es que estos viajes buscan ser una suerte de experimento para adelantarse a los objetivos marcados por la Unión Europea en su iniciativa legislativa ReFuelEU Aviation.
SAF, el futuro
La nueva regulación de la UE obligará a las aerolíneas del continente a incorporar de manera creciente cantidades de combustible sostenible en los próximos años: un 2% en 2025, un 6% en 2030 y un 70% en 2050. Algo para lo que las aerolíneas españolas están empezando a prepararse, como explicaba en el II Observatorio de los ODS de EL ESPAÑOL, ENCLAVE ODS e Invertia, celebrado este mes de septiembre en el CaixaForum de Madrid, la directora de Sostenibilidad de Iberia, Teresa Parejo.
Durante el encuentro, Parejo quiso recordar que el de descarbonizar la aviación es "un reto inmenso", puesto que "cualquier actividad económica y humana impacta de una manera o de otra en el medioambiente".
El problema está, quiso recordar, en que la producción es "mínima", pues "se produce un 0,1% en el mundo de lo que se necesitaría". Y para conseguir que este combustible llegue más lejos, el director de Aviación de Cepsa, Tobi Pardo, reconoce que la energética seguirá "invirtiendo en tecnologías innovadoras que nos permitan ofrecer soluciones más eficientes para facilitarles su transición energética y un futuro más limpio y seguro para todos".
El SAF patrio
Cepsa produce este biocombustible de segunda generación en su parque energético La Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva). Para fabricarlo, utiliza residuos orgánicos y aceites usados de cocina.
Estos biocombustibles de segunda generación, explican desde la compañía, "además de poder reducir las emisiones de los aviones hasta en un 90% en comparación con el queroseno convencional, fomentan la economía circular, ya que se producen a partir de residuos que, de otro modo, acabarían en vertederos". El SAF de Cepsa puede encontrarse ya en los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Sevilla.
El SAF toma el control
Como ya se explicó en ENCLAVE ODS, el combustible sostenible está en el horizonte de fabricantes y aerolíneas. Por ejemplo, la directora de Desarrollo de Tecnologías de Airbus España, Silvia Lazcano, señaló a este vertical la empresa que representa tiene previsto que sus aparatos puedan volar con el 100% de combustible SAF en 2030. Además, pretende ser “el primer fabricante que ponga en vuelo un avión de emisiones cero”.
Por su parte, en ATR, fabricante especialista en aviones de transporte regional, prevén contar con la certificación 100% SAF en 2025. Esto, explicaron en su momento a ENCLAVE ODS, supondrá unas emisiones de 8 gramos de combustible por asiento y kilómetro, frente a los 71 gramos actuales.
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Más allá de la implantación del SAF, los fabricantes están trabando también en la eficiencia de los aviones, un punto clave para que el futuro sea sostenible, tal y como explicó Javier Arnaldo, responsable de Sostenibilidad de Airbus en España, en el II Observatorio de los ODS. La mejora de la eficiencia haría que consuman menos combustible y las aeronaves sean más económicas de mantener.