La temperatura media global no para de aumentar, y el hecho de que las emisiones de gases de efecto invernadero marcaran récords el último año, tampoco ayuda. Estos datos añaden presión sobre los objetivos climáticos de descarbonización para 2030, motivo por el que sectores como el de la aviación buscan alternativas para poder seguir operando en un escenario en el que el clima está en el centro de la diana.
Los aviones regionales, según informa Efe, podrán empezar a utilizar combustible 100% sostenible en 2025. Algo más tardarán otro tipo de energías como el hidrógeno o aeronaves eléctricas, para lo que aún no hay una fecha definida. Pero mientras tanto, ¿qué se puede hacer?
El combustible sostenible es lo que se conoce en inglés como Sustainable Aviation Fuel (SAF). Para poder considerarse así debe reducir sus emisiones en hasta un 60%, además de que su materia prima debe ser extraída mediante técnicas que no dañen el medioambiente.
Ya hay aerolíneas que utilizan estos tipos de combustibles. Es el caso, por ejemplo, de Iberia en Europa o United en Estados Unidos. El uso de este tipo de energía, además, no requiere de ninguna modificación técnica en los aviones, por lo que incluirla en el corto plazo no debería suponer ningún problema.
El único hándicap es que las aerolíneas enfrentan en estos momentos una crisis importante. Después de la recuperación por la pandemia, la guerra de Ucrania también está afectando al sector. Sobre todo a aquellas rutas que se han visto obligadas a alargar sus trayectos para evitar la zona de conflicto. Esto significa más gasto en combustible, y el SAF ahora mismo es uno de los más caros.
No obstante, el Foro sobre aviación regional sostenible, organizado por Air Nostrum y la Asociación europea de aerolíneas regionales (ERA), ha reivindicado el esfuerzo que está haciendo el sector por la descarbonización, aún siendo de los transportes que menos emisiones provoca.
Según declaraciones recogidas por Efe de Carlos Bertomeu, presidente ejecutivo de Air Nostrum, en España la aviación nacional emite el 2% de los gases de efecto invernadero, frente al 28% de los coches, el 17% de la producción de energía eléctrica y el 9% de las residencias. En este sentido, ha pedido no cargarse ni plantear dudas sobre este sector “con medidas populistas” como la eliminación de vuelos regionales.
Para Bertomeu, la intención del Gobierno de prohibir los denominados vuelos cortos supondrá “pegarnos un tiro en el pie”. Las tecnologías rupturistas que ayuden a la descarbonización del sector empezarán, precisamente, por los aviones pequeños y las aerolíneas regionales para extenderse después al resto.
Esta misma idea han defendido otros ponentes, como Juan José Montero, director del área de transporte de la Florence School of Regulation, para quien la experiencia ya ha demostrado que las prohibiciones en este ámbito “no funcionan”, pues crean “ineficiencias y monopolios”.
Aviones de emisiones cero
Como recoge Efe, durante las jornadas, ha quedado patente que las medidas a corto plazo para reducir la huella de carbono en el sector aeronáutico pasan por el uso del SAF y se ha reivindicado una mayor accesibilidad y asequibilidad de este combustible sostenible, que en la actualidad es escaso y muy caro.
La directora de Desarrollo de Tecnologías de Airbus España, Silvia Lazcano, señala que esta empresa tiene previsto que sus aparatos puedan volar con el 100% de combustible SAF en 2030. Además, pretende ser “el primer fabricante que ponga en vuelo un avión de emisiones cero”.
Desde ATR, fabricante especialista en aviones de transporte regional, prevén contar con la certificación 100% SAF en 2025, lo que supondrá unas emisiones de 8 gramos de combustible por asiento y kilómetro, frente a los 71 gramos actuales, según Marta Sabin, directora de Estrategia de Mercado.
El responsable de Desarrollo de CEPSA, Javier Criado, destaca que una las ventajas del SAF es que, al ser un análogo químico del queroseno, no es necesario modificar ni aviones ni motores para su utilización y se ha mostrado convencido de que, conforme se extienda su uso, aumentará la oferta y se reducirá su precio.
Más allá de la implantación del SAF, los fabricantes trabajan también en mejorar la eficiencia de los aviones para que consuman menos combustible y su mantenimiento sea más económico, así como en el desarrollo del hidrógeno como fuente de energía y también en un futuro avión eléctrico.
Sin embargo, estos últimos proyectos son a largo plazo, pues, de acuerdo con el responsable de certificación de Dante Aeronautical, Luis Enrique de la Iglesia, el uso del hidrógeno no será una realidad hasta al menos 2035 y el avión puramente eléctrico no llegará hasta 2040 o 2050.
La importancia del sector
Lo que tienen claro todos los participantes en estas jornadas es la importancia del sector aeronáutico para España y el esfuerzo que ha hecho para reducir su huella de carbono, a pesar de no ser el transporte más contaminante, aunque sea el que tiene la peor fama.
En este sentido, han reclamado incentivos, pues creen que las inversiones para promover la descarbonización no deben limitarse a los fondos de recuperación y resiliencia, sino que deberían ser “una cuestión estructural de país” y estar incluidas en los Presupuestos Generales del Estado.
Bertomeu ha manifestado, según Efe, que la pretensión de esta jornada es que sirva “de fondo de armario” para poder hacer frente “desde el conocimiento de los datos, los esfuerzos y las perspectivas” del sector a “noticias populistas que son muy peligrosas”, como la prohibición de los vuelos cortos.