La vuelta al cole se ha adelantado en Madrid. En la mañana del martes 5 de septiembre, un aula del CEIP Santa María, en el centro de la capital, ha abierto sus puertas para acoger la presentación del informe La situación educativa del alumnado gitano en España, elaborado por la Fundación Secretariado Gitano.
De esta manera, la oenegé que trabaja por la promoción y la igualdad de oportunidades de la población gitana en nuestro país, ha querido visibilizar a los alumnos que, este septiembre, no volverán a clase. Y es que 6 de cada 10 estudiantes gitanos no se sacan el título de la ESO. Algo que, para Sara Giménez, presidenta de la entidad, tan solo visibiliza que "hay niños y niñas a los que el sistema educativo deja en la cuneta".
En la última década, asegura el informe, no ha habido avances significativos en la mejora de la situación educativa del alumnado gitano. Además, el 40% de los jóvenes deja los estudios al cumplir 16 años.
Según la Fundación Secretariado Gitano, el abandono temprano de los estudios viene precipitado por la mayor repetición de cursos y el progresivo desfase educativo. El fracaso escolar entre los jóvenes de entre 16 y 24 años es muy superior entre la población gitana que la general: se situaría en el 62,8% y el 4% respectivamente.
Qué hay detrás de las cifras
Desde la Fundación Secretariado Gitano apuntan al contexto social en el que viven los hogares gitanos como una de las principales causas por las que se produce la desigualdad entre el alumnado. Y resaltan especialmente las tasas de pobreza, que se sitúa en el 87,4% entre la población gitana y en el 86,8% entre la población infantil. Porque, como explica la presidenta de la entidad, "la pobreza se hereda" y desde las instituciones, insiste, se ha de "dar un giro copernicano para evitar tener una nueva generación de gitanos pobres".
Los hogares, como explica el informe, disponen de menos recursos educativos: 1 de cada 3 no cuenta con libros, el 20% no dispone de conexión a internet y menos de la mitad cuenta con dispositivos electrónicos.
Por tanto, "se produce un círculo vicioso en el que la transmisión intergeneracional de la pobreza conlleva la transmisión intergeneracional de la desventaja educativa", afirma la entidad
Pero desde la Fundación también apuntan a "la falta de respuesta del sistema educativo para ofrecer una enseñanza inclusiva y a la alta concentración y segregación del alumnado gitano en determinados centros escolares" como responsables directos de las tasas de fracaso escolar.
Más allá de las cifras
Samuel es una de esas excepciones que confirman la regla: a sus 18 años, en pocas semanas empezará a estudiar un grado superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva. Su objetivo final es matricularse, cuando acabe su FP, en un grado universitario y acabar siendo maestro: "Por motivos familiares y personales, no pude sacar la nota de corte necesaria, pero tengo muy claro que quiero estudiar una carrera".
En breves, él pasará a formar parte de ese 0,4% de la población gitana que ha completado algún nivel de educación superior. De ese selecto grupo ya forma parte Sara, una joven de 21 años que acaba de graduarse en Magisterio, y que lleva formando parte de los programas de estudio de la Fundación desde los 11 años. Sin ellos, dice, nunca hubiese podido "cumplir su sueño de ser profe".
Ni Sara ni Samuel podrían haberlo conseguido, aseguran ambos, tampoco sin el apoyo incondicional de sus familias. Además, Sara recuerda que es muy complicado aspirar a estudiar una carrera "cuando en tu entorno prácticamente no hay referentes". Eso, dicen ambos, es una de las principales barreras a la hora de "seguir motivados" para no dejar los estudios.