El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) confirmó esta mañana que el pasado mes de julio fue el mes más caluroso jamás registrado. Según la agencia de la Unión Europea, la temperatura media global fue de 16,95 grados centígrados, un 0,72 ºC más cálido que el promedio de julio del periodo 1991-2000 y 0,3 ºC superior a los datos registrados en julio de 2019, el anterior mes más cálido de la historia.
Temperatura del aire en la superficie promediada globalmente para todos los meses de julio desde 1940 hasta 2023. Los tonos de azul indican años más fríos que el promedio, mientras que los tonos de rojo muestran años que fueron más cálidos que el promedio.
Las temperaturas promedio globales de la superficie del mar también se dispararon durante el pasado mes de julio. Durante todo el mes, la temperatura media mundial estuvo 0,51 ºC por encima del promedio registrado entre 1991 y 2020. La subida de temperatura se cebó principalmente con el Atlántico Norte, que estuvo 1,05 ºC por encima del promedio registrado en julio.
Asimismo, se desarrollaron olas de calor marinas al sur de Groenlandia y en el mar de Labrador, en la cuenca del Caribe y en todo el mar Mediterráneo. La extensión del hielo marino antártico siguió batiendo récords para la época del año, con un valor mensual un 15% por debajo del promedio, siendo —por mucho— la extensión más baja de julio desde que comenzaron las observaciones por satélite, confirmó esta mañana la agencia europea.
Temperatura global diaria de la superficie del mar (°C) promediada en el dominio 60°S–60°N trazada como una serie de tiempo para cada año desde el 1 de enero de 1979 hasta el 31 de julio de 2023.
“Acabamos de presenciar que las temperaturas globales del aire y las temperaturas globales de la superficie del océano establecieron nuevos récords históricos en julio”, aseguró Samantha Burgess, directora adjunta del C3S. Y añadió: “Estos registros tienen consecuencias nefastas tanto para las personas como para el planeta, que están más expuestos a eventos extremos cada vez más frecuentes e intensos”.
Según un estudio publicado en The Lancet, más de 5 millones de personas mueren cada año en todo el mundo debido a condiciones de calor o frío excesivos (el 9,4% del total de fallecimientos). En Europa, las inusualmente altas temperaturas del pasado verano dejaron más 60.000 fallecimientos a causa del calor en el Viejo Continente entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022. Nuestro país, junto a Grecia, Italia y Portugal, tuvo la tasa de mortalidad más alta.
El tercer año más cálido
En lo que llevamos de año, de enero a julio, la media mundial para 2023 es la tercera más alta registrada, un 0,43 °C por encima del periodo 1991-2020. “Incluso si esto es solo temporal, muestra la urgencia de realizar esfuerzos ambiciosos para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que son el principal impulsor detrás de estos récords”, afirmó Burgess.
A finales de julio, un grupo de investigadores liderados por Friederike Otto, profesora titular de climatología del Imperial College de Londres y cofundadora de World Weather Attribution (WTT), reveló que las temperaturas inusualmente altas registradas en Europa, Norteamérica y China no serían posibles sin tener el cambio climático de por medio.
Y es que tal y como señaló en un comunicado de prensa el pasado 27 de julio Carlo Buontempo, director del programa europeo Copernicus, los datos del pasado mes no eran datos aislados. “Las emisiones antropogénicas son, en última instancia, el principal motor de este aumento de las temperaturas”, señaló.
Hombres iraquíes parados frente a un ventilador en una calle para refrescarse en medio de una ola de calor en curso, en Bagdad.
Además del cambio climático, este año se suma el efecto creciente del fenómeno meteorológico El Niño, que se asocia generalmente con la sequía y con temperaturas más altas. Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la llegada de este fenómeno, que se declaró oficialmente el pasado 4 de julio, supone un “doble golpe” para el planeta.
Cómo se calcula la temperatura global
Para calcular la temperatura media global, los investigadores se sirven de los datos recogidos por las millones de estaciones meteorológicas del mundo. Así como de boyas o barcos científicos —que miden la temperatura de la superficie del mar— y, desde los años 80, indicó Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), a EL ESPAÑOL, “nos apoyamos mucho en los satélites meteorológicos”.
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El procedimiento se basa en la construcción de una rejilla global de observaciones. El mapamundi se divide en puntos (dentro de la rejilla) de aproximadamente 500 x 500 kilómetros de anchura. En primer lugar, se calcula un promedio de todas las observaciones de las estaciones meteorológicas que se encuentran en cada una de las rejillas y, finalmente, un promedio conjunto de todas.