La primera fábrica de Tesla en Europa enfurece a los grupos ecologistas locales
Según señaló la organización ambientalista Nabu, el megaproyecto de Elon Musk se construye cerca de una reserva protegida de agua potable. También habría talado cientos de árboles para "limpiar" el terreno.
24 marzo, 2022 13:34La primera fábrica europea de Tesla se ha inaugurado con casi dos años de retraso y rodeada de polémica. Tras conocer que Elon Musk había escogido la localidad de Grünheide, a cinco kilómetros de Alemania, para construir su megaproyecto de fabricación de coches eléctricos de Europa, los grupos ecologistas locales pusieron el grito en el cielo y acudieron a los tribunales.
Según denunció la asociación ambiental Nabu en 2021, la fábrica se habría construido cerca de una reserva protegida de agua potable, y eso podría generar, además de escasez hídrica, problemas de vertido de residuos químicos, así como la pérdida de biodiversidad en un valioso humedal cercano, Löcknitztal, al que posiblemente genere daños irreversibles a largo plazo.
"Este pantano, muy rico en especies, depende en gran medida de las aguas subterráneas y es muy sensible a las perturbaciones y al aporte de sustancias", señala la ONG ecologista. "Se clavaron en el suelo más de 1200 pilotes especiales de hormigón. El inmenso grado de sellado y las posibles entradas de sustancias pueden tener un impacto masivo en las aguas subterráneas", denuncian.
Además de los posibles efectos que pueda generar en los recursos hídricos de la zona, la fabricación de la megafábrica de Tesla también habría acabado con el equivalente a 150 campos de fútbol de terreno arbolado, unas 75 hectáreas de árboles, con su correspondiente impacto para la biodiversidad local.
A pesar del rechazo de los movimientos ecologistas, las autoridades políticas más escoradas hacia la izquierda han dado el visto bueno a la construcción de la fábrica. Incluso el ministro de Medio Ambiente de Brandeburgo, Axel Vogel, del grupo parlamentario de los Verdes, juzgó acertada la iniciativa de Tesla y dijo que podría llegar a tener un gran impacto positivo en la economía alemana.
"Estamos convencidos de que es correcto darle un tratado preferencial a Tesla [...] Veremos cómo la transición hacia la electromovilidad se va a producir mucho más rápido de lo que pensábamos hace unos años".
Elon Musk arranca su fábrica
Los reclamos judiciales de los ecologistas consiguieron frenar el proyecto y retrasarlo durante casi dos años. De hecho, Tesla tuvo que presentar hasta en tres ocasiones los planes de obra y pagar varias multas por instalar estructuras sin los permisos correspondientes. Además, según recuerda EFE, en el tramo final de construcción un juzgado declaró contrario a derecho el acuerdo para suministrar agua a la fábrica por un fallo de forma y el Estado de Brandeburgo tuvo que intervenir para posibilitar la extracción.
La planta de Tesla está pensada para facilitar la fabricación de 500.000 coches eléctricos y generar 12.000 puestos de trabajo.
Sin embargo, tras el visto bueno de la Oficina de Medioambiente regional, Tesla consiguió, con seis meses de retraso extra, su licencia de producción de vehículos.
Tras dos años de baches, informes y extenuante burocracia, Tesla consigue abrir sus puertas. Al acto de inauguración de la fábrica, en el que Elon Musk entregó personalmente los 30 primeros vehículos modelo Y fabricados en la planta (un vehículo que cuesta 63.990 euros y tiene una autonomía de 514 km), acudió también el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y su ministro de Economía, Robert Habeck. Ambos reafirmaron su apuesta por la electromovilidad como tecnología del futuro.
La planta de Tesla está pensada para facilitar la fabricación de 500.000 coches eléctricos, más del doble de todos los que se produjeron en la industria alemana durante el fatídico 2020. También está previsto que genere un número equivalente de baterías eléctricas y cree 12.000 puestos de trabajo.
Durante la presentación se concentró a las puertas del complejo un grupo de manifestantes que criticó el enorme consumo de agua que requerirá la fábrica en una región que ya padece una seria escasez hídrica. A lo largo de la manifestación, que incluyó varias sentadas, y en la que algunos asistentes se pegaron las manos al asfalto para dificultar la labor policial, se vieron pancartas en las que se leía "el agua es para la gente, no para las corporaciones".