Habla el agredido por el portavoz de Vox en Ocaña: “Tengo miedo de lo que le puedan hacer a mi hija"
- Vox se inclina por pedir a Miguel Ángel Gómez su acta de concejal tras la denuncia de su exconsuegro. El presidente provincial le ha citado mañana.
- Más información: Vox estudia la denuncia por agresión a su portavoz en Ocaña para "tomar medidas".
“Tengo miedo de lo que le puedan hacer a mi hija”. Un temor que ronda a todas horas a José Luis Saiz pese a que ya han pasado nueve días después de la presunta agresión que sufrió a manos tanto del padre como del abuelo paterno de su nieta, Miguel Ángel Gómez, actual portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Ocaña.
Saiz, que se recupera en su casa de las lesiones que sufrió por el fuerte puñetazo en la boca que le propinó el concejal de Vox, no se explica cómo el partido no le ha expulsado de forma automática.
Sin embargo, El Español-El Digital de Castilla-La Mancha ha podido saber que el presidente provincial de Vox, Daniel Arias, ha citado mañana a Miguel Ángel Gómez para conocer sus explicaciones. No obstante, las fuentes consultadas señalan que, a la vista de las imágenes grabadas en vídeo, en el encuentro se le pedirá casi con seguridad que entregue voluntariamente el acta de concejal y, si no lo hace, deberá pasar al grupo mixto dentro del Ayuntamiento de Ocaña. “Será cuando se produzca la sentencia cuando el Comité de Garantías determinará si se le expulsa definitivamente del partido”, señalan las mismas fuentes.
A la espera del juicio rápido
Un juicio rápido que todavía no se ha producido. “Nos han dicho que el juzgado de Ocaña al que le corresponde el caso tiene mucho trabajo por lo que el juicio podría tardar hasta tres meses en celebrarse”, explica José Luis Saiz, que señala que esta situación causa “tensión y estrés” en su hija que, en la actualidad, se encuentra embarazada de siete meses.
"Mi hija está siendo acosada por el padre de la niña. La insulta y eso hace que tenga miedo. Incluso la han tenido que administrar orfidal para que se tranquilice", lamenta José Luis Saiz. Una situación que se agrava por la vulnerabilidad de su hija, que está próxima a dar a luz. "Esta situación es una constante fuente de estrés para toda la familia", afirma el agredido que cree que cualquier padre puede ponerse en la situación por la que están atravesando, que califica de “insostenible”.
José Luis, que “espera que se haga justicia”, no se explica la conducta del padre de su nieta, una menor que estaba delante cuando se produjo la agresión. “No sabemos qué quiere. Tiene una obsesión y odio por nosotros que no entendemos, máxime cuando durante un año, mientras mi hija y él han convivido, le hemos tenido en casa como a un hijo; le hemos dado de comer, le hemos vestido y le hemos dado cariño.”
Mandíbula desencajada
Pero si sorpresa le causa a José Luis el comportamiento del padre de su nieta, más aún le asombra el del abuelo paterno de la menor. “A un joven de 25 años le puede hervir la sangre y cometer un error, pero para eso está padre que tiene 63 para reprimir esos comportamientos. Yo acudí a Miguel Ángel porque pensé que hablaría conmigo como una persona adulta, pero me contestó que no tenía nada que hablar conmigo y tras la patada que me dio su hijo me propinó un puñetazo en la cara que me ha tenido una semana comiendo alimentos líquidos y fríos porque, además de partirme el labio, me desencajó la mandíbula y no podía cerrarla y masticar”, relata José Luis que aportó en su denuncia el parte de lesiones tras acudir al centro de salud de Ocaña y posteriormente a urgencias de un centro hospitalario donde le practicaron las curas.
La agresión, tal y como ha quedado grabada en un vídeo, se produjo el pasado jueves 14 de noviembre pasadas las ocho de la tarde. Los hechos ocurrieron cuando el padre de la menor acudió a casa de la hija de José Luis a entregarla a la niña en cumplimiento del régimen de visitas que ambos acordaron. Al bajar la pareja actual de su hija en vez de la madre de la menor que se encontraba con fiebre tras haberse puesto una vacuna, el padre se negó a entregársela.
“Cuando llegué para acompañar a mi hija a la Guardia Civil para denunciar el incumplimiento del régimen de visitas se encontraban en la calle el padre y el abuelo paterno, que seguían negándose a entregarnos a mi nieta. Yo les recordé lo que ponía el auto del juez y comenzó así una discusión. Cuando ya parecía que se iban, a traición y con una cobardía absoluta, el padre de mi nieta me pegó una patada e inmediatamente, tras perder el equilibrio, Miguel Ángel, su padre, me lanzó el puñetazo en la cara”, explica José Luis que espera que acabe esta cadena de sinrazones.