Una conclusión ha quedado muy clara en el Foro del Corredor Atlántico celebrado este lunes en Madrid: el clamor es general, urgente y absoluto para que el AVE Madrid-Lisboa se ponga en funcionamiento en 2030, coincidiendo con el Mundial de Fútbol que se celebrará en ambas capitales de España y Portugal. La mala noticia es que, al menos en el trazado portugués, esta previsión es (casi) imposible. O al menos lo parece: si bien el Ministerio de Óscar Puente considera viable (un poco a regañadientes y metiendo prisas) la fecha de 2030 para el tramo español, es decir el que conectará Madrid con Toledo, Talavera y Extremadura, las dificultades empiezan en la frontera portuguesa, donde la situación no está tan clara y todo son incertidumbres.
Estas pueden ser las claves de un proyecto absolutamente imprescindible, que especialmente talaveranos y extremeños llevan décadas esperando, y sobre el que por ahora hay más preguntas que respuestas:
1. La incógnita portuguesa. Portugal no termina de ver la prioridad del AVE Madrid-Lisboa y su apuesta en estos momentos se enfoca más a conectar Lisboa con Oporto, Vigo y Salamanca, buscando así una salida de alta velocidad hacia París. La opción de Madrid les queda más lejos ahora mismo a los portugueses, y eso provoca una clara disfunción en la posibilidad de que España y Portugal vayan de la mano y alineados (en tiempo, forma y plazos) en un AVE Madrid-Lisboa en 2030. A fecha de mayo de 2024, la opción del Gobierno español es impulsar el AVE Madrid-Extremadura, con paso y parada en Toledo y Talavera, y agilizar el proyecto sin esperar más la decisión final sobre el trazado portugués. Es decir, poner el AVE en la frontera y ya se verá después qué pasa. La demora de Portugal y las dificultades técnicas de cruzar el Tajo en Lisboa han disparado hasta 2035 las previsiones del Ministerio de Transportes español para que la alta velocidad conecte Madrid con Lisboa. Lo importante ahora será no resignarse.
2. Todos a una en España. Más allá de las dudas portuguesas, el clamor es general en España para darle la máxima urgencia posible a esta línea de alta velocidad. Empresarios, dirigentes políticos, alcaldes afectados y los Gobiernos de Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura han expresado con toda rotundidad en el Foro del Corredor Atlántico la imperiosa necesidad de que, al menos en el trazado español, el proyecto tome velocidad de crucero y sea una realidad como máximo en 2030. Todos ven “insólito e inconcebible” que Madrid y Lisboa, las dos capitales ibéricas, no tengan todavía un AVE que les acerque, pero ahora la exigencia general en España se centra en los tramos Madrid-Extremadura y en la “urgencia total” de empezar las obras cuanto antes. “Si hay voluntad política y dinero, llegamos a 2030”, aseguran fuentes conocedoras del momento actual de los trámites.
3. Las obras en 2027. Actualmente, la previsión del Gobierno de Pedro Sánchez es que la licitación de las obras de los tramos pendientes se lleve a cabo a lo largo del año 2027, con el objetivo de comenzar los trabajos a lo largo de ese año y, si es posible, inaugurar el nuevo AVE Madrid-Extremadura en 2030, tal como anunció en este mismo foro el comisionado del Corredor Atlántico, José Antonio Sebastián. Puesto que ya están construidos y en funcionamiento el tramo Madrid-Toledo y una parte del trazado extremeño entre Plasencia y Badajoz, los tramos más importantes pendientes de ejecución son los que conectarán Toledo con Talavera, Oropesa y Navalmoral de la Mata. Mientras llega el AVE, es muy importante electrificar la línea convencional del llamado “tren de la vergüenza” y elevar el nivel de calidad de un servicio que actualmente deja mucho que desear.
4. ¿Qué le queda por hacer al Ministerio de Transportes? El ministro Óscar Puente tiene mucha tarea por delante para cumplir el objetivo 2030 en el AVE Madrid-Extremadura. Todo está en sus manos ya y depende de su celeridad y capacidad de gestión que la alta velocidad que unirá Madrid con la provincia de Toledo y Extremadura cumpla el objetivo de que en seis años como máximo pueda inaugurarse. Los pasos que todavía quedan por dar, y que en el Foro Atlántico de este lunes se exigieron al Ministerio con la máxima prioridad, son fundamentalmente cuatro: terminar los estudios informativos y de impacto ambiental, tomar la decisión final sobre las estaciones de Toledo y Talavera (incluido el soterramiento de las vías en el caso talaverano), licitar las obras y ejecutar la construcción. Parece claro que el Gobierno central quiere evitarse el coste del soterramiento en Talavera y baraja cambiar de sitio la estación con un desplazamiento fuera de la ciudad, pero esta hipótesis aún no está confirmada. “El Ministerio está buscando una solución”, aseguran las citadas fuentes. El soterramiento es una “reivindicación irrenunciable” tanto para el ayuntamiento de Talavera como para numerosos colectivos de la ciudad que así lo vienen planteando. El trazado por la ciudad de Toledo se conocerá antes de junio y el de Talavera en este año.
5. Presión de la Unión Europea a Portugal. Tal como está la situación, sería muy importante que los Gobiernos de España y Portugal intensificaran sus negociaciones y llegaran a un acuerdo para darle toda la prioridad a la conexión de Madrid y Lisboa por AVE. En este sentido, se considera fundamental el papel que la Unión Europea pueda desempeñar en este proyecto, ya que la alta velocidad entre España y Portugal es un asunto del máximo interés y las instituciones comunitarias pueden ser decisivas en el cumplimiento o no de los plazos y que las dudas portuguesas se despejen por completo. Retrasar el AVE Madrid-Lisboa a 2035, como se teme el comisionado español, se ve como un lejano disparate que debe reconducirse con ayuda de la Unión Europea.
6. Seguir de cerca al ministro Puente. La pelota del AVE Madrid-Extremadura está, por tanto, en el tejado de Óscar Puente. El Ministerio de Transportes debe demostrar su interés real en el proyecto, solapar los plazos todo lo que sea posible y llegar a 2030 con las obras terminadas. El Gobierno central va a tener mucha vigilancia que seguirá sus pasos muy de cerca, desde los Gobiernos de Emiliano García-Page, Isabel Díaz Ayuso y María Guardiola, hasta los alcaldes de Toledo y Talavera, Carlos Velázquez y José Julián Gregorio, y los senadores de Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura, especialmente del Partido Popular, que insistentemente vienen reivindicando la urgencia de este AVE.