El Chromecast de Google ha marcado un antes y un después en cómo entendemos los televisores inteligentes. Desde su llegada en 2013, la compañía con sede en Mountain View cambió para siempre la forma en la que los usuarios podían sacar partido a su televisor, disponer no sólo del contenido que quisieran, sino también de aplicaciones y juegos hasta ahora impensables en el salón. Un concepto que enamoró a los usuarios de todo el mundo y de España en particular.
Ahora, Google pone mañana a la venta el Google TV Streamer, lo que supone la evolución de su icónico Chromecast para ser capaz de llevar el televisor mucho más que series y películas. La ambición es clara: que el dispositivo entienda mejor qué quiere ver el usuario, lo vea mejor que nunca y al tiempo que el televisor se convierte en el verdadero epicentro del hogar inteligente.
El nuevo dispositivo para el televisor de Google se pone a la venta por 119 € y llega tanto con el objetivo de seguir reinando como sistema operativo del televisor, así como competir directamente contra las alternativas de Amazon y Apple. En EL ESPAÑOL - EL Androide Libre lo hemos estado utilizando los últimos días para comprobar de primera mano cómo ha sido la evolución y si merece la pena.
Cambio de diseño
Uno de los conceptos más distinguibles del Chromecast es su factor de forma, algo que replicó Amazon con el Fire TV Stick. Se trataba de un dispositivo que se conectaba directamente al HDMI y el único cable que necesitaba era el de la alimentación. Ahora ya no es así. El Google TV Streamer adopta un diseño pensado para colocar en el mueble del televisor donde pueden estar la consola o la barra de sonido lo que supone una declaración de intenciones por parte de Google. Esto va más allá que generaciones pasadas.
En concreto, en la parte trasera encontramos un cable USB-C para alimentar corriente al dispositivo, un puerto ethernet para no depender de WiFi y tener la posibilidad de conectarlo a internet a través de cable, una conexión HDMI 2.1 (no incluye el cable) y un un genial botón que sirve para hacer sonar el mando y saber dónde lo hemos dejado.
Es particularmente interesante tener el TV Streamer conectado por Ethernet a internet, ya que nos permitirá sacarle verdadero partido al contenido con 4K HDR con Dolby Vision y Dolby Atmos. Eso sí, una advertencia. En mi caso particular, al conectar por primera vez el TV Streamer al televisor me desconfiguró mis ajustes de visionado cambiando contraste y brillo, lo que acabó en imágenes saturadas y tener que calibrar de nuevo.
El mando también se ha rediseñado ligeramente con respecto al Chromecast con Google TV. Ahora está pensado para tener no sólo un mayor control del contenido, sino también para manejar el hogar —así como directamente todo el televisor—. De este modo tenemos los botones de YouTube y Netflix, el de encendido/apagado, el de ir al menú principal, el de silenciar el volumen, el de subir y bajar volumen, una rueda principal para movernos por la interfaz, así como un botón configurable para tener un acceso directo a nuestra función favorita.
Lo cierto es que el diseño general del TV Streamer es elegante y discreto, pensado en que se ajuste a la decoración de casi cualquier salón sin llamar la atención pero sirviendo practicidad. El mando por su parte también ha ganado en ergonomía haciéndole más cómodo de tener en la mano, así como dispone ahora de una superficie rugosa que le hace más resbaladizo. Eso sí, sigue dependiendo de dos pilas AAA y no es posible cargar sus baterías como el Apple TV ni opta por soluciones solares como Samsung.
De series al centro del hogar
El principal cambio que se nota del Google TV Streamer con respecto a los Chromecast actuales de la compañía es su salto en rendimiento. No sólo tenemos un dispositivo para ver series y películas o enviar contenido desde nuestro smartphone, sino que la compañía ha puesto el foco en que tengamos un centro de entrenimiento de alto rendimiento. Las aplicaciones abren más rápido que nunca y se acabaron tiempos de carga que en ocasiones echaban por tierra la experiencia.
Ahora lo consigue gracias a un nuevo procesador y más memoria, a lo que le acompaña 32 GB de almacenamiento pensando en que tengamos una mayor versatilidad de aplicaciones instaladas y no a gestionar archivos dentro de él. Y es que aunque disponga de conexión USB-C, no está pensado para unirle un disco duro.
Las series y películas siguen mandando en la interfaz, entiendo que es lo que más nos interesa. Como ventaja, Google sigue apostando —al igual que hace Apple— por unificarnos en una misma interfaz todo el contenido que seguimos y nos parece interesante, sin importar la diferencia entre aplicaciones. Sin embargo, en el caso del buscador, tendremos la ventaja de que si asociamos nuestra cuenta de Google con las plataformas tendremos aún mejores recomendaciones y avisos de series y películas que nos gustan.
Podremos crear listas de seguimiento para los diferentes miembros del hogar, con perfiles diferenciados y disponer de recomendaciones fácil en base tanto a nuestra actividad como a lo que la IA de Google determine que puede cuadrar con nuestro historial. El uso y visionado de contenido es increíblemente fácil, rápido y eficaz. Da gusto usarlo y devorar series sin parar.
Sin embargo, la verdadera magia del nuevo Google TV Streamer es el control que tenemos del hogar. Es aquí donde se marca un antes y un después en el manejo de la casa inteligente. Es increíblemente sencillo manejarlo desde el televisor y especialmente útiles en situaciones como ver quién llama al timbre mientras estás usando el televisor.
Para ello, ahora tendremos la aplicación Google Home con sólo tocar un botón y asomará en el lado derecho de la pantalla con la facilidad que supone para controlar las luces, la temperatura, ver las cámaras de seguridad o ajustar las persianas. Todo sin levantarnos del sofá, a golpe de mando o mejor —con comando de voz—.
El Google TV Streamer además es compatible con Matter e incluye un router fronterizo Thread integrado, una tecnología que permite conectar de forma rápida y segura dispositivos domésticos inteligentes, como cerraduras y sensores de movimiento. Todo para que los dispositivos domésticos inteligentes funcionen como un equipo y con tiempos de respuesta más cortos.
Otro de los puntos interesantes es la posibilidad de personalizar al extremo la experiencia de este receptor de televisión con salvapantallas de las fotos que tengamos en Google Fotos, o poner accesos directos a nuestro contenido favorito. La idea aquí es que el televisor se ajuste a nosotros y no al revés.
¿Me lo compro?
El Google TV Streamer es el dispositivo de televisión más ambicioso que ha hecho Google jamás y aspira a convertirse en el centro de tu hogar. No sólo quiere ser tu opción más cómoda para ver series, películas o partidos en directo, sino que también sea donde centralices tu día a día.
El precio de 119 euros es considerablemente más caro que el Chromecast con Google TV y resolución 4K, que hasta ahora podía comprarse por 69,99 €. El nuevo formato se sitúa así en la liga del Apple TV 4K (169 €) y el Fire TV Cube de Amazon (159,99 €), opciones más ambiciosas pero que superan la barrera de los 100 euros que hará que muchos se lo piensen antes de pagar.
Lo cierto es que la subida de precio es justificable por su velocidad, prestaciones y sus nuevas capacidades, sin embargo, hay a muchos usuarios para los que el Chromecast era la forma más sencilla, barata y fácil de actualizar un televisor y tener en ella todas las aplicaciones que le gustaban. Ahora tendrán mucho, mucho más, y tendrán que valorar si les merece la pena el salto.
En defintiva, el Google TV Streamer es el dispositivo ideal para aquellos usuarios que disponen del hogar inteligente conectado con el Asistente de Google y que quieren que Gemini abrace en un futuro sus recomendaciones y su día a día. Es la demostración de cómo el televisor sirve más que para ver contenido y se puede utilizar para ser la piedra angular de nuestro hogar inteligente.