Hace ya varios años que los móviles plegables no son algo extraordinario. Siguen siendo la vanguardia de la tecnología móvil, pero no han logrado posicionarse como algo común entre los usuarios, al menos en países como España. En mercados como Corea del Sur, donde Samsung es una institución, sí que hay más penetración.
Pese a todo, la empresa sigue apostando por un segmento de mercado que ella misma popularizó con los Flip y Fold originales. Estos terminales han ido evolucionando año a año, pero cada vez vemos cómo esta categoría madura y los cambios son más sutiles, en parte porque el margen de mejora es cada vez menor. Pasa lo mismo que con los smartphones convencionales.
Uno de los movimientos de Samsung más inesperados con estos modelos ha sido no rebajar el precio. El Samsung Galaxy Z Flip 6 se vende en España desde 1.209 euros, lo que hace que sea un dispositivo enfocado claramente a la venta mediante pagos mensuales, que es como Samsung vende muchos de sus modelos de gama alta. Eso sí, al menos no hemos visto tampoco subidas en el coste.
Tras la toma de contacto que realizamos de todos los productos nuevos de Samsung hemos estado unos días usando el Samsung Galaxy Z Flip 6 junto con el Samsung Galaxy Watch 7, uno de los dos relojes que la empresa anunció en París hace unas semanas. El análisis del reloj lo dejaremos para otro artículo, en el que también hablaremos del Samsung Galaxy Watch Ultra.
En este vamos a centrarnos en comprobar si Samsung tiene un dispositivo que ya es capaz de servir como móvil exclusivo para sus usuarios, sobre todo por un aspecto clave que en anteriores generaciones ha ido mejorando pero que no llegaba a estar a la altura del resto de flagships de la empresa: la batería.
Diseño sin cambios
Cuando el año pasado pudimos probar el Samsung Galaxy Z Flip 5 nos llamó mucho la atención la nueva pantalla externa, que por fin aumentaba considerablemente de tamaño para permitir el uso de muchas aplicaciones sin tener que abrir el móvil. Esta pantalla es la misma en su sucesor, y Samsung no ha querido llevar más allá el panel como han hecho marcas como Xiaomi o Motorola.
El propio diseño del terminal es también el mismo y el único cambio visible que se aprecia es el toque de color que hay ahora en las dos cámaras exteriores, que no queda mal al ir a juego con el resto del dispositivo, pero que se antoja un cambio demasiado pequeño. Es cierto que Samsung ha apostado por otras mejora, más importantes, pero aún así el apenas poder distinguir un modelo del anterior no es bueno para las ventas.
En cuanto al uso, sigue siendo un móvil muy cómodo y ligero, con un equilibrio en el peso que lo hace muy práctico con una mano, incluso aunque se maneje abierto. El tacto es agradable y la parte trasera que no es la pantalla ahora atrae menos las huellas del uso. Eso sí, se sigue manteniendo el sensor de huellas en el lateral, como viene siendo habitual en los plegables de tipo concha.
Sí que hay cambios internos, sobre todo en la bisagra. Ahora es más fuerte y permite darle al móvil una certificación IP48, siendo el primer modelo es soportar resistencia al polvo, además de a los líquidos. Eso sí, seguimos recomendando no llevar este tipo de plegables a la playa, al menos no sin cuidado.
Más potencia y eficiencia
Samsung ha optado no sólo por darle a sus plegables los mejores procesadores del mercado, sino por mejorar sus memorias. El Snapdragon 8 Gen 3 for Galaxy es el chipset elegido, que no sólo da más potencia, sino que permite un uso más eficaz de la batería, lo que siempre se agradece.
Además, las dos versiones que hay disponibles vienen con la misma RAM, 12 GB, uno gran salto con respecto a los 8 GB de los modelos de años anteriores. La memoria interna, no expandible, es de 256 y 512 GB respectivamente, más que suficiente para el tipo de usuario que va a comprar este tipo de smartphones.
Este es el primer móvil plegable de Samsung, de tipo concha, que incluye una cámara de vapor. Este elemento permite refrigerar el interior del móvil extrayendo el aumento de temperatura para que el procesador y el resto de componentes puedan estar a un mayor nivel más tiempo. Esto se aprecia sobre todo en juegos exigentes y aunque el móvil se calienta, no llega a ser un problema ni molesta en la mano.
Más brillo en pantalla
Uno de los cambios más notables de este móvil es en la pantalla principal. Y es irónico, porque se mantiene en las 6,7 pulgadas y no cambia la resolución, de 2.640 x 1.080 px. Entonces, ¿dónde está el cambio? En el brillo. Al igual que el Fold 6, este plegable ha subido a los 2.600 nits de brillo pico, el mismo que es capaz de alcanzar el Samsung Galaxy S24 Ultra, lo que se agradece sobre todo en la época estival a la hora de usar el móvil en exteriores al sol.
La pantalla sigue viéndose muy bien, con unos negros puros proporcionados por el panel AMOLED y un tacto más que sensible, en el buen sentido. Además, la arruga central se nota menos que los modelos previos, aunque sigue presente y se nota cuando pasamos el dedo. Ya en los antecesores esto no era un problema y aquí tampoco lo es.
El exterior también aumenta el brillo hasta los 1.600 nits. Mantiene la misma tecnología que la pantalla interior, Super AMOLED, así como las 3,4 pulgadas y la resolución de 720 x 748 px. Se puede usar para escribir una respuesta rápida, pero no es lo suficientemente cómodo como para textos algo más largos, aunque no es esa su función principal, claro.
Pero la mayor novedad de esta pantalla externa ha sido el software. Ahora se podrán agrupar diversos widgets y Samsung ha aumentado las posibilidades de diseño. Eso sí, sigue sin permitir el uso de cualquier aplicación como sí dejan los modelos de Motorola. Para ello hay que instalar el módulo GoodLock y seleccionar Life up en la esquina inferior derecha. Descargamos el módulo MultiStar y en la pantalla de inicio de GoodLock iniciamos MultiStar. Hay que pulsar en la opción Widget de inicio y seleccionar las aplicaciones que queramos usar en la pantalla externa del Z Flip 6. Cerramos el móvil y, en la pantalla externa, hacemos un pinzamiento para abrir los módulos disponibles. Seleccionamos Launcher Good Lock y ya está. A partir de es momento se podrá usar cualquier app en la pantalla exterior.
Nueva cámara principal
El apartado de cámaras viene con una mejora notable y es que el sensor principal es el mismo que se ha usado en el Samsung Galaxy S24. Pasamos de los 12 a los 50 Mpx y tenemos una mayor calidad, con un mejor enfoque y una mayor calidad a la hora de grabar vídeo. El sensor gran angular también está muy optimizado, pero no ofrece la misma nitidez y resultados que el principal, aunque las fotos son bastante aceptables incluso de noche. Con todo, dada la categoría del dispositivo, debería haberse mejorado también.
Delante se mantiene la cámara para selfies de 10 Mpx que, al igual que las traseras, permite grabar vídeo a 4K y a 60 fps de manera simultánea. No todos los móviles de gama alta lo permiten, aunque la mayoría ya se ha subido a esta moda que, en este rango de precios, está más que justificada.
No obstante, teniendo el factor de forma que tiene este móvil lo normal es hacerse las fotos con las cámaras principales, porque es posible usar como visor la pantalla externa. Además, ahora el sistema de reconocimiento de gestos funciona hasta 4 metros (gracias a la nueva cámara) y permite incluso hacer fotos de grupo sin tener que estar pendiente de que alguien dispare. Y no hay que olvidar el autozoom, que mantiene encuadrado al sujeto cuando estamos grabando un vídeo con las cámaras principales y usando la pantalla externa de visor.
Y la gran crítica en este apartado está donde siempre, en la falta de teleobjetivo. Los tres S24 y el Fold de este año lo tienen, como siempre, pero parece que Samsung no opta por ponerlo aquí, quizás porque debería hacer más grueso el móvil o porque sabe que la mayoría de los compradores no va a usarlo. El Flip siempre se ha enfocado a un tipo de público que valora casi más el diseño que la tecnología, y se nota en decisiones como esta.
Mucha más autonomía
Los Galaxy Z Flip nunca han sido móviles pensados para ser lo mejor de Samsung. Para eso estaban los Galaxy S. Por eso, el no tener un teleobjetivo entre sus cámaras o el no usar la mayor resolución de pantalla posible no se consideraba un fallo, más allá de ser raro por el precio de los propios aparatos.
Donde sí había una crítica, fundada, era en la autonomía. El propio factor de forma de estos modelos hacía que sus baterías fueran mucho más pequeñas que las de móviles normales. Esto sigue siendo así en el modelo de 2024, pero con una diferencia importante: se alcanzan los 4.000 mAh. Esto hace que la experiencia de uso sea mucho mejor y que, ya sí, tengamos un día a día parecido al del resto de modelos.
En las pruebas que hemos realizado no hemos alcanzado la autonomía de los S24 Series, por ejemplo, pero sí que se ha mejorado la de anteriores Flip. Normalmente, hemos logrado estar 24 horas alejados del cargador con unas 4 horas de pantalla. Y eso que hemos estado jugando, haciendo muchas fotos, vídeos, probando el móvil... En una jornada de uso, del amanecer al atardecer y en un día normal de trabajo o de fin de semana es más que probable llegar a las 5 horas de pantalla.
Obviamente aún se puede agotar la batería en menos de un día si hacemos un uso intenso, algo que pasa incluso en modelos con más de 5.000 mAh. Lo que sí sigue siendo algo a mejorar es la carga rápida. Es de 25 W con cable y mantiene la carga inalámbrica, de 15 W. Parece que Samsung aún valora más el cuidar la batería que el ofrecer cargas a velocidades increíbles.
Esto no quiere decir que las marcas que las den se arriesguen a que sus móviles queden inútiles a los pocos años, pero sí es cierto que Samsung empieza a plantear que mantener un móvil de gama alta 5, 6 e incluso 7 años es una posibilidad. De ahí su propuesta con las actualizaciones del sistema.
Actualizaciones e IA
La compañía coreana ha garantizado nada menos que 7 años de actualizaciones entre las de sistema y las de seguridad. Esto hace que los usuarios se puedan plantear la compra de un móvil de la marca porque saben que van a poder usarlo durante mucho tiempo. Los móviles ya no se cambian cada año o cada dos años, al menos en España, y apostar por una empresa que actualice tanto no es una mala idea.
Pero poca gente va a optar por un móvil sólo por las actualizaciones y Samsung lo sabe. Se mantiene la inteligencia artificial Galaxy AI y se incluyen nuevas funciones, como el poder crear dibujos de diferentes tipos a partir de una imagen o, lo que es incluso más llamativo, poder editar fotos con inteligencia artificial, incluyendo objetos.
Todas estas características funcionan como se espera, pero es cierto que en muchos casos no serán muy usadas. Eso sí, actualmente no hay ningún móvil que pueda superar a los plegables de Samsung en integración con IA. Por ejemplo, el poder usar el sistema de traducción automática (que ya tenían los S24 Series) en las dos pantallas hace que su funcionamiento sea mucho más cómodo.
Con todo, hemos visto cómo el sistema en demasiadas ocasiones no ha dejado dibujar lo que se pedía, no por limitaciones expresas, sino porque no entendía lo que se pedía, o lo hacía con una perspectiva extraña. Samsung está mejorando a gran velocidad Galaxy AI, pero ha de cuidarse de no crear algo curioso y llamativo que, a la hora de la verdad, nadie vaya a usar una semana después de comprarse el móvil.
Con respecto a One UI, Samsung no ha cambiado mucho pero sigue apostando por un sistema extremadamente personalizable (muy simpáticas las nuevas carátulas para la pantalla externa) y muy robusto y fiable. Puede gustar más o menos, pero Samsung sabe que su interfaz es de las mejores del mercado y no va a cambiar eso. Y bien que hace.
¿Me lo compro?
Samsung ha mejorado notablemente su plegable más económico sin subirle el precio. Es cierto que los 1.209 euros constituyen un precio elevado, aunque tenemos una mejor cámara, más brillo en la pantalla, más potencia, mucha más autonomía y mejor software.
Obviamente cambiar el modelo del año pasado por este no tiene sentido, pero el Flip está ya puliendo los pocos defectos que tenía y se coloca como un móvil de gama alta para los que, además de lo que eso significa, quieren un terminal icónico, de buen diseño y una un factor de forma que no se puede lograr con la mayoría de móviles del mercado. Lo único que le queda a Samsung por plantear es si quiere que este modelo en cuestión sea el que convierta a los plegables en algo masivo. Y para eso debería bajar mucho el precio, claro. O hacer una versión de gama media.