La llegada de los coches eléctricos ha sido recibida con alegría y con desesperación por partes iguales. Por una parte, las ventajas de un coche eléctrico son evidentes incluso en un modelo barato, e incluso si dejamos aparte por un momento la cuestión medioambiental.
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Pero por otra, hay un verdadero miedo entre los aficionados al motor de que los coches eléctricos acaben con el ‘alma’ y la diversión de los motores de combustión. Son temores con fundamento, ya que, aunque ya nadie niega de la potencia y la entrega de la que son capaces los coches eléctricos, en cuestión de maniobrabilidad y diversión, el peso de las baterías parece un obstáculo insalvable.
Clásicos modernizados con electricidad e hidrógeno
Ahora llega Toyota y nos demuestra que sí, que no sólo es posible crear coches eléctricos divertidos, también es posible actualizar los modelos clásicos para aprovechar las nuevas tecnologías. No es que sea algo nuevo, ya que los llamados ‘restomods’ han ganado mucha tracción en los últimos años: son restauraciones que sustituyen los componentes internos por otros más modernos, manteniendo la carrocería, el interior, y los aspectos que hicieron especial al original.
Los dos nuevos ‘restomods’ de Toyota son interesantes por la elección de los modelos. En vez de optar por un modelo más lujoso y antiguo, la compañía ha elegido dos modelos “del pueblo”, dos AE86 lanzados originalmente en la década de los 80 que fueron la iniciación en el automovilismo para millones de personas.
Incluso si nunca has estado en Japón, es muy posible que te suenen. El famoso ‘Hachiroku’ es uno de los coches más famosos del mundo, protagonista de la serie Initial D e impulsor de la cultura automovilística y del ‘drifting’, que luego influyó a la saga The Fast and the Furious.
El AE86 destacaba por su equilibrio y reparto de pesos, que facilitaba el aprendizaje en las serpenteantes carreteras de montaña japonesas; no era el coche más potente ni de lejos, pero era barato y con muchas posibilidades de ‘tuneo’. Que Toyota haya elegido este coche para hacer un ‘restomod’ parece una declaración de intenciones en toda regla, ya que no podría ser más diferente de los coches eléctricos actuales.
El AE86 BEV obtiene sus entrañas del Toyota Prius y otros híbridos de la marca, y por lo tanto su batería es de sólo de 8,8 kWh y no nos llevará muy lejos; pero gracias a eso, debería darnos muchas alegrías en cualquier tipo de circuito, especialmente teniendo en cuenta que se ha mantenido la transmisión y otros elementos. Este modelo usa la carrocería tipo Levin.
Por el contrario, el AE86 H2 usa la carrocería más famosa, la del Sprinter Trueno con sus faros escamoteables que gritan “años 80”; también es el modelo más interesante, ya que está basado en el hidrógeno. Pero en vez de usar este elemento en una celda de combustible, utiliza un proceso de combustión interna que produce agua; según Toyota, se ha escogido para obtener las sensaciones de un motor de gasolina, como el sonido y la vibración, aunque en realidad no sea un método muy eficiente ni potente.
Con estas pruebas de concepto, Toyota quiere apelar a sus clientes más entusiastas, haciéndoles ver que no han sido olvidados. Su CEO, Akio Toyoda se quejó en la presentación de que los esfuerzos ecológicos de Toyota no son tan apreciados en su país natal como en el resto del mundo, y este puede ser un intento de hacer ver a los japoneses que el espíritu que les llevó a las carreteras aún sigue vivo.
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