¿Una nueva Inquisición?
La reescritura del pasado es lo más macabro. Claro, que también está la corrección política, que anula cualquier misterio. Lo malo es que siempre se ve, se oye y se lee lo mismo. Un escritor cobarde debe dedicase a otra cosa
“Hoy faltan Galileos y sobran inquisidores”. Así de tajante se muestra José Manuel Sánchez Ron ante Daniel Arjona (Zenda). “Aparecen inquisidores a toda velocidad y por todas partes –asegura el académico, que acaba de publicar Querido Isaac, querido Albert–. Y fíjese, sin justificarlos, al menos los inquisidores que juzgaron a Galileo defendían una serie de razones de las que estaban convencidos. Pero los posmodernos inquisidores de hoy ni siquiera eso, lo que dicen es que todas las razones son igualmente válidas”.
Leonardo Padura ve en “la cancelación” un fenómeno “parecido al procedimiento de parametrización que se siguió en Cuba”. “Eras marginado, ignorado y a veces incluso aplastado de una manera brutal –cuenta el novelista a Ángel Peña (The Objective)–. Cuando se coarta la creación siempre se llega al mismo extremo. Por un lado, se está coartando la creación del presente (...) Pero aún más macabro resulta la reescritura del pasado (...) Se está cambiando la historia (...) Es, además, una falta de respeto enorme hacia la inteligencia humana, una manipulación perversa. La literatura debe expresar los grandes conflictos de las sociedades, que muchas veces son trágicos, dolorosos, desgarradores”.
Al respecto de la cancelación también se pronuncia Enrique Vila-Matas. Entrevistado por César Suárez (Telva), sostiene que “si muestras tu desacuerdo te pueden penalizar”. El escritor considera que “la literatura debe buscar la disidencia, tratar de decir algo que no se ha dicho, explicar tu disconformidad con lo que ocurre. Si todos asumimos la corrección política, como está ocurriendo, el mundo se hace tan plano que se anula cualquier misterio”.
Leonardo Padura: “La literatura debe expresar los grandes conflictos de las sociedades”
Entrevistado por Lorena G. Maldonado (El Español), Javier Cercas considera que “un escritor que no corre riesgos no es un escritor, es un escribano. Yo como persona me considero razonablemente cobarde, pero como escritor no. Un escritor cobarde es como un torero cobarde: tiene que dedicarse a otra cosa. La escritura es un deporte de riesgo”. Tal vez por eso Andrés Barba le dice a Juan Cruz (El Periódico de España) que “esto de escribir es como el yudo: hay que utilizar la energía del contrario para vencer, ¿no?”
José Manuel Fajardo ha observado que “la diversidad cultural y en particular la bibliodiversidad están amenazadas”. Explica a Miguel Esteban Torreblanca (Todo Literatura;) que vivimos en “un mundo global donde en todas partes imperan los mismos gustos, se ve, se oye, se lee lo mismo”. El novelista achaca “esta tendencia a uniformar el gusto” a que “la cultura ha perdido peso en la vida social, especialmente la literatura”, y a que “se prima en ella aquello que responde al gusto mayoritario, o sea, al gusto del ‘consumidor’”.
“Vivimos en una época en que todo el mundo está censurando y reclamando”, opina Gay Mercader, que se queja ante Núria Martorell (elDiario.es) del “reglamento estúpido de la Generalitat que exige que haya tantos artistas catalanes nacidos en Catalunya, tantas mujeres…” “¿Vamos a tutelar el arte?, ¿estamos en la China de Xi Jinping?, ¿en la Rusia de Putin?”, se pregunta el promotor musical. “Como en el humor, ahora se fusila a humoristas por tratar temas políticamente incorrectos –añade–. Por esto mismo mataron a los periodistas de Charlie Hebdo cuando dibujaron a Mahoma. Es la misma mierda”.
Fernando Trueba: “El cine no puede ser una actividad onanista que no se comparta"
Quien tampoco está muy conforme con la sociedad actual es Fernando Trueba. “No me da la gana abrazar este mundo; quiero que este mundo se adapte a mí. Por qué me voy yo a adaptar a un puto teléfono móvil. Si puedo, lo rompo”. Lo dijo en el Festival de Cine Español de Cáceres, según recoge la agencia EFE. “Yo pondría como materia obligatoria la asignatura de lentitud: escuchar a alguien, leer y pensar, mirar un cuadro y reflexionar. Eso debería ser parte de la educación”. Y, a propósito de las plataformas, sentenció: “el cine no puede ser una actividad onanista que no se comparta”.
P. S. Carlos Marzal, que publica Euforia tras quince años de silencio, ofrece su definición de poesía a Joan-Carles Martí (Levante). “La poesía es, según la veo, acción de gracias y voluntad de emoción. De emoción estética, de emoción biográfica, de agradecimiento biológico, histórico, íntimo. Escribo para pintar un retrato moral del individuo que escribe en mí, para dar cuenta de una vida a través de la aventura en las palabras”.