La Semana Negra da un giro a lo social
La XXXII edición del festival literario de Gijón regresa del 5 al 14 de julio con un nuevo giro hacia lo social y cuenta con autores destacados como John Connolly, Joseph Knox y Johana Gustawsson
5 julio, 2019 09:30"Cuando empezamos la Semana Negra de Gijón era la periferia, se miraba como algo exótico, pero ahora el género negro es la centralidad de la literatura en España y hay nuevas colecciones que se presentan cada año", asegura, entusiasta, el director de contenidos, Ángel de la Calle, que lleva en la feria desde sus orígenes a finales de los 80. Una Semana Negra que regresa un año más con su edición número XXXII, que incluye nuevas actividades culturales, entre las que predomina un giro hacia la temática social. "Es una gran fiesta popular en torno a la literatura. Ocurre como con el arte contemporáneo, nunca sabes qué va a pasar", explica de la Calle sobre un festival que celebrará del 5 al 14 de julio, en su habitual espacio del antiguo astillero de Naval Gijón, nuevos debates, exposiciones, mesas redondas, cuentacuentos, presentaciones de libros, veladas poéticas y conciertos.
Eventos en lo que, como cada año, participarán los escritores más destacados del momento. Más de 150 autores que acercarán diversos géneros literarios. Destacan entre ellos el irlandés John Connolly con la obra El frío de la muerte; Lorenzo Silva, que presenta Si esto es una mujer junto a Noemí Trujillo; y Marta Sanz, con su libro de cuentos Retablo. Además, también estarán el británico Joseph Knox y su obra Sonrisa Mortal y la marsellesa Johana Gustawsson, "de lo más sorprendente de los títulos llegados de Francia", apunta de la Calle. Tampoco faltarán escritores habituales como Rosa Montero, Elia Barceló y Jon Arretxe. Y también, "se cumplen 175 años de la creación de la Guardia Civil y por primera vez una mujer, la capitana de la Guardia Civil María José Garrido, presenta su libro", señala el director.
Pero además de la representación nacional y europea, el festival cuenta en esta edición con un nutrido elenco de escritores de América Latina, pues "Argentina tiene la producción más importante de novela negra actualmente", afirma De la Calle. Por ello, estarán presentes Eduardo Goldman, Fernando López, Enzo Maqueira e Iñaki Echevarría. También habrá directores de otros festivales, como en la mesa redonda Influencias y diferencias en los festivales de cómic de habla española, en la que se reunirán el colombiano José Campoh de CaliComix, la boliviana Alexandra Ramírez de Viñetas con Altura y el mexicano Luis Gantús de CONQUE.
Entre las novedades más destacadas de esta edición, De la Calle recalca el ciclo ¡Transgresoras!, en el que se analizará "personajes de ficción femeninos como Jane Eyre, y reales como Kate Miller o Rosa Luxemburgo". Además, "con motivo de los 75 años de la liberación de París durante la Segunda Guerra Mundial, se organizará una mesa redonda para homenajear a los republicanos españoles que formaron parte en ella". Y también se celebrará la mesa redonda Niños desaparecidos, en el que participará Amnistía Internacional y El Observatorio de la desaparición de menores.
Reivindicando lo social
La temática social que evidencian muchas de estas actividades, se hace asimismo presente en la mascota de este año del festival. El mítico Rufo, deja paso en esta edición a un homenaje al que quizá sea el icono más universal de la lucha de las mujeres: Rosita la Remachadora, la popularísima obrera del cartel utilizado por la propaganda de guerra estadounidense durante la II Guerra Mundial que acabó siendo adoptada por toda la causa de la emancipación femenina. "Éste es un festival con mucho contenido reivindicativo", defiende De la Calle. "Aparte de tratar la historia, la novela negra es, en una de sus partes más importantes, novela social", afirma.
El festival, que este año cuenta con un presupuesto en torno a 500.000 €, entregará, además, sus varios premios anuales, entre los que destacan dos. El Premio Rodolfo Walsh, galardón a mejor novela de no ficción de género negro, cuyos nominados de este año son Alfonso Egea por 29 balas y una nota de amor, Nacho Carretero por En el corredor de la muerte, Ignacio Martínez de Pisón por Filek, Neus Roig por No llores que vas a ser feliz y Víctor Amela por Yo pude salvar a Lorca. Y el Premio Dashiel Hammett, uno de los galardones más significativos del género, entre cuyos finalistas se hallan Corazones rotos de Noelia Lorenzo Pino, Cuando gritan los muertos de Paco Gómez, El último Hammett de Juan Sasturain, La química del odio de Carme Chaparro, y Justo de Carlos Bassas del Rey.