Monstruos rotos
Lauren Beukes
11 marzo, 2016 01:00Lauren Beukes
Gabriella Versado tiene una hija adolescente, un amante en la oficina, en realidad, en el coche patrulla, porque Versado es policía y su oficina es la comisaría, y un ex marido aparentemente perfecto que un día decidió dejarlo todo, incluida a ella, para dedicarse a la investigación privada. Gabriella Versado lleva ocho años luchando para llegar a Homicidios y, por primera vez, está al frente de un caso importante, la clase de caso que obliga a convocar ruedas de prensa y hace salivar a blogueros que a veces se preguntan si hacerse viejo será eso, que ya nada les parezca nuevo, y que están dispuestos a cualquier cosa con tal de sumar cientos de miles de "likes" a cambio de ¿qué? ¿El vídeo de un "niñociervo"? ¿De un niño muerto que ha sido "pegado" a un ciervo muerto por un tipo poseído por el Sueño y la obsesión por una originalidad macabra?En la última, y valiente, y poderosamente redonda novela de Lauren Beukes (Johanesburgo, 1976), la sudafricana que ganó el Arthur C. Clarke, y que jugó al asesino que persigue a sus víctimas, y al revés, por el tiempo, en Las luminosas (RBA), viaja a Detroit, la ciudad fantasma, la ciudad desahuciada, símbolo de la muerte del sueño americano, para urdir una fabulosa y magnética fantasmagoría criminal que ha fascinado al mismísimo Ellroy.
Y es que no es para menos. No es sólo que los personajes dibujados por Beukes estén "vivos" (con mención especial para Gabriella, pero también para su hija, Layla, y el maldito Monstruo de Detroit), es que la trama, hipnótica en su culto al ruin porn de la ciudad, el tablero, y sus piezas, funciona a la vez como un excelente noir, a ratos, sobrenatural, bizarro, weirdie, y como una novela (social) coral capaz de encapsular un momento y un puñado de nuevos problemas (adolescencia y redes sociales; redes sociales y perversión) y viejos fantasmas (el fin y los medios y la manera en que uno debería o no justificar a los otros).
El mundo es un lugar cruel, y ahora también es un lugar público. Podría decirse que la diferencia entre el noir del siglo XX y el del XXI tiene algo de esa idea de lo público. Dice Beukes que todos vivimos tres versiones de nosotros mismos, que todos tenemos una vida pública, una vida privada y una vida secreta. Y puede que eso fuera así en la vida y en el noir del siglo XX. En la vida y en el noir del siglo XXI no existen los secretos o no son secretos por mucho tiempo, de ahí que la moraleja sea: "Tienes que encontrar una manera de vivir con ello".
Ojalá Gabriella Versado haya venido para quedarse porque: 1) Probablemente sea la detective mujer más interesante (y compleja, de una complejidad ajena al cliché) que ha dado el género en mucho, mucho tiempo y 2) Detroit es hoy una Ciudad Monstruo, una ciudad herida, violenta, que merecía figurar en el mapa negrocriminal mundial y merecía hacerlo así. Bien, formidablemente bien. Un bravo por Beukes y su primera y deliciosa (y bizarra) fantasmagoría criminal.
@laura_fernandez