Fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un absoluto éxito de ventas, de crítica y de premios. El infinito en un junco, el ensayo en el que Irene Vallejo cuenta la historia de los libros —y sus protectores— desde la invención del papiro en Egipto hasta nuestros días, pasando por la colosal empresa de la Biblioteca de Alejandría, ha roto todos los esquemas de la industria editorial.
Con este "precioso testimonio de amor por los clásicos, los libros, las bibliotecas y la lectura", como lo definió el recientemente fallecido Nuccio Ordine, Irene Vallejo ha ganado el Premio Nacional de Ensayo y otra decena de premios importantes y ha seducido a millones de lectores de todo el mundo. Y lo seguirá haciendo si se cumple el vaticinio de Mario Vargas Llosa, que lo calificó de obra maestra: "Tengo la seguridad absoluta de que se seguirá leyendo cuando sus lectores de ahora estén ya en la otra vida". De momento el libro lleva 45 ediciones, se ha traducido a 35 idiomas y publicado en 50 países. Ahí es nada.
Ahora el fenómeno El infinito en un junco suma ahora otro capítulo a su rutilante periplo con la adaptación gráfica realizada por el dibujante Tyto Alba (Badalona, 1975), que ha publicado la editorial Debate.
"Ha sido, con diferencia, el proyecto más difícil en el que he trabajado", reconoce el ilustrador. "Al ser la primera vez que adaptaba un ensayo, me di cuenta de lo diferente que es respecto a una novela. Al mismo tiempo, ha sido un goce poder dibujar tantas cosas diferentes; por ejemplo, adentrarme en la historia antigua —yo a menudo he dibujado historias siempre en un pasado mucho más cercano— y también disfrutaba mucho dibujando las referencias al cine clásico o contemporáneo. Todo eso por no mencionar la de cosas que, como cualquier lector, he aprendido".
"Quise ser muy respetuoso con el texto y me sabía mal que el lector del cómic se perdiese tantas historias y anécdotas que encuentras en cada página del ensayo. En un libro así es muy difícil cortar nada porque todo resulta superinteresante. Al final ha salido algo entre un cómic y un libro ilustrado", explica el dibujante.
La presión de adaptar un libro con semejante repercusión no ha hecho mella en el autor. Con más de veinte años de experiencia, Tyto Alba (seudónimo que Sergio Fernández tomó del nombre científico de la lechuza) es un dibujante solvente y versátil, con una gran sensibilidad y bregado en otros proyectos muy relacionados con el mundo de la literatura —como la adaptación de El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince, la de Solo para gigantes, de Gabi Martínez, y la biografía Whitman, sobre el gran poeta estadounidense—, con el arte —Balthus y el conde de Rola, La vida (sobre la amistad entre Picasso y Casagemas) y La casa azul (sobre Frida Kahlo y Chavela Vargas)— y con el cine —Fellini en Roma—.
La labor de documentación ha sido lo más difícil a la hora de ilustrar un ensayo de esta envergadura, que evoca la vida cotidiana desde la Antigüedad hasta la actualidad, y por el que desfilan Alejandro Magno, Ptolomeo I y II, Cleopatra, Julio César, Gregory Peck, Flannery O'Connor, Constantino Cavafis, H. P. Lovecraft, Antonio Machado, Liz Taylor o Jean-Michel Basquiat, por solo mencionar a una ínfima parte de la extensa galería de personajes de la historia, la literatura, el cine y el arte que pueblan sus páginas.
"Pasaba mucho tiempo investigando, buscando por internet o en la biblioteca. Y mareando a Irene con cualquier detalle que se me pasaba por la cabeza del cual pensaba que quizá ella tenía alguna imagen", explica Tyto Alba. La otra gran dificultad del proyecto ha sido "resumir un ensayo como este en un libro con menos de la mitad de páginas". El tiempo que ha dedicado al proyecto también da la medida de su complejidad: entre un año y medio y dos años, el doble de lo que dedica habitualmente a sus libros.
Dice el autor que no piensa mucho en la posibilidad de que el éxito del original se contagie a su adaptación gráfica. "Imagino que despertará un interés mayor que mis otros libros. Se trata de un encargo, o más bien una colaboración, por la que me siento muy agradecido y que me he tomado como un reto poniendo mucho esfuerzo. Solo espero que como experimento haya salido bien".