Sara Montpetit en 'Falcon Lake'

Sara Montpetit en 'Falcon Lake'

Cine

'Falcon Lake', el relato de iniciación fantasmagórico y siniestro de Charlotte Le Bon

La actriz canadiense debuta en la dirección con la historia de un chico y una chica que experimentan un despertar sentimental y sexual durante unos días de vacaciones

22 septiembre, 2023 02:39

Existe una nueva generación de directoras francófonas que se mueven con pasmosa naturalidad por los márgenes del cine fantástico. El caso más paradigmático y radical es seguramente el de Julia Ducournau, quien con Crudo (2016) y Titane (2021) ha sabido adaptar la representación del canibalismo y el fetichismo ciberpunk a una nueva realidad marcada por la fluidez de género sexual.

Por su parte, en Los cinco diablos (2022), Léa Mysius construyó un disfuncional retrato familiar que revelaba sus secretos de la mano de una niña que viajaba al pasado gracias a sus superpoderes olfativos. Ahora, la actriz francocanadiense Charlotte Le Bon debuta en la dirección fílmica con Falcon Lake, un filme que, como los de Ducournau y Mysius, conduce el relato de iniciación a un territorio de profundo extrañamiento, emancipándolo del realismo y dotándolo de un fuerte componente sensorial.

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Filmada en la región montañosa y fluvial de Laurentides, en Quebec, Falcon Lake lleva a la pantalla la novela gráfica Une soeur de Bastien Vivès, en la que un chico y una chica experimentan un despertar sentimental y sexual durante unos días de vacaciones junto a un lago.

Fiestas y paseos

El planteamiento podría invitar a imaginar un drama juvenil de costuras costumbristas, y algo de eso hay en la familiaridad que despertarán en el espectador los paseos diurnos por la naturaleza, las riñas entre los jóvenes protagonistas y sus progenitores, o las fiestas nocturnas reconvertidas en codificados ritos iniciáticos.

Sin embargo, Le Bon, que maneja a placer un tempo aletargado y un quietismo intrigante, decide resquebrajar las raíces realistas del relato con una imaginería que bascula entre lo siniestro –una muñeca Barbie “ahogada”, un cervatillo atropellado– y lo fantasmagórico. En un plano altamente inquietante, la joven protagonista (una magnética Sara Montpetit) reside inerte, aparentemente inconsciente, en el centro del encuadre durante largo rato, mientras que en otra escena ella asegura que “hay fantasmas que no saben que están muertos”.

Falcon Lake anuncia su apuesta por el fantástico y el terror desde sus primeros compases, cuando la llegada de una de las familias al aislado escenario del filme se presenta como un homenaje a El resplandor (1980) de Kubrick. Pero los guiños cinéfilos no terminan ahí, ya que los jóvenes protagonistas decoran sus habitaciones con pósteres de Psicosis (1960) y El viaje de Chihiro (2001), un cóctel de referencias que sitúa Falcon Lake bajo los influjos de la espesura psicológica del clasicismo y la disposición del cine fantástico oriental a difuminar la frontera entre la vida y la muerte.

Así, con su envoltorio de fábula gótica sobre el fin de la inocencia, la ópera prima de Le Bon consigue dar forma a una realidad voluble, en permanente transformación, un universo en el que los gritos de alegría se asemejan a aullidos de pánico, y donde los juegos infantiles derivan fácilmente, sin apenas transición, en la delicada representación de una sexualidad incipiente.

Falcon Lake

Dirección y guion: Charlotte Le Bon.
Intérpretes: Joseph Engel, Sara Montpetit, Monia Chokri, Arthur Igual.
Año: 2022.
Estreno: 22 de septiembre