Valentí Puig: "El intelectual se rinde ante el hombre de acción"
Pregunta: ¿Por qué ha tardado un año en publicar en castellano su Diccionario Pla?
Respuesta: Traducción, producción, calendario: los designios del olimpo editorial son inescrutables. Lo fundamental es que el lector de Pla en castellano tenga a mano esa guía, su cánon de la literatura y también del escribir como forma de pensar.
P: ¿Hubiera cambiado algo de haber escrito en castellano?
R: Parece que Pla dudó si incorporarse plenamente a la literatura castellana. No sé si es verdad, pero lo cierto es -pese a las catalanadas ex profeso- que su castellano era preciso, sensual, refrescante y cromático.
P: ¿Alguna entrada sorprendente del diccionario?
R: “Corán, El”: tiene una actualidad muy sugerente y permite entender no pocas cosas que están hoy en los titulares. Pla subraya los riesgos que representa el hecho de que en el Islam la religión y el Estado se confundan.
P: Pla, escribe usted, “es el lector anticonvencional”: ¿su Diccionario encontrará lectores a su medida?
R: “Nadie entre aquí si no es un espíritu libre e independiente”, se dice en el pórtico de la obra de Pla. Por eso inquieta a la izquierda convencional, precisamente porque es un conservador inconformista.
P:¿Hemos aprendido a leer?
R: Desaprendemos cada día, a merced de un deterioro tribal del lenguaje, sometidos al zapeo y al mimetismo, a la apócope adolescente y la desarticulación. Necesitamos aprender de nuevo a leer, a poder ser con las viejas cartillas.
P: ¿Se reconocería Pla en el libro?
R: éste es en un 98 por cien un libro suyo. Mi única aportación es haber leído su obra y he seleccionado sus opiniones y criterios sobre la literatura.
P: ¿Qué echaría de menos?
R: Conocía la literatura clásica con más extensión y hondura de cómo se representa en este diccionario: en muchos casos, leyó pero no dejó escrito nada sobre esa lectura. Por suerte, ahí están Tucídides, la joroba de Leopardi y la tripa de Stendhal como viajante de comercio.
P: ¿Con qué autor es más justo y por qué?
R: Quizás con Maquiavelo, por coincidir en la debida naturaleza de “Realpolitik” que debe aportar quien vivió los crueles episodios del siglo XX, y al mismo tiempo fue capaz de conmoverse por la víctimas del gueto de Varsovia.
P: ¿Y más injusto?
R: Borges. A Pla le exasperaba la literatura de la literatura, porque creía en el realismo sintético. Kafka le resulta insoportable y Rimbaud, ininteligible.
P: ¿Más generoso?
R: Con muchos, con Valéry por ser un espectáculo de la inteligencia pura.
P: ¿Qué joven autor catalán le recomendaría usted?
R: Alguna escritora que no fuera feminista, ni de izquierdas ni independentista.
P: Un año después de que comenzase el nuevo milenio, ¿cree que este siglo parece un poco más razonable que el XX?
R: Andamos entre el pavor y la libertad, incluso a veces en el pavor a la libertad. En todo caso, el teléfono móvil transmite los mismos sentimientos que los tatuajes de las tribus primitivas.
P: ¿Por qué es un anacronismo pedir que vuelvan los sabios y desaparezcan los intelectuales?
R: Con la perspectiva del siglo XX, el intelectual es un propagandista de ideologías y no de ideas. El sabio busca desentrañar la complejidad y el intelectual la simplifica.
P: ¿De qué han sido responsables?
R: Del arraigo y justificación intelectual de los totalitarismos. El intelectual se rinde ante el hombre de acción que le promete llevar a la práctica la aberración de un pensamiento.
P: ¿Porque abundan tanto en España los intelectuales que “van a ver a Marcos para olvidar que en casa tienen criadas con cofia?
R: Es debido en parte al antifranquismo profesional y a que se fiaron de las modas intelectuales de París.
P:¿Qué es la tercera cultura?
R: Suponer que para entender el mundo Hegel no es más necesario que averiguar como opera la genética.
P: ¿Qué consecuencias tendrá, a medio y largo plazo, el 11-S?
R: La desconfianza entre civilizaciones y a la vez el fortalecimiento de las conexiones entre libertad y seguridad.
P: ¿La actual situación internacional confirma que, con la globalización, “los grandes no se comen al pequeño, es el rápido quien se come al lento”?
R: Para bien y para mal: la televisión vía digital crea opinión libre y al mismo tiempo ocurre que cualquier bárbaro puede fabricar una bomba atómica en el sótano de casa.
P: ¿Qué es peor en los intelectuales, la petulancia o la frivolidad?
R: La frivolidad. La petulancia es intrínseca.
P: ¿Y en los políticos?
R: La irresponsabilidad.
P: ¿Y en los periodistas?
R: El contagio de lo mediocre.