Un Edipo en llamas para reivindicar al héroe trágico
Paco Bezerra y Luis Luque presentan en Mérida su novena colaboración, una versión onírica del mito griego que también podrá verse próximamente en el Teatro Español de Madrid
11 agosto, 2021 09:03Se llama Yelmo, avanza por un camino ataviado con un casco de metal y la ropa chamuscada, y es el nuevo personaje que ha inventado Paco Bezerra (Almería, 1978) para su versión del mito clásico de Edipo que este miércoles estrena el director Luis Luque (Madrid, 1973) en el Festival de Mérida. Es quien habla por primera vez a Edipo de la ciudad de Tebas, cuando este huía de Corinto para tratar de esquivar la profecía según la cual mataría a su padre y se casaría con su madre. No podemos revelar quién se esconde tras ese yelmo para no destripar el argumento de la obra, pero su intervención tiene mucho que ver con el destino, elemento clave de toda tragedia griega.
En la era de la física cuántica y las ondas gravitacionales, creer en el destino se nos antoja algo anacrónico, pero todavía hay gente que cree en él. El propio Bezerra, sin ir más lejos. “He estado 20 años con una pareja porque un amigo no me cogió el teléfono para ir a una boda, y llevo una década formando tándem creativo con Luque porque un día me llamó por teléfono sin conocernos de nada y me dijo que quería trabajar conmigo”, explica a El Cultural. Dos llamadas, por tanto, providenciales (una porque fue ignorada, la otra porque fue atendida) que han marcado la trayectoria teatral y sentimental del dramaturgo. Pensar que casi todo lo importante de nuestra vida es fruto del azar provoca vértigo, porque eso significaría que nuestras decisiones conscientes serían poco relevantes para nuestro futuro. Es mucho más reconfortante pensar que todo ello estaba ya escrito con letras de oro en alguna parte.
Pero volvamos a Mérida. O mejor dicho, a Tebas. En el mito clásico, para salvar a su pueblo de la peste, el rey Edipo debe marcharse al destierro tras descubrir que, sin saberlo, había matado a su padre, Layo, y cometido incesto con su madre, Yocasta. En la versión de Paco Bezerra, que ha titulado Edipo. A través de las llamas, en lugar de la peste que narra Sófocles o de la hambruna de otras versiones del mito, es un incendio lo que amenaza a la ciudad de Tebas, y él debe atravesar el cerco del fuego para acabar con él. “No he querido hacer una adaptación de la obra de Sófocles, ni de la de Séneca, ni de La máquina infernal de Cocteau ni de tantas otras versiones del mito que existen, sino que he querido crear la mía. Esto ha conllevado más trabajo, siete meses desde que Luis me lo propuso”.
Esta nueva colaboración entre Bezerra y Luque —la novena— es la segunda versión de un mito griego que presentan en Mérida, tras la Fedra de hace tres años protagonizada por Lolita. Para esta coproducción del festival clásico, Pentación Espectáculos y el Teatro Español, Luque ha contado con un reparto “joven e interracial” encabezado por Alejo Sauras, que estará acompañado por Mina El Hammani, Jonás Alonso, Julia Rubio, Álvaro de Juan, Jiaying Li, Alejandro Linares y Andrés Picazo. “Me apetecía que este mito fuera contado desde la juventud para atraer a un público joven y mostrarle que los mitos forman parte de todos nosotros desde que llegamos al mundo”, asevera el director. “Nos ha tocado una época muy jodida, ha habido Covid, hemos tenido que parar, ha habido muertes a nuestro alrededor, pero los jóvenes tienen una fortaleza increíble. En vez de hacerles culpables de la quinta ola hay que impulsarles y darles el valor que tienen. Hay una juventud en las artes escénicas muy bien formada y muy comprometida”.
De Kubrick a Cronenberg
Como hizo con Fedra, Bezerra empezó a estudiar desde dónde podía enfocar el mito para aportar una nueva visión, “una nueva pregunta”. Fue escribiendo escenas con distintos enfoques. “Empezó siendo una especie de wéstern, en un terreno rural, como una peli de los hermanos Coen con un poco de El resplandor de Kubrick”, con un Edipo que llegaba a un motel y en el que la esfinge era una mujer que le esperaba desnuda en una habitación. Después se acercó más a La mosca de David Cronenberg: ideó un huevo gigante del que salía un cíborg que era a la vez Edipo y la esfinge, pero escenográficamente habría resultado muy complejo. Después, reparando en que la obra de Sófocles presenta todo el tiempo a un “Edipo público” que habla con mucha seguridad ante el pueblo en la puerta del palacio, pensó en alternarlo con una faceta más íntima del rey que, de puertas adentro, dudaba de sus decisiones. “Pero eso podría convertir la obra en un drama íntimo y quitarle solemnidad a la tragedia”, reconoce. Al final, metió un poco de cada uno de estos Edipos en la coctelera y el resultado es la obra que esta noche se subirá al milenario teatro romano de Mérida, y que después podrá verse, del 8 de septiembre al 31 de octubre, en la sala grande del Teatro Español de Madrid, que Luque codirige a las órdenes de Natalia Menéndez. “Animo a la juventud madrileña a que vaya a verla porque van a salir trastornados, en el buen sentido”.
De 300 páginas escritas, el texto final se ha quedado en una décima parte, en un esfuerzo de concisión y de búsqueda de “la palabra justa”, explica Luque, muy implicado en el proceso de escritura siempre que colabora con Bezerra. El director de la obra la define como “una tragedia onírica y un thriller psicótico”.
Una década fructífera
Luque era ayudante de dirección de Miguel Narros cuando llamó a Bezerra por primera vez. “Quería dar el salto como director y quería tener a un dramaturgo al lado para montar obras originales, no de repertorio. Quedamos para tomar una cerveza, y hasta hoy”, recuerda Bezerra, que entonces tenía solo tres obras escritas y, aunque había recibido premios, “nadie había puesto un céntimo” para estrenar ninguna de ellas. “Para mí sigue siendo asombroso”, reconoce el dramaturgo.
Hoy ambos son dos de los profesionales del teatro más reputados de su generación. Luque es director adjunto del Teatro Español y Bezerra, con 11 obras escritas, ha ganado premios tan prestigiosos como el Nacional de Literatura Dramática. “Estamos los dos en una etapa de madurez”, afirma Luque.
El héroe, una especie en peligro de extinción
En su versión de Edipo, Bezerra pone el acento en el sacrificio que lleva aparejado la condición de héroe, en una época actual en la que el modelo a seguir por muchos jóvenes es el de la fama sin mérito, y menos aún sacrificio. “Para que alguien sea considerado un héroe ha de crear algo nuevo y próspero, pero, para hacer una cosa así, antes, ha de sacrificar una parte muy importante de sí mismo. Y es por este sacrificio trágico que lo que debería despertarnos el héroe es compasión; ya que, en contra de su beneficio, decide sacrificar sus propias necesidades por el bien de una comunidad”, escriben Luque y Bezerra en el texto de presentación de la obra. “La verdad siempre por encima del engaño y la mentira, aunque esa verdad te termine perjudicando. Pero, ¿quién es el valiente que, hoy en día, se atreve a seguir luchando porque se sepa la verdad, aunque esa verdad le perjudique? ¿Quién es el valiente que, hoy en día, es capaz de sacrificar sus privilegios por el bien de los demás? ¿Quién es el valiente que, hoy en día, se atrevería a ser Edipo?”.
“La inmediatez de internet y de las redes sociales nos ha cambiado”, explica Bezerra, “pero sobre todo esa falta de sacrificio la veo en nuestros dirigentes políticos. Antes daban la vida por el pueblo, y ahora lo contrario. Los reyes, los presidentes y los diputados se aprovechan de él. En el caso del rey emérito, salió huyendo no para salvar a España, sino para salvarse él, justo lo contrario de lo que hizo Edipo”.
“La poética de Paco es muy contundente y me ha abierto las puertas a un mundo onírico con este Edipo que sueña con la vuelta a un lugar donde ya estuvo”, explica Luque. “Es un planteamiento cíclico que indaga en cuestiones como quiénes somos y para qué estamos aquí, lo cual tiene una conexión muy fuerte con el contexto pandémico que estamos viviendo y que nos ha dejado desorientados”, opina el director de la obra. “En los ensayos le decía a Alejo Sauras: ‘Edipo eres tú, soy yo, somos todos nosotros’, ya que después de un shock tan físico, emocional y social como el que hemos vivido tenemos que dar un paso atrás para hacernos preguntas primigenias”.