¿Qué libro está leyendo estos días?
Aves extintas (Minotauro), un libro de ciencia ficción de Simón Jimenez. Hay aventura familiar y dilemas que tienen que ver con el cambio climático.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Que no me interpele. Que me aburra.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Los cómics de Mortadelo y Filemón con los que aprendí a leer. Astérix, Tintín... Y reivindico la novela gráfica como literatura mayor: Maus, Persépolis…
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Por la noche y en papel, pero los viajes te hacen cambiar de hábitos y utilizo la tablet, que te facilita la lectura en circunstancias difíciles.
¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
Asistir a los conciertos de cantautores como Serrat, Silvio Rodríguez, Paco Ibáñez… Fue una tecla que despertó mi curiosidad.
¿Qué canción no falta nunca en sus conciertos?
Papá cuéntame otra vez. Ahora la canto como un padre que se pregunta si tiene un relato para sus hijos.
¿De su gira Seremos, con qué concierto se queda?
Los primeros después de la pandemia. Los del reencuentro. Fue muy emocionante.
¿Cómo definiría el álbum que da nombre a la gira?
La concreción de planes, levantar la mirada, la certeza de que se van a cumplir los mejores pronósticos...
¿Se considera un superviviente de la canción de autor?
No me considero un superviviente pese a que mi propuesta musical está penalizada por el algoritmo.
¿Qué le inspira ahora para hacer sus letras?
Como decía Pessoa, el misterio de lo desconocido.
¿Cree que el músico ha perdido su capacidad para movilizar conciencias?
La música moviliza conciencias siempre. Otra cosa es la dirección. Hay géneros que no cambian las cosas sino que las mantienen y las exaltan. Que perpetúan el statu quo. Apuntalan el sistema.
¿Qué le queda del espíritu del Libertad, 8? ¿Hay relevo?
Mucho. Casi todo lo que soy lo aprendí allí. Y hay relevo. Muchas mujeres jóvenes están escribiendo la canción de autor en este momento. María Rozalén, Ede, Alice Wonder, Ainoa Buitrago...
Un título para el boom de cantautores de los noventa
La edad del porvenir, de Javier Álvarez. Ahí estábamos.
¿Qué tipo de música escucha últimamente?
A Aute, al que echo mucho de menos.
¿Ve el futuro de la música a través del streaming?
Hay cosas como el directo que son insustituibles.
¿Qué películas le han impactado recientemente?
Argentina, 1985, de Santiago Mitre, y En los márgenes, de Juan Diego Botto.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Me gustaría pensar que sirve para algo. Me importa porque la encajo mal, especialmente porque no creo que sean del todo justas. El crítico no está exento de prejuicios. A veces se hace desde una pretendida altura intelectual que lo que pretende realmente es eso: fijar esa altura.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
No lo entiendo pero, sí, me emociona.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Ya puestos, algún retrato de Frida Kahlo.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Me encanta, claro. Me gusta su gente. Gracias a mi oficio he recorrido el país entero. Es un pueblo generoso que se ha comportado con gran altura y solidaridad en momentos como el 15M o el desastre del Prestige.
¿Qué le pediría a este gobierno para la cultura?
Que la cuide. Que no piense en la cultura como un gran parque temático de grandes festivales. Que cuide a los artesanos de la música, a las pequeñas salas... No todo es negocio.
¿Qué medida urgente tomaría?
Ayudar a los jóvenes valores. Sin sesgos ideológicos.