En los márgenes (Juan Diego Botto, 2022) supone la única presencia española a competición en la 79ª novena edición de la Biennale. El debut tras las cámaras del actor y dramaturgo Juan Diego Botto, encuadrado en la sección Orizzonti, aborda la cuestión de los desahucios y de las personas en situación de exclusión social a partir de un drama coral que se mira en el cine del último Ken Loach.
La ópera prima de Botto entrecruza, evitando alcanzar la siempre forzada cuadratura del círculo, las historias de Rafael (Luis Tosar), un abogado a cuyos días les faltan horas para atender los casos de personas sumidas en la más absoluta precariedad y abandonadas por las instituciones; Azucena (Penélope Cruz), una empleada de supermercado al borde del desalojo; y Teodora (Adelfa Calvo), una madre que trata infructuosamente de localizar a su hijo, al que avaló en su día para que montase un negocio que terminó en bancarrota.
La ópera prima de Botto, de lenguaje directo y mensaje avasallador -no es casual que los acontecimientos, que se desarrollan en un frenético lapso de 24 horas, queden anclados a la época del rescate bancario con Luis de Guindos como ministro de Economía-, nació como una propuesta de la propia Penélope Cruz, aquí también productora.
“El germen de este proyecto”, explica el director, “nació un día en el que Penélope (Cruz) vino a verme a una función y, aunque ella recuerda que fue en su casa y yo que fue a la salida del teatro, el hecho es que me propuso que escribiera algo para que lo hiciéramos los dos juntos". Botto revela que la primera idea de la actriz era una historia de celos. "Yo lo intenté, pero no me salió y lo que surgió fue una historia en la que una pareja discutía por una cuestión de celos la noche antes de su desahucio", ha matizado.
"La historia de celos no funcionó, pero la otra parte me generó mucha curiosidad, creí que ahí podía haber algo, se lo comenté a gente muy distinta que estaba involucrada en este tipo de problemas, iniciamos un proceso de investigación que duró años y, cuando tuve la primera versión del guion, se la presenté a Penélope (Cruz). A la protagonista y productora "le gustó", ha asegurado Botto y, "aunque no estaba sobre la mesa, si Penélope Cruz te lanza esa propuesta, piensas que algo habrá visto en ti, así que me metí”.
El desarrollo del guion y de la producción, interrumpido por la pandemia, fue largo. “Hubo dos partes”, señala Botto, “una primera que tiene que ver con el proceso de escritura, que fue muy largo, también porque tardo mucho en escribir y porque gran parte del tiempo lo empleé en estar con los afectados, entrar en sus casas, convivir…”. El segundo estadio pasaba por reunir a Tosar y Cruz con personas que estaban viviendo las mismas situaciones que iban a atravesar sus personajes.
“Para mí esta parte era fundamental, la experiencia como actor me dice que la realidad siempre te da mucho más de lo que tú puedas imaginar, y eso es algo que también sucede cuando escribes: en la vida de cada una de estas mujeres caben cinco guiones, incluso una serie de doce temporadas”, ha dicho el director.
Esos encuentros les marcaron a fuego. Penélope Cruz lo cuenta sin medias tintas: “En mi cabeza siempre han estado todas esas mujeres que conocimos de la mano de Juan (Diego Botto)". Sobre todo una de ellas, cuyo testimonio "me impactó mucho", revela la actriz, "porque había vivido un drama tras otro en los últimos años y lo contaba con una sonrisa en la cara mientras se le caían las lágrimas". Esa mujer había perdido la casa, vivió una situación de violencia doméstica salvaje, con un marido que la intentó matar delante de sus hijos, denunció el caso y no recibió ninguna protección", lamenta Cruz.
"La experiencia como actor me dice que la realidad siempre te da mucho más de lo que tú puedas imaginar". Juan Diego Botto
"Además tiene un hijo que se había recuperado de un cáncer agresivo que rebrotó al cabo de un tiempo", ha añadido. Todo ese sufrimiento concentrado en un periodo de apenas ocho años a mí me rompió el corazón", confiesa. Por si fuera poco, "esta mujer dedica buena parte de su tiempo a ayudar a otra gente que se encuentra en situaciones parecidas", cuenta, por lo que el motor para su interpretación fueron "sus caras, sus ojos, su fortaleza". En definitiva, "no hubiéramos podido hacer esta película sin pasar ese tiempo con ellas y con ellos”, ha concluido.
Luis Tosar se incorporó al proyecto en cuanto leyó el guion: “estando Juan (Diego Botto) detrás tenía que ser una historia pegada a la realidad y el guion me impactó enormemente”. No fue el único aliciente. “Me interesó poder encarnar a un tipo que es genuinamente bueno, que es algo que no está muy de moda”, apunta el actor gallego. Y añade: “Para alguien como yo que, además, ha interpretado a un montón de malos en el cine, toparme con un personaje así que, encima, no es maniqueo, era muy atractivo".
"Y es que hay gente que es así" —prosigue el actor—, y Juan (Diego Botto) me brindó la oportunidad de conocerlos, personas que hacen esto todos los días y que se dedican en cuerpo y alma a intentar que la vida de otros sea un pelín mejor. Gente que consigue arañar un día más a un fondo buitre o a un banco para que deje que una familia pueda estar 24 horas más en su casa". Tosar celebró el "triunfo" que supone para ellos, "y esos pequeños triunfos se van sumando y, de repente, en Europa les hacen un poco de caso y sientan un precedente" añadió. Al final y al cabo, "es una lucha que, como ocurre con el personaje de Rafa, inspirado en la pura realidad, hace que sacrifiques tu vida personal y afectiva por completo, todo por un sueldo de mil euros”, indica Tosar.
Para Juan Diego Botto, la importancia de los actores en su debut ha sido decisiva: “La parte que podía ser más nueva para mí era la técnica y tuve la inmensa suerte de contar con un excelente equipo, lo que es muy importante". Sin embargo, "lo que más me ha llamado la atención es que donde te la juegas de verdad es en las personas que están contando la historia delante de la cámara". O sea, "lo que va a transmitir la emoción es el trabajo de los actores". Así, "puedes ser un poco más o menos torpe en la realización, pero si el trabajo de los intérpretes tiene verdad, la historia terminará llegando".
"En la vida de cada una de estas mujeres caben cinco guiones, incluso una serie de doce temporadas". Juan Diego Botto
Respecto a su trabajo con los actores, "he tenido el privilegio de poder contar con dos de los mejores, no ya de nuestro país, sino del mundo, con lo cual gran parte de mi trabajo consistía en estar ahí y gritar 'acción' y 'corten'”. Son pues, los actores, el vehículo del que se vale Botto para devolver a la palestra de la actualidad un drama abandonado por los medios de comunicación pero, sin duda, vigente (sigue habiendo 40.000 desahucios anuales en nuestro país).
“Dentro de los ciclos informativos aquello que sucede todos los días deja de ser noticia", ha señalado el que fuera Premio Nacional de Teatro en 2021, "y eso es algo que vimos con los desahucios y también lo observamos ahora con la guerra de Ucrania: lo que hace tres semanas copaba los titulares va cayendo de las primeras páginas a las páginas interiores de los diarios”.
[Juan Diego Botto, Premio Nacional de Teatro 2021]
Botto no se olvida de mencionar a Olga Rodríguez, coguionista de En los márgenes: “Ella siempre dice que lo que sucede todos los días es lo que define nuestra realidad y sin embargo deja de ser noticia precisamente porque sucede todos los días". En esta línea, ha recordado que "decenas de miles de familias siguen lidiando con esto todos los días, con una situación de profunda crisis económica y a punto de perder sus viviendas. Una vez que te metes en esas historias, una vez que conoces esa realidad, como dice el personaje que interpreta Luis (Tosar), no te queda más que involucrarte”.