Añada lírica fecunda. Los teatros se han resarcido de los tiempos oscuros con propuestas de riesgo como El ángel de fuego de Prokófiev en el Teatro Real, jugosos emparejamientos (las reinas inglesas donizettianas) e incluso trípticos, especialidad del Liceu. Destacada también la recuperación de La Auracana, la primera ópera compuesta en español. Jaime Martín brilló en el territorio sinfónico.
1. Jaime Martín
Nikolái Rimsky-Kórsakov y María eugenia Luc. OCNE
He aquí un director, Jaime Martín, que ha ido creciendo con rapidez inusitada merced a una excelente disposición, a una técnica ya muy sólida, a una facultad comunicativa de primera y a una fácil comprensión de cualquier partitura, que sabe trasladar a los instrumentistas con los grados adecuados de intensidad. Sus interpretaciones podrían ser incluidas en el terreno de la bonhomía. Lo ha dejado bien sentado en su última actuación con la OCNE, a la que ha dirigido una expresiva Scheherezade de Rimsky-Kórsakov. Es ya primer director invitado del conjunto y alterna los podios de la Sinfónica de Melbourne, de la RTÉ National Symphony Orchestra de Irlanda y de Los Angeles Chamber Orchestra.
2. El ángel de fuego
Serguéi Prokófiev. Gustavo Gimeno. Teatro Real
Una novedad de la mano de Calixto Bieito la de esta ópera maldita del compositor ruso. La firmeza de su escritura, la soberana arquitectura teatral, la original orquestación y el curioso tratamiento de las voces le otorgan una relevancia insólita. Para defenderla hacía falta una batuta conocedora, segura y flexible. La tuvo en la de Gustavo Gimeno, cada vez más asentado. Hasta el punto de que ha sido elegido como nuevo titular musical del coliseo. Liderará la Sinfónica de Madrid en un par de temporadas.
3. Policías y ladrones
Tomás Marco y Álvaro del Amo. Teatro de la Zarzuela
Tomás Marco, compositor, Álvaro del Amo, libretista, y Carme Portaceli, directora, esperaron seis años para ver, por fin, estrenada su zarzuela Policías y ladrones en el teatro madrileño consagrado al género. Huelgas y pandemias se han cruzado en el camino. El resultado es una obra original, una suerte de comedia musical de partitura ligera y bien aireada que maneja con soltura ritmos muy variados y conjuntos de distinto tipo. Todo muy jocoso y al tiempo crítico con la corrupción política de nuestros días.
4. Salomé
Richard Strauss. Orquesta Nacional de España
En la temporada de la Orquesta y Coro Nacionales David Afkham, titular de los conjuntos, se había bragado bien con Richard Strauss dirigiendo Elektra. Esta temporada se enfrentó con la ópera anterior del músico muniqués, la que cuenta la historia de la caprichosa princesa. Y lo hizo con arrebato, vigor y un raro instinto teatral, de manera que la tremebunda historia, bien dibujada y dispuesta, con una soprano muy apta para el cometido protagonista, Lise Lindström, pudo llegar al oyente en toda su dimensión.
5. Reinas de Donizetti
Roberto Devereux/Anna Bolena. Teatro de la Maestranza y ABAO
Dos óperas famosas de Donizetti, pertenecientes al famoso tríptico de las Reinas, fueron representadas en el Maestranza (escenificada por Alessandro Talevi) y en el Palacio Euskalduna (Mazzonis di Pralafera). En la ciudad andaluza brilló el arte bien trabajado de la soprano lírica canaria Yolanda Auyanet. En la vasca la que se lució fue la albanesa Joyce El-Khoury, no muy conocida por aquí. Una excelente iniciativa que permitió analizar y sopesar el arte donizettiano, tantas veces denostado por los puristas.
6. El caballero avaro
Serguéi Rajmáninov. Fundación Juan March
Un acontecimiento fue la presentación madrileña, en la Fundación Juan March, en colaboración con el Teatro de la Zarzuela, de esta rara avis de Rajmáninov, en la que se advierten originales procedimientos narrativos: continuidad del discurso, empleo de motivos recurrentes... Hay un muy largo monólogo central del Usurero, pieza maestra de la obra. Su contenido musical y filosófico desborda el cuadro lírico habitual. La puesta en escena de Alfonso Romero fue un acierto. Excelente la interpretación con piano al mando de Borja Mariño.
7. Il trittico
Giacomo Puccini. Gran Teatre Liceu
El Liceu se había anotado un tanto al agrupar en representaciones consecutivas la famosa trilogía Mozart-Daponte. Esta vez reunió tres óperas (Il tabarro, Suor Angelica y Gianni Schicchi), aunque estas son cortas y nacieron, de la mano de Puccini, para ser interpretadas en la misma función. Algo infrecuente. Saludamos con efusión la nueva aventura. Máxime cuando se contó con algunas de las mejores voces del momento: Ambrogio Maestri, Lise Davidsen, Ermonella Jaho o Daniela Barcellona. Puesta en escena de Lotte de Beer.
8. Extinción/La Nitteti
Joan Cererols/Nicola Conforto. Teatro Real, Teatro de la Abadía y FIAS/CNDM
Dos espectáculos bien distintos nacidos de la mano del buen olisqueador musical que es Javier Ulises Illán. Extinción, armada por la Agrupación Señor Serrano, fue una propuesta sobre la Missa de Batalla y la Missa pro Defunctis de Joan Cererols. Una visión que fue llevada a buen puerto en el Teatro de la Abadía. La partitura de la ópera de La Nitteti de Nicola Conforto es ambiciosa, emplea una orquesta grande para la época y alberga un rico muestrario de fantasiosas arias.
9. El Real en Nueva York
Falla, Albéniz, Vives... Sinfónica de Madrid. Carnegie Hall
Que al Teatro Real le van los desafíos lo tenemos muy claro después de la imagen que ofreció durante la pandemia, como estandarte de resistencia. Este año se apunta dos logros de relieve. Acoger la gala de los Opera Awards, que salieron por primera vez en su historia de Londres. Eso por un lado. Por otro, la pica en Nueva York. Joan Matabosch y los músicos de la Sinfónica de Madrid desembarcaron en el Carnegie Hall para dar un recital de música española. Con los cantantes al alza Sabina Puértolas y Xabier Anduaga. En el podio, Juanjo Mena.
10. La auracana
José Lidón. LittleOpera Zamora
Esta curiosa ópera de José Lidón se repuso hace ya unos años en San Petersburgo con el título de Glauca y Cariolano. Estrenada en 1792, es al parecer la primera escrita en nuestro país en castellano. Fue revisada por el musicólogo Luis López y representada en el bien arrostrado Festival LittleOpera de Zamora. La producción ha sido reubicada por el director de escena Guillermo Amaya en los modernos tiempos que imperaba en España la conocida cultura quinqui. Un muy digno equipo de voces bajo la batuta de Alberto Cubero nos sirvió una amena interpretación.