La gala de los International Opera Awards, que se celebró anoche en el Teatro Real -la primera vez fuera de Londres pues-, tuvo un finale en alto, cuando se enunciaron los ganadores del Mejor Teatro de Ópera. En un homenaje a su resistencia frente a las bombas, el reconocimiento fue a manos del Teatro Académico Nacional de Ópera y Ballet de Leópolis y el Teatro de Ópera y Ballet de Odesa.
Los dos coliseos ucranianos, que están intentando mantener en pie la bandera de la cultura frente a la de la barbarie, suceden así en este merecimiento al propio Teatro Real, que se alzó con el premio el año pasado. Ovación cerrada del público puesto en pie para los responsables de ambos teatros, que salieron a recoger las estatuillas visiblemente emocionados y agradecidos.
John Allison, editor de la revista Opera y presidente del jurado, declaró: “Estoy especialmente agradecido de que hayamos podido reconocer el trabajo de dos destacados teatros de ópera ucranianos, que continúan valientemente haciendo un excelente trabajo en condiciones imposibles. Pero también estoy feliz de que, a medida que los premios regresan en vivo al escenario, estamos reuniendo a tantos talentos de todo el mundo”.
Fue el golpe de efecto de una gala conducida, íntegramente en inglés, por el popular presentador de la BBC Petroc Trelawny y patrocinada por la firma Mazars. Las tres horas de duración fueron salpimentadas con un repertorio musical donde predominó la música española, con Falla y guiños zarzueleros ejecutados por dos figuras al alza como Xabier Anduaga y Sabina Puértolas, esta última ya casi una embajadora ya del Teatro Real (también estuvo presente en la pica en Nueva York -Carnegie Hall- que puso el teatro de la plaza de Oriente en septiembre).
Como es habitual en ambos, cumplieron con creces en donaire, carisma y precisión en el canto. José Miguel Pérez Sierra, por su parte, gobernó con diestra mano el foso, en el que ofició la orquesta titular del Real, que compartió el protagonismo al coro en un par de ocasiones, cuando acometieron Patria opressa de Macbeth (Verdi) y Dónde va la alegría de Doña Francisquita (Amadeo Vives).
[El Teatro Real se hace un Carnegie Hall]
La soprano francesa Sabine Devieilhe y el barítono francés Stéphane Degout, recibieron los premios Cantante Femenina y Cantante Masculino, respectivamente. La soprano británica Nardus Williams fue galardonada con el premio Talento Emergente, que reafirma aún más su creciente reputación como una de las cantantes más emocionantes de su generación. El Premio de los Lectores de la revista Opera, el único premio votado por el público, fue otorgado al tenor samoano Pene Pati.
El Premio al Liderazgo del Instituto de Buena Gobernanza fue otorgado a Nicholas Payne, quien ha dirigido Opera Europa desde 2003 y estuvo a cargo de la Ópera Nacional Inglesa y la Royal Opera House. Por su parte, el premio Filantropía fue otorgado a Aline Foriel-Destezet por su continuo apoyo a la música y la ópera.
Michael Spyres recogió el premio de Grabación (Recital en solitario) por BariTenor, una colección de obras para tenor y barítono, mientras que el premio de Grabación (Ópera completa) fue para Le voyage dans le Lune, de Offenbach, del sello Bru Zane. La soprano Susan Bullock CBE entregó el Premio Internacional de Ópera Villa Conchi al Festival del Año a la Ópera de Santa Fe, y el premio a la Sostenibilidad fue otorgado a la Ópera de Gotemburgo.
Otros galardonados fueron el italiano Daniele Rustioni como mejor director de orquesta; el noruego Stefan Herheim como mejor director de escena; y el canadiense Michael Levine como mejor escenógrafo. La legendaria mezzosoprano británica Dame Janet Baker, de 89 años fue ungida con premio a su deslumbrante trayectoria. Por vídeo, la artista agradeció la decisión: “Vuelvo la vista atrás a mis años de trabajo y los recuerdo con alegría. De todos mis colegas aprendí algo útil y valioso, y a todos y cada uno los echo de menos”.