Dani de la Torre: “Hay que agarrarse a la realidad para contar historias extraordinarias”
El director salta a las series con 'La unidad', un thriller sobre una brigada policial antiyihadista
15 mayo, 2020 08:57Aunque el cine nos ha proporcionado ejemplos bastante poco edificantes de la policía española, como Torrente o el Santos Trinidad de No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu, 2011), nuestras fuerzas de seguridad pueden ser en realidad sinónimo de virtud a nivel internacional. Es lo que ocurre con la brigada de la Policía Nacional encargada de luchar contra el terrorismo yihadista, una de las más eficaces de todo el mundo. En la miniserie de seis capítulos La Unidad, que se estrena este viernes en Movistar+, Dani de la Torre (Monforte de Lemos, 1975) nos propone conocer de primera mano cómo son las vidas y el trabajo de los miembros de este cuerpo, interpretados por Nathalie Poza, Michel Noher, Marian Álvarez o Luis Zahera.Tras dirigir dos trepidantes filmes –el claustrofóbico thriller El desconocido (2015) y la gozosa película de gángsters La sombra de la ley (2018), ambientada en la Barcelona de los años 20– el director ofrece un thriller con aire documental en el que sigue demostrando su buena mano para la acción y para manejar la tensión.
Pregunta. ¿Cuál fue el origen de este proyecto?
Respuesta. Una llamada de Domingo Corral, jefe de producción de Movistar+. Me dijo que le había gustado El desconocido y que quería hacer un policíaco conmigo. Nos reunimos el guionista Beto Marini y yo con la gente de Corral y nos hablaron de la Brigada de Información de la Policía Nacional, líderes en detenciones de yihadistas. Ese dato nos sorprendió y empezamos a tirar del hilo.
P. ¿Cómo fue la investigación para desarrollar la historia?
R. Tuvimos las puertas abiertas para hablar con los miembros de este cuerpo policial, ellos mismos querían que se contara su historia. Nos dejaron entrar en su comisaría, en las reuniones de trabajo y, finalmente, pude presenciar una operación antiyihadista en Ceuta. Allí conocí al policía infiltrado en el que se basa la historia de Myaz (Moussa Echarif) y del que tomamos hasta las quejas por las dietas. Trabajamos codo con codo con ellos durante los dos años previos al rodaje.
“Podremos volver a Rodar si dentro de la escena tenemos libertad absoluta. La distancia de seguridad entre actores no tiene ningún sentido"
P. ¿Qué ideas preconcebidas sobre la policía saltaron por los aires con este contacto directo?
R. Ellos mismos nos dijeron que lo que hacían se parecía más a Ocean’s Eleven que a Harry el Sucio, aunque evidentemente no se trata de robar nada. Cada miembro de la unidad tiene una especialidad: captar fuentes, seguimientos, redes sociales… Trabajan de una manera muy vertebrada y nadie va por libre porque, si lo hiciera, podría poner en peligro la operación o a los miembros del equipo. Que no hubiera estrellas fue algo que me gustó desde el principio. La realidad nos ha dado elementos más atractivos que los que nosotros hubiéramos podido aportar. Al final, hay que agarrarse a la realidad para contar historias extraordinarias.
Entretenimiento vs. verdad
P. ¿No es habitual ver a policías españoles tan modernos en la ficción?
R. Quizá todavía resiste la imagen de ese policía de cloaca con aroma a franquismo, pero yo me he encontrado a gente normal, tranquila, humilde, currante y, sobre todo, enamorada y apasionada por su trabajo. Nos han librado de muchas y la injusticia es que ni siquiera pueden contarlo.
P. ¿Por qué apostó por un tono casi documental?
R. Buscaba que el espectador viera a personas normales haciendo su trabajo. He tratado de ser lo más equilibrado posible con la cámara, porque tiendo a buscarla virtuosidad. No he querido caer en el entretenimiento a lo bestia ni siquiera en las operaciones, no quería que se desdibujara todo lo que habíamos hecho con los personajes. He tratado de acercarme al Paul Greengrass de United 93, y escapar un poco de la saga Bourne. Evidentemente, nuestro objetivo es entretener, pero sin desvirtuar la verdad.
P. Hay, en cualquier caso, escenas muy potentes, como la del atentado en Preciados…
R. A esa escena le di muchas vueltas. Quería contar lo que ocurrió en las Ramblas, pero necesitaba deslocalizarlo para no herir sensibilidades y encontrar un punto de vista efectivo pero respetuoso. Se me ocurrió lo del plano secuencia en la cara del terrorista porque, en realidad, es lo único que no hemos visto de aquel atentado.
P. Viajamos por todo el planeta, como en un filme de 007…
R. El terrorismo es global, como la pandemia o el cambio climático. Una persona puede preparar un atentado en Europa desde Sri Lanka. Por eso, estos policías igual se están tomando una caña contigo en Madrid y al día siguiente tienen que viajar a Doha para interrogar a un objetivo. Eso se tenía que ver en la serie, porque es real. Un cabo suelto en Lagos puede hacer mucho daño en España.
ESCENA Y PROTOCOLOS
P. ¿Ha sido diferente el rodaje para la pequeña pantalla?
R. Fue más largo, 18 semanas seguidas, lo que cansa un poco más. La sombra de la ley se rodó en ocho semanas, pero fue una locura porque no contábamos con los medios necesarios para hacer una historia de ese nivel. La producción de La unidad ha estado mucho mejor dimensionada. He tenido el tiempo y los recursos necesarios, algo que es fundamental.
P. ¿Y cómo ve la vuelta a los rodajes tras la cuarentena?
R. He leído cosas que no tienen ni pies ni cabeza, como que los actores vana tener que guardar una distancia de seguridad de dos metros. Los expertos del gobierno en temas de salud tienen que reunirse con los que saben de rodajes para llegar a acuerdos realistas. Fuera de la escena se pueden aplicar protocolos estrictos de seguridad e higiene, pero dentro de la escena necesitamos libertad. Si no es así, no va a funcionar.
P. ¿Va a afectar la pandemia también a la ficción?
R. Sí, y seguramente de manera curiosa. Una pandemia global parecía hasta hace poco una distopía y ahora es algo muy real. Por eso creo que una situación así va a ampliarla suspensión de la incredulidad del espectador. Si mañana presento un guion sobre un extraterrestre que aterriza en Galicia igual no me lo tiran a la cabeza a la primera de cambio.