El Festival de Cine de San Sebastián se ha lanzado al ruedo sin miedo a la polémica y ha concedido su premio grande, la Concha de Oro, a la controvertida Tardes de soledad, la película brutal y artística que el libérrimo y siempre provocador Albert Serra ha dedicado al mundo de la tauromaquia.
La presidenta del jurado, Jaione Camborda, en su lectura del acta ha señalado que le conceden el galardón "por su poder artístico, porque a través del lenguaje cinematográfico la película otorga un amplio espacio al espectador para juzgar; porque creemos en el poder del arte para generar movimiento, pensamos que esta obra nos permite reflexionar sobre los límites de la creación artística, sobre el miedo y la brutalidad, sobre la tradición y la masculinidad, entre otros muchos aspectos".
Para Albert Serra, Tardes de soledad tiene "este lado genuino que no se puede encontrar en tantas otras películas". "Solo el cine de autor con un carácter un poco osado puede atreverse a ir hata el fondo de cualquier cuestión, incluida esta", ha presumido el director catalán en su discurso, en el que ha dado las gracias al festival, que según ha revelado siempre apoyó la película incluso antes de que la hiciera. Un filme que el sector animalista pidió a la organización del festival que censurara.
También ha dado las gracias a su equipo y de manera especial a los responsables de la imagen y el sonido, "por la cantidad de horas, de muchos meses de montaje, siete días a la semana".
Finalmente, ha dado las gracias a sus protagonistas: el diestro peruano Andrés Roca Rey, actual estrella internacional del toreo, y a los miembros de su cuadrilla. Serra los ha definido como seres "interesantes", y ha reconocido que "acercarse con este grado de intimidad a esta gente que es tan singular, es un privilegio y un honor".
Montse Triola, una de los productores de la película, ha reconocido que es "una película difícil", por eso ha dado las gracias a las numerosas instituciones y compañías que han apoyado la película, como RTVE, el ICAA, TV3 y Movistar, y ha confesado que cuando Serra le propuso hacerla, pensó: "¿En serio?", imaginando la que se le venía encima. "Pero aquí estamos", ha zanjado.
"Esta película era para salir por la puerta grande o por la enfermería", ha reconocido otro de los productores, Luis Ferrón. "Gracias al festival y al jurado, creo que salimos por la puerta grande", ha añadido, antes de dar las gracias a las plazas de toros, a las ganaderías y a los hoteles en los que han rodado. También ha animado a ver la película porque "a veces nos olvidamos de que el mundo en el que vivimos es más complejo que estar a favor o en contra de algo".
El Premio Especial del Jurado ha sido para The Last Showgirl, la película protagonizada por Pamela Anderson y dirigida por Gia Coppola. Ambas han subido al escenario para recoger el galardón a este filme en el que la sex symbol y exconejito de Playboy se ha revelado como una intérprete seria e incluso posible candidata al Oscar.
La Concha de Plata a la mejor dirección este año ha estado repartida entre Laura Carreira por On Falling y Pedro Martín-Calero por El llanto, con la particularidad de que ambos han debutado con ellas en el largometraje.
Laura Carreira, cuya película trata sobre la precariedad de una trabajadora portuguesa en Escocia, ha agradecido sobre todo que, cuando decidió que se quería dedicar al cine, "nadie pensó que estaba loca". También ha confesado: "Es mi primer largometraje y tenía mucho miedo antes del rodaje, había tantas cosas que no sabía hacer y que podían salir mal... Pero pude trabajar con personas muy generosas, el cine es un arte colectivo y fui perdiendo el solo".
Sobre el contenido de su película, ha destacado que muestra "cómo vivimos de forma que nos sentimos solos, y cómo tenemos que empezar a mirar más allá para aliviar nuestro dolor y a valorar más a las personas que los beneficios".
Martín-Calero, por su parte, ha afirmado que conseguir que una película de género (la suya es de terror) gane un premio en un festival de clase A "es un sueño". El trasfondo de la película es un caso de violencia machista, "un tema central de nuestra sociedad y del que todos somos responsables", ha dicho.
Patricia López Arnaiz ha obtenido la Concha de Plata a la mejor interpretación por su trabajo en Los destellos, de Pilar Palomero. En la película interpreta a Isabel, una mujer que se ve impelida a cuidar de su expareja, enfermo terminal que pierde la capacidad de valerse por sí mismo, cuando la hija de ambos le pide que lo visite con regularidad pese a que llevan años sin verse.
Al recoger el galardón, la actriz ha reconocido: "Quien más merece la concha es Pilar Palomero. Es una grande y yo he ido de su mano". También ha destacado que "todos los personajes de sus películas tienen una gran humanidad y belleza", por lo que se ha mostrado orgullosa de "poner en valor su talento".
When Fall Is Coming, de François Ozon (que ya se llevó la Concha de Oro y la de Plata al mejor guion con En la casa, en 2013), se ha hecho con dos galardones: mejor guion (que el director comparte con su coguionista Philippe Piazzo) y mejor interpretación de reparto, que ha recaído en Pierre Lottin.
El actor ha sido el encargado de recoger ambos premios, con gran desparpajo, un encomiable esfuerzo por chapurrear esforzadamente el español y mucho humor. Al recoger su propio premio ha dado las gracias al equipo, al jurado y a su mujer. "Sin ella no estaría aquí: ella encontró mi pasaporte", ha sido una de varias bromas que ha despachado desde el escenario, haciendo reír al público.
El galardón a la mejor fotografía se lo ha llevado el chino Piao Songri por su trabajo en Bound In Heaven, de Huo Xin.
Antón Álvarez (nombre real de la estrella musical C. Tangana) ha recibido una mención especial del premio New Directors por su debut tras la cámara con La guitarra flamenca de Yerai Cortés, pero el premio ha sido para Bagger Drama, de Piet Baumgartner.
Apoyo al cine argentino
Como muestra de apoyo al cine argentino, sometido a una radical retirada de apoyos públicos por parte del gobierno de Milei, el Festival de San Sebastián acogió en esta edición nada menos que 26 películas de producción o coproducción argentina en sus distintas secciones. Una cuestión que protagonizó un homenaje durante la gala, en un vídeo que recogía las distintas acciones de protesta que se han llevado a cabo durante el festival, así como declaraciones de cineastas del país latinoamericano defendiendo su profesión.
Martín Calero, al recoger su galardón como mejor director, mostró también su apoyo al explicar que la mitad del elenco y del equipo técnico de su película son argentinos.
No obstante, la mejor defensa del cine argentino la ha hecho el actor Nahuel Pérez Biscayart, que ha subido al escenario para recoger el premio Horizontes Latinos para El jockey, la película de Luis Ortega en la que él participa, una cinta arriesgada y difícil de clasificar, "que no teme a los excesos ni al humor", según el jurado, y que además es la elegida por Argentina para representar al país en los Oscar.
Según el actor, el gobierno de Milei está llevando a cabo "un plan de destrucción" de la industria del cine argentino. "Se creen muy pillos y militantes de la libertad, pero detrás de ese autoengaño en el que viven y del odio que profesan no hay ninguna libertad, solamente una profunda soledad. Podrán intentarlo, pero no nos van a destruir, no vamos a borrar ni nuestras memorias ni nuestro futuro. Sepan que todo el amor que nos produce juntarnos para filmar las películas de nuestro país será siempre mucho más fuerte que todo desprecio". También ha añadido que este premio "demuestra una vez más que el cine argentino se ve, gusta, se exporta, agrega valor, atrae inversiones y dinero en el país, para esas personas que todo lo ven con ojos mercantilistas".
El Premio Zabaltegui Tabakalera ha sido para April, de Dea Kulumbegashvili, una historia descarnada sobre una ginecóloga acusada de malas prácticas y cuya vida queda en entredicho. La directora georgiana ya ganó la Concha de Oro en 2020 por Beginning. En un mensaje leído por una portavoz, la directora ha agradecido el premio y ha expresado su vínculo emocional con el festival y la ciudad, y ha señalado que su película “muestra un mundo lleno de dolor pero también lleno de una belleza enorme”.
Por todo lo alto, de Emmanuel Courcol, ha ganado el Premio del Público a la Mejor Película, con nada menos que una puntuación de 9,32 sobre 10, lo cual supone un récord en el festival. El director ha señalado la importancia del premio y “la humanidad y fraternidad que propone esta película, en este mundo duro, inquietante y violento en el que vivimos uno puede salir de la película con la sensación de que no todo está perdido”.
Otros premios oficiales
Premio Culinary Zinema: Mugaritz. Sin pan ni postre, de Paco Plaza
Premio del Público Película Europea: The seed of the sacred fig, de Mohammad Rasoulof.
Premio DAMA de la Juventud: Turn me on, de Michael Tyburski
Premio Nest The Mediapro Studio: El reinado de Antoine de José Luis Jiménez Gómez (Dominikar Errepublika / República Dominicana / Dominican Republic)
Premio "Otra mirada" de RTVE: All we imagine as light, de Payal Kapadia. Mención especial: On Falling, de Laura Carreira
Premio Irízar del Cine Vasco: Chaplin, espíritu gitano, de Carmen Chaplin. Mención especial: Erreplika, de Pello Gutiérrez
Premio Cooperación Española: Sujo, de Astrid Rondero y Fernanda Valadez
Premio Agenda 2030 Euskadi Basque Country: Soy Nevenka, de Icíar Bollaín
Premio Eusko Label: Primer premio para Las guardianas de Borja de Agüero y segundo para KM 0 de Jon Martija Leunda
Premio Loterías: Primer premio para Antón, de Mikel González Beorlegui; segundo para Cafunè, de Carlos Fernández de Vigo
Premio Dunia Ayaso: 'Los pequeños amores' de Celia Rico